martes, 14 de octubre de 2025

DOMINGO 29º TIEMPO ORDINARIO C 2025

EXAMEN DE CONCIENCIA - Domingo 29 TO. C 19 de octubre de 2025

 

JUSTICIA Y ORACIÓN

“¿No hará Dios justicia a sus elegidos que claman ante él día y noche?;

¿o les dará largas? 

Os digo que les hará justicia sin tardar”. 

 (Lc 18,7-8)

1.      En la Biblia, el huérfano y la viuda resumen la situación de los más olvidados y marginados. ¿Quiénes podrían compararse con ellos en esta sociedad?

2.      El evangelio evoca la figura de un juez que no atiende a una pobre viuda. ¿Refleja la parábola alguna situación que conocemos?

3.      ¿La imagen del juez injusto puede reflejar hoy día a algunas estructuras de nuestra sociedad, nacional o internacional?

4.      ¿Y nosotros hemos prestado atención a algún necesitado solamente para refugiarnos en nuestra tranquilidad personal?

5.      Al tiempo que denuncia la injusticia humana, la parábola evangélica manifiesta la justicia divina. ¿Esa alusión significa algo para el momento en que vivimos?

6.      ¿Qué situaciones, prejuicios o tentaciones pueden hacer que nuestra oración sea menos insistente que la de la viuda de la parábola?

7.      ¿Y yo por qué suelo disculpar mi tibieza, afirmando ligeramente que no tengo tiempo para la oración?

                                                                                                         José-Román Flecha

REFLEXIÓN - Domingo 29 del Tiempo Ordinario. C 19 de octubre de 2025

 

INSISTIR EN LA ORACIÓN

“Mientras Moisés tenía en alto las manos, vencía Israel; mientras las tenía bajadas, vencía Amalec”. Josué se enfrenta en el llano a  los amalecitas y Moisés ora en el monte por su pueblo (Éx 17,8-13). Un buen ejemplo de colaboración a la hora de llevar adelante los planes de Dios.

El texto recuerda la fe de Moisés y nos anuncia el papel que Josué ha de representar como  el futuro guía de su pueblo. La imagen de Moisés orando con los brazos en alto evoca la misericordia de Dios y la gratuidad de la liberación. 

El salmo responsorial evoca aquel momento de la historia de Israel para orientar la oración de los creyentes: “Levanto  mis ojos a los motes; ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me vine del Señor, que hizo el cielo y la tierra” (Sal 120,1-2).

San Pablo dice a Timoteo que la Escritura inspirada por Dios es útil para enseñar, reprender, corregir y educar en la virtud para poder llevar a cabo toda obra buena  (2 Tim 3,16-17).

LOS TRES PERSONAJES

También el evangelio subraya el valor de la oración. Para reflejarlo de una forma fácilmente inteligible, Jesús lo expresa en la parábola de la viuda y el juez injusto  (Lc 18,1-8). Los dos personajes encarnan dos tipos humanos de personas, al tiempo que reflejan los atributos de Dios.

• La viuda era en Israel la imagen más evidente de la pobreza y el desamparo. La  mujer viuda se veía sola y no tenía quien defendiera sus derechos ante la asamblea popular. En este caso, se dice que sus derechos han sido ignorados y pisoteados repetidas veces por los prepotentes.

• Por otro lado aparece el juez al que acude la viuda reclamando justicia. La Biblia evoca varias veces la rectitud de los jueces y el respeto que muestran a la ley y las personas. Pero este juez no merece confianza: “Ni temía a Dios ni le importaban los hombres”. 

• Este juez corrupto ignora a la viuda que le suplica. Al fin el juez accede a escucharla, tan solo para librarse de su insistencia. Por contraposición, se anuncia que Dios escucha la oración de los que le suplican y les hace justicia. Dios es justo y compasivo, misericordioso y fiel.

LA SÚPLICA Y LA INJUSTICIA

Es preciso orar con insistencia. La parábola del juez inicuo que ignora el lamento de la pobre viuda nos lleva también a recordar el tono suplicante de aquella mujer:

• “Hazme justicia frente a mi adversario”. La situación se repite en todo tiempo y lugar. Hoy muchas personas se sienten marginadas en la sociedad, en el puesto de trabajo y aun en su propia familia. Pero tienen derecho a reclamar justica y atención a sus derechos.

• “Hazme justicia frente a mi adversario”. También la Iglesia, como comunidad tantas veces humillada, puede y debe dirigirse a Dios. De hecho, habrá de implorar su misericordia y su justicia, cuando muchos de sus hijos son calumniados y perseguidos hasta la muerte.

• “Hazme justicia frente a mi adversario”. Muchas personas y comunidades ven pisoteados sus derechos por la injusticia de los poderosos. Pero Dios no es neutral. Pensar en el juicio de Dios es un motivo de esperanza, como escribió Benedicto XVI en su encíclica “Salvados en esperanza”. 

- Padre nuestro que estás en el cielo, tú sabes que muchas veces nos sentimos ignorados y despreciados. Que la fe en tu poder y tu misericordia aliente nuestra oración. Y que ésta nos motive para anunciar el valor de la justicia y denunciar las mil formas de la injusticia que con frecuencia aplasta a los más humildes de tus hijos. Amén.

                                                                                      José-Román Flecha Andrés

CADA DÍA SU AFÁN - 18 de octubre de 2025

 

LAS MISIONES Y LOS MISIONEROS

Algunos de nosotros todavía recordamos con qué entusiasmo salíamos por las calles, llevando una hucha para colaborar en la colecta en favor de las misiones. El tercer domingo de octubre se celebraba el DOMUND. Era el Domingo mundial de la propagación de la fe.

Lo es todavía, aunque hayan cambiado los tiempos, el entusiasmo de los niños y la hucha de la colecta. Pero sobre todo ha cambiado la reflexión teológica sobre la misión y el estilo de la misma.

El papa Pablo VI escribió que “nos corresponde a nosotros anunciar el Evangelio en este período extraordinario de la historia humana, un tiempo en el que, a vértices de progreso, nunca antes logrados, se asocian abismos de perplejidad y desesperación, también sin precedentes”.

Ha pasado más de medio siglo desde aquel mensaje y la situación de este mundo nuestro no ha mejorado. En algunos países ha aumentado de forma sorprendente el número y el compromiso de los católicos. Pero en otros países, las nuevas generaciones se han dejado seducir por los ídolos del tener, el poder y el placer. Y, además, muchos misioneros y muchos cristianos están siendo perseguidos y martirizados en un lugar y en otro de la tierra.

Con motivo de la celebración del jubileo de los misioneros y de los emigrantes, el papa León XIV acaba de decirnos que esta “es una hermosa ocasión para reavivar en nosotros la conciencia de la vocación misionera, que nace del deseo de llevar a todos la alegría y la consolación del Evangelio, especialmente a aquellos que viven una historia difícil y herida”.    

Y así es. “El Espíritu nos manda continuar la obra de Cristo en las periferias del mundo, marcadas a veces por la guerra, la injusticia y por el sufrimiento”.  Hoy las fronteras de la misión ya no son las geográficas, porque son la pobreza, el sufrimiento y el deseo de una esperanza mayor las que vienen hacia nosotros.    

Son muchos los misioneros y las misioneras, pero este precioso servicio interpela a cada uno de nosotros, en la medida de nuestras posibilidades. Ello exige al menos dos grandes compromisos: la cooperación misionera y la vocación misionera.

Es preciso promover una renovada cooperación misionera entre las Iglesias. Y hay que recordar la belleza y la importancia de las vocaciones misioneras. Hoy se necesita un nuevo impulso misionero, de los laicos, de los religiosos y sacerdotes. Y se necesitan nuevas propuestas y experiencias vocacionales para suscitar este deseo, especialmente en los jóvenes.

El Papa encomienda a todos a “la intercesión de María, primera misionera de su Hijo, que se pone en camino sin demora hacia los montes de Judea, llevando a Jesús en su seno y poniéndose al servicio de Isabel”.

José-Román Flecha Andrés

 

 

 

 

 

DOMINGO 28º TIEMPO ORDINARIO C 2025

lunes, 6 de octubre de 2025

EXAMEN DE CONCIENCIA - Domingo 28 TO. C 12 de octubre de 2025


DAR GLORIA A DIOS                   

¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿Dónde están? 

¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?”. 

 (Lc 17,17-18) 

1.      En otro tiempo la lepra era una enfermedad temible. En un sentido más amplio, ¿Cuáles son las “lepras” más habituales en este tiempo?

2.      ¿Pensamos que esas tres preguntas de Jesús pueden tener algún significado en las sociedades actuales?

3.      ¿Qué nos sugiere el hecho de que Jesús haya curado de la lepra a enfermos de diversa procedencia?

4.      ¿Qué podemos pensar de los nueve enfermos curados de la lepra que no han vuelto a dar gloria a Dios?

5.      ¿Qué significa para nosotros el hecho de que solo se muestre agradecido un samaritano, considerado como inaceptable por los judíos y los galileos?

6.      En nuestra oración seguramente está presente la petición de gracias o favores. ¿Concedemos igual atención a la acción de gracias?

7.      ¿Qué importancia doy yo en mi vida a la Eucaristía, que es precisamente el sacramento de la acción de gracias a Dios?

                                                                                                                 José-Román Flecha

REFLEXIÓN - Domingo 28 del Tiempo Ordinario. C 12 de octubre de 2025

 

LA LEPRA DE ESTE TIEMPO 

Naamán, jefe de los ejércitos de Siria, llegó a Samaría buscando remedio para su lepra. No encontró la curación en el rey, sino en un profeta. Obedeciendo a Eliseo, reconocido como el hombre de Dios, se bañó siete veces en el Jordán. Al verse curado, exclamó: “Ahora reconozco que no hay Dios en toda la tierra más que el Dios de Israel” (2 Re 5,13-17).  

La experiencia  nos dice que, aunque parezca poderoso, el ser humano es más vulnerable de lo que se imagina. El relato bíblico evoca la dignidad, la libertad y la generosidad del profeta, que acoge a los necesitados, sean de la raza y religión que sean. Pero el relato habla sobre todo de la fe. Aun siendo pagano, Naamán llega a descubrir el poder de Dios sobre el mal.

Esa  misericordia universal de Dios se refleja en el  salmo responsorial de este día:  “Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios” (Sal 97,3).

Su misericordia y su fidelidad se besan. Como escribe el apóstol Pablo a su discípulo Timoteo, “Dios permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo” (2 Tim 2,13).

CONFIANZA Y COMPASIÓN

También el evangelio de hoy evoca la plaga de la lepra (Lc 17,11-19). A Jesús llegan un día unos leprosos que vagan por los campos, alejándose de los pueblos y ciudades, según lo prescribe la Ley. Pero, de alguna manera, han conocido el poder y la misericordia de Jesús.

Desde lejos le imploran a gritos: “Jesús, maestro, ten compasión de nosotros”. La compasión del profeta Eliseo se hace ahora realidad en la persona de Jesús, que los envía a los sacerdotes para que certifiquen su curación y puedan así integrarse  en la sociedad.

• Es cierto que, junto a la misericordia de Jesús, el relato subraya la confianza de los leprosos que acuden a él. En realidad, aun antes de verse curados de su lepra, obedecen el mandato del Maestro y se disponen a ir en busca de los sacerdotes.  

• Además, el relato evangélico anota que, entre los diez que habían pedido su  curación, solo uno de ellos regresa a dar gracias por haberla obtenido. Pero ese que se muestra agradecido es un samaritano, considerado como enemigo y proscrito por los judíos y los galileos.

FE Y GRATITUD

Precisamente a este leproso que regresa para agradecer la sanación se dirigen las palabras de Jesús con las que se cierra este relato:  

• “Levántate y vete: tu fe te ha salvado”. Es evidente que aquellos leprosos no han sido curados por la Ley de Moisés y por la intervención de los sacerdotes, sino por la fe en el Maestro de la nueva Ley. La sanación refleja la salvación integral que solo puede venir de él.

• “Levántate y vete: tu fe te ha salvado”. El relato evangélico nos dice que también el creyente de hoy ha de aprender a pedir y agradecer la sanación integral. Puede dirigirse al Señor en oración. Y debe agradecer al Señor el don gratuito de la salvación.

• “Levántate y vete: tu fe te ha salvado”. Hoy son  muchos los que se consideran lejos de Dios. Pero también ellos pueden acercarse al que es la fuente de la gracia. La solidaridad en el dolor y en la prueba nos invita a  todos a celebrar y agradecer la salvación universal.

- Padre nuestro que estás en los cielos, tú conoces las muchas formas de lepra que padecemos en este tiempo. Hoy reconocemos y confesamos que tan solo tu Hijo Jesucristo puede abrirnos a la esperanza. Que tu Espíritu nos conceda la fe para acercarnos a él y la gratitud para reconocer su poder y su misericordia. Amén.

                                                                  José-Román Flecha Andrés

CADA DÍA SU AFÁN - 11 DE OCTUBRE DE 2025


LA VIRGEN DEL PILAR EN EL VATICANO

Los peregrinos que visitan la Tierra Santa han podido contemplar, en la basílica de la Anunciación, en Nazaret, entre otras muchas imágenes marianas, un mosaico que representa a la Virgen del Pilar, manifestándose al apóstol Santiago.

Sin embargo, los numerosos peregrinos españoles que llegan continuamente a Roma, siempre han echado de menos una imagen semejante.

Pues bien, el miércoles, 24 de septiembre de este año jubilar 2025 tuvo lugar en el Bastione Maestro de los jardines del Vaticano un acto sencillo, pero muy significativo.

De hecho, aquella mañana el arzobispo de Zaragoza monseñor Carlos Manuel Escribano Subías y la señora Isabel Celaá Diéguez, embajadora de España ante la Santa Sede, retiraban allí el velo que cubría el mosaico esperado.

El artístico panel, enmarcado en travertino, representa a la Virgen del Pilar, Patrona de la Hispanidad, en el momento en el que, según la tradición, se aparece a orillas del río Ebro al apóstol Santiago, patrón de España.

 En los Jardines Vaticanos se encuentran otras imágenes de la Virgen María, como la Virgen de Guadalupe, que representa a México y a todo el continente suramericano, Nuestra Señora de La Antigua patrona de Panamá, Nuestra Señora de los Ángeles, la “Negrita” patrona de Costa Rica, la Virgen del Carmen, patrona de Chile, y la Virgen de Luján, patrona de la Argentina. Todas ellas reflejan la devoción de diversos países de Hispanoamérica.

Pero faltaba una que representara a la Madre Patria. Es evidente que esta iniciativa del obispado de Zaragoza y de la iglesia de Montserrat de los españoles, que se encuentra en la Ciudad Eterna, pretende hacerse eco de la secular devoción a la Virgen María que se respira en tantos lugares de España.

Pero, al mismo tiempo, este mosaico puede invitar a los españoles de hoy y del mañana a dirigir sus ojos a María. En la boda que se celebraba en Caná de Galilea, ella sugirió a los criados de la casa que hicieran lo que Jesús les ordenara. Aquella indicación, que nos ha transmitido el evangelio de Juan, no puede considerarse solo como un recuerdo del pasado.

Esta colocación del mosaico en los jardines vaticanos es especialmente significativa en este tiempo marcado por la llamada cultura líquida y por la creciente indiferencia hacia todo lo religioso.

En un momento como el que estamos viviendo, los españoles necesitamos que María nos ayude a escuchar la palabra de Jesús y nos anime a ajustar a ella nuestras actitudes personales y sociales.

No podemos ignorar que necesitamos aprender a dialogar y a promover la armonía entre todos. Que la Virgen del Pilar nos ayude a vivir en la esperanza y a recuperar  el dinamismo de la fe que ha de hacernos testigos del Señor Resucitado.

                                                               José-Román Flecha Andrés

sábado, 4 de octubre de 2025

DOMINGO 27 TIEMPO ORDINARIO C 2025

EXAMEN DE CONCIENCIA - Domingo 27 TO. C 5 de octubre de 2025


EL GRANO DE  MOSTAZA

Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera:

“Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y os obedecería”. 

 (Lc 17,5) 

1.      En nuestra sociedad muchos manifiestan abiertamente que han perdido la fe. ¿Qué razones dan para justificar esa perdida?

2.      ¿Las personas que han encontrado la fe y dicen practicarla, dan muestras evidentes de la belleza de ese hallazgo?

3.      Jesús conocía la pequeñez del grano de mostaza. ¿Presumimos de la grandeza de nuestra fe cuando Jesús trata de manifestar la “eficacia” de esta virtud?

4.      ¿Qué puede significar esa imagen hiperbólica de la obediencia de la morera a la voz de los que tienen fe, aunque parezca insignificante?

5.      ¿Con la idea del amo que decide servir a sus criados no estará Jesús explicando la fuerza de la fe que cambia nuestros habituales hábitos y criterios?

6.      Si tuviéramos una fe más sincera, ¿Qué acciones tendríamos que llevar a cabo, por difíciles que parezcan?

7.      ¿Cómo puedo pedir al Señor que me conceda una fe capaz de cambiar mis rutinas, mis prejuicios y mis cansancios?

                                                                                          José-Román Flecha


3.     

martes, 30 de septiembre de 2025

REFLEXIÓN - Domingo 27 del Tiempo Ordinario. C 5 de octubre de 2025

EL JUSTO VIVE POR LA FE 

El altanero no triunfará, pero el justo por su fe vivirá” (Hab 2,2-4). Esa frase no es un proverbio popular. Es un oráculo que el profeta Habacuc recibió del mismo Dios. Por eso, se ha convertido en una lección inolvidable para todos los creyentes

El profeta lamenta la injusticia y la violencia, las luchas y contiendas que desgarran a su país. Aquella sociedad corrupta parece destinada a un desastre total. Una invasión de los caldeos traería consigo la crueldad y la rapiña, la muerte y el destierro.

Previendo ese futuro, Habacuc se dirige a Dios con una súplica angustiosa: “¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio sin que me oigas y te gritaré: ¡Violencia!, sin que me salves?” Dios responde que solo la fe puede ayudar a su pueblo a descubrir el sentido de tanto dolor.

En el mismo sentido resuena la exhortación divina que  se encuetra en el salmo responsorial de la misa de este domingo: “No endurezcáis el corazón” (Sal 94).

Para todo el pueblo de Dios valen las palabras que san Pablo dirige a su discípulo Timoteo: “Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio… Vive con fe y amor cristiano” (2 Tim 6-14).

  UN GRANO DE MOSTAZA

También el evangelio de Lucas que hoy se proclama retoma la reflexión sobre la fe (Lc 17,5-10). En él aparecen una súplica, una imagen y una exhortación. 

• La súplica que los apóstoles dirigen a Jesús debería ser la nuestra: “Auméntanos la fe”. Entre nosotros hay personas que se dicen creyentes y no practicantes. Pero también hay practicantes que no parecen muy creyentes. Todos deberíamos repetir esa petición.

• La imagen que ofrece Jesús nos dice que basta tener fe como un granito de mostaza para arrancar de raíz una morera y plantarla en el mar. La fe nos llevaría a cambiar el mundo. Con la fe renacería la justicia. Los poderosos se harían servidores de los pobres.

• La exhortación retoma la imagen del criado que ha hecho lo que debía. Jesús nos ofrece una pauta para no presumir de  nuestra fe. Contra la tentación de creernos protagonistas,  basta confesar con sencillez: “Somos siervos inútiles. Hemos hecho lo que teníamos que hacer”. 

UN AUMENTO DE FE

Con todo, ninguno de nosotros debería dejar en el olvido esa petición que los apóstoles dirigen al Señor. Es una oración de alcance universal y merece ser recordada.

• “Auméntanos la fe”. La fe es un don gratuito de Dios. Solo si lo valoramos como lo que es como, lo pediremos con insistencia, lo recibiremos con gratitud y lo cuidaremos con responsabilidad a lo largo de toda nuestra vida.   

• “Auméntanos la fe”.  La fe es también confianza en Dios. Es el resumen de la vocación de toda la Iglesia. La comunidad cristiana ha sido llamada por su Señor a confiar en él, también en los momentos de prueba y aun de persecución.  

• “Auméntanos la fe”.  La fe es finalmente un horizonte para toda la humanidad. La fe no es enemiga de la libertad. Al creer no hacemos un favor a Dios. Pero es Dios quien nos da la luz para caminar en las tinieblas y para reconocerlo en nuestros hermanos.

- Padre nuestro que estás en el cielo y en nuestro corazón, tú conoces bien las tremendas injusticias de este mundo nuestro y conoces también nuestros temores. Te rogamos que la fe que nos concedes gratuitamente nos ayude a vivir agradecidos en tu presencia.  Te pedimos el don de la confianza y el regalo de la paz. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.   

                                                                            José-Román Flecha Andrés

CADA DÍA SU AFÁN - 4 de octubre de 2025


NUNCA MÁS LA GUERRA

Con motivo de la Feria Mundial que se celebraba en la ciudad de Nueva York, la Santa Sede envió la preciosa imagen de la Piedad, obra de Miguel Ángel, que se admira y se venera en la basílica de San Pedro del Vaticano.

Además, en esa ocasión, el papa Pablo VI se dirigió también a la “Gran Manzana”, como se suele llamar a esa gran ciudad.

Especial importancia tuvo la visita del Papa a la sede de las Naciones Unidas, que se encuentra en la Primera Avenida de la isla de Manhattan.

Pablo VI se presentaba como el representante de un estado tan diminuto que existía precisamente para ser testigo de lo divino y lo humano. En realidad, el Papa era el representante de la Iglesia, que el presentaba como “maestra en humanidad”.

Pablo VI felicitó a los representantes del mundo por tratar de acercan unos pueblos a otros. Efectivamente, la Organización de las Naciones Unidas tenia que impedir que unos pueblos lucharan contra otros. Y tendría que exhortarlos a caminar unos con otros y, más aún, a tratar de vivir los unos para los otros.

Sin embargo, aunque no fuera citada por su nombre, la triste experiencia de la guerra de Vietnam hacía bien patente y dolorosa la experiencia de los conflictos que arrastraban a los pueblos a la miseria y la desesperación.

El Papa recordó el célebre anuncio de la paz que el profeta Isaías había dirigido a su pueblo: “De las espadas forjarán arados y de las lanzas podaderas”.

Pero, ante el espectáculo de la violencia, Pablo VI pronunció aquellas palabras que no deberíamos olvidar: “Nunca más la guerra. No podéis abrazaros con armas ofensivas en las manos”. Era el día 4 de octubre de 1965, celebración de San Francisco de Asís.

Al regresar a Roma, el Papa se dirigió a la basílica de San Pedro para comunicar a los padres reunidos en el Concilio lo que había pedido a los gobernantes de la tierra. Aquellas palabras modificarían el texto sobre la guerra y la paz que ya figuraba en la constitución conciliar Gaudium et spes sobre la Iglesia en el mundo de hoy.

Ante la puerta del edificio de la ONU se levanta una enorme estatua de bronce que representa a un hombre que con un mazo está ya convirtiendo una espada en una reja para el arado. En su peana se leen las citadas palabras de profeta Isaías. Y, por la ironía de la historia, se dice además que la estatua es un regalo de la Unión Soviética a todos los pueblos de la tierra.

Han pasado sesenta años. Las guerras y las amenazas horrorizan hoy a la humanidad. Es la hora de recordar aquel vibrante grito por el que el papa san Pablo VI pedía a los gobernantes de todos los pueblos que olvidasen de una vez la tragedia de la guerra para empezar a construir una paz definitiva.

                                                                         José-Román Flecha Andrés

viernes, 26 de septiembre de 2025

DOMINGO 26º TIEMPO ORDINARIO C 2025

EXAMEN DE CONC Domingo 26 TO. C 28 de septiembre de 2025

                       LOS PROFETAS

“Si no escuchan a Moisés y a los profetas,

no se convencerán, ni aunque resucite un muerto”

 (Lc 16,31)

1.      En nuestra sociedad se suele pensar que los profetas son figuras del pasado. ¿A qué puede deberse esa convicción tan generalizada?

 

2.      También se suele pensar que la función de los profetas es la de prevenir el futuro, sea agradable o desagradable. ¿Es que no tienen nada que decir para el presente?

 

3.      Los profetas son enviados por Dios para anunciar los verdaderos valores que humanizan a la persona y a la sociedad. ¿Cuáles podrían ser hoy esos valores?

 

4.       Pero los profetas son también enviados por Dios para denunciar los contravalores que destruyen al hombre y a la sociedad ¿Cuáles son hoy esos antivalores?

 

5.      Jesús decía que en su pueblo siempre habían dado muerte a los profetas. ¿Se puede decir también eso con relación a los profetas de hoy?

 

6.      Cuando se habla de los profetas se suele pensar en personas extraordinarias o en muertos resucitados. ¿No serán profetas los que Dios nos está enviando cada día?

 

7.      ¿Y yo no tendré que arrepentirme de haber ignorado y desprestigiado a los profetas que Dios me ha ido enviando a lo largo de mi vida?

                                              José-Román Flecha

REFLEXIÓN - Domingo 26 del Tiempo Ordinario. C 28 de septiembre de 2025

 

EL RICO Y EL POBRE 

“Os acostáis en lechos de marfil; tumbados sobre los divanes, coméis los carneros del rebaño y las terneras del establo”. Amós era un pastor allá en las tierras de Técoa, en el reino de Judá. Un día subió a Samaría, en el reino de Israel. Al percibir el lujo de que alardeaban algunas personas, no pudo evitar denunciarlas con su lenguaje de pastor (Am 6,1.4-7). 

Junto a los ricos, vió la miseria de los pobres, la indiferencia de los que los marginaban y la corrupción de los jueces que se vendían por un par de sandalias. Es verdad que no se creía un profeta, pero sabía que nadie puede ignorar el bramido de una fiera. Según él, cuando Dios habla, nadie puede quedar en silencio, sin transmitir su mensaje.

El salmo responsorial subraya esa experiencia, al confesar la justicia e imparcialidad de Dios: “Él mantiene su fidelidad perpetuamente, hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos” (Sal 145,7).

Por su parte, san Pablo exhorta a su discípulo Timoteo a practicar la justicia, la religión, la fe, el amor, la paciencia y la delicadeza (1 Tim 6,11).

EL NOMBRE DEL POBRE

El evangelio de este domingo  nos presenta a un hombre rico que se viste con ropajes de lujo y cada día organiza un banquete escandaloso. Y, al mismo tiempo, recuerda a un mendigo que espera satisfacer algo de su hambre con las migajas que caen de la mesa del rico, mientras deja ver unas llagas que lamen de vez en cuando los perros callejeros (Lc 16,19-31).

 Es interesante observar que el relato evangélico no da el nombre del rico, mientras que recuerda el nombre del pobre. Se llama Lázaro, que significa “Dios ayuda”. Cabe preguntarse si Jesús conocía a un pobre con ese nombre o se lo atribuye con toda intención.

Ahora bien, esas diferencias que los marcaban en la vida quedaron invertidas  más allá de la muerte. El pobre participa ahora de la mesa y de las bendiciones de Abrahán, el amigo de Dios. Pero el rico es arrojado a un infierno, que se describe como un horno de fuego.

Es más, el rico que durante su vida no había compartido con el pobre su comida y su bebida, pide ahora que ese mismo pobre se acerque a él con una gota de agua para refrescar un poco sus labios abrasados.  

 LA CLAVE DEL JUICIO

Es asombroso oír que el rico conoce el nombre del pobre. Y ruega a Abrahán que lo envíe a sus hermanos para que cambien de conducta y no vayan a terminar en el fuego que él padece.  Las dos respuestas de Abrahán son un aviso para las gentes de todos los tiempos.

• “Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen”. No es fácil escuchar a los profetas que Dios nos envía. Su misión es anunciar el bien y la verdad y denunciar el mal y la mentira. Pero es fácil descalificar a los mensajeros para no aceptar el mensaje.    

• “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto”. Todos esperamos una revelación extraordinaria. Pero Dios no nos envía muertos resucitados para que nos adviertan. Nos envía testigos de la fe que viven junto a nosotros. 

- Señor Jesús, tú nos has revelado la clave por la que un día seremos juzgados, tanto los creyentes como los no creyentes. Tú te has identificado con los pobres y los necesitados. Y nos preguntarás si te hemos atendido a ti en ellos o no te hemos visto en los hermanos. No permitas que ignoremos el rostro de ese Lázaro que yace a nuestra puerta. Amén.

José-Román Flecha Andrés