EL CÁNTARO
lunes, 7 de abril de 2025
EXAMEN DE CONCIENCIA - Domingo de Ramos 13 de abril de 2025
LOS GRITOS
“Os
digo que, si estos se callan, gritarán las piedras”
(Lc 19,40)
1.
Los
discípulos alababan a Dios al aclamar a Jesús en su entrada a Jerusalén ¿No se
oponen la alabanza a Dios y la aclamación a Jesús?
2.
¿Qué
puede significar que los discípulos de Jesucristo reconozcan a Jesús como el
Mesías enviado por Dios?
3.
¿Por
qué se trata de acallar también hoy a los que reconocen y manifiestan que Jesús
es el Salvador?
4.
¿Pero
no ocurre también que los mismos discípulos hayan decidido en este tiempo no
manifestar en público su fe?
5.
¿No
es exagerada la frase de Jesús al decir que si no lo aclaman sus discípulos gritarán
las piedras?
6.
¿Qué
puede significar en esta sociedad esa afirmación de que las piedras reconocerán
a Jesús como el Mesías?
7.
¿No
tendré yo que arrepentirme de no haber reconocido en público la dignidad y la
misión de Jesús?
José-Román Flecha
REFLEXIÓN - Domingo de Ramos en la Pasión del Señor 13 de abril de 2025
LA PAZ Y LA GLORIA
“El
Señor Dios me ha dado una lengua de discípulo,
para saber decir al abatido una palabra de aliento” (Is 50,4). El siervo
de Dios aparece en este canto como un discípulo fiel y un profeta audaz.
Escucha con atención la palabra de Dios y la trasmite sin temor.
En
él se anticipa ya la imagen de Jesús, que escucha la palabra de su Padre, la
anuncia con generosidad y entrega su vida por mantenerse fiel a esa misión.
El
salmo responsorial anuncia la pasión de Jesús. Casi nos escandaliza su pregunta
inicial: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Sal 21). Pero más
adelante se expresa la esperanza del orante: “Él es mi
alabanza en la gran asamblea, cumpliré mis votos delante de sus fieles”.
San Pablo recuerda a los Filipenses que Cristo, siendo de condición divina, se hizo obediente hasta la muerte y una muerte de cruz (Flp 2,6-11). Esa meditación sobre el Salvador, humillado por los hombres y exaltado por Dios, nos introduce en la Semana Santa.
EL POLLINO Y SU DUEÑO
Al inicio de la
procesión de este domingo de Ramos se recuerda la entrada del Señor en
Jerusalén (Lc 19,28-40). Al leer este texto evangélico nos asalta siempre una
curiosidad y nos sorprende la respuesta que los discípulos dan en nombre de
Jesús.
•
En primer lugar, nos hacemos estas tres preguntas: ¿A quién pertenecía el pollino que los
discípulos habían de ir a buscar, por orden de su Maestro? ¿Se había fijado Jesús
que el pollino solía estar atado a la entrada de Betfagé? ¿O será que el
evangelista trata de subrayar que Jesús conoce nuestras posesiones y nuestra
disponibilidad para colaborar con él?
• En segundo lugar, nos impresiona la única razón que los discípulos ofrecen al dueño o a los cuidadores del pollino: “El Señor lo necesita”. Eso es todo. Todos nos preguntamos si el dueño del pollino ya reconocía el señorío de Jesús. Pero hoy, ¿estamos nosotros dispuestos a “prestar” al Señor todo lo que él necesita para llevar a cabo su misión?
EL CANTO DE LOS PEREGRINOS
El
texto evangélico relata que los discípulos que acompañan a Jesús por aquel
camino que baja del Monte de los Olivos, repiten al menos dos gritos de
alegría:
•
“Bendito el Rey que viene en nombre del Señor”. Los peregrinos que llegaban a
Jerusalén solían ser recibidos con esta bendición (Sal 118,26). Ahora llega el
Rey de Jerusalén, pero viene como un humilde servidor. Viene a hacer presente
la misericordia de Dios, que se extiende a todas las gentes y a todos los
pueblos.
•
“Paz en el cielo y gloria en las alturas”. La paz era el gran don de Dios que
los peregrinos deseaban para la ciudad de Jerusalén (Sal 122,8). El evangelista
Lucas recuerda que ese era el don que aportaba a la tierra el nacimiento del
Mesías (Lc 2,14). Esa es también nuestra fe. Esa es nuestra esperanza. Y ese es
nuestro testimonio de peregrinos.
-
Señor Jesús, nosotros pensamos que hoy tú llegas a una sociedad que no te
reconoce como el Mesías. Pero te acogemos como nuestro Señor y Salvador.
Sabemos que tú nos traes la paz que tanto necesitamos. Danos tu luz y tu fuerza
para anunciarte como el enviado de Dios a esta tierra nuestra y en este tiempo concreto. ¡Bendito
seas por siempre, Señor!
CADA DÍA SU AFÁN - 12 de abril de 2025
LAS
PALMAS Y LAS PIEDRAS
1.La
peregrina Egeria, presenció en el siglo IV la procesión que bajaba del Monte de
los Olivos para recordar y celebrar la entrada de Jesús en Jerusalén.
El evangelio de Lucas anota que el entusiasmo
de los que aclaman a Jesús, agitando las palmas, surge cuando el cortejo se
acerca a la Ciudad Santa,
Los
gritos provienen de la multitud de los discípulos. Solo en el texto de Lucas se
dice que aquel griterío era una alabanza a Dios por todos los prodigios que las
gentes habían visto.
La
entrada de Jesús en Jerusalén es una ocasión más para revelar el misterio de
Jesús y recordarnos su misión. Él es el que viene en nombre del Señor. En él
adquieren pleno significado las palabras con las que eran acogidos los
peregrinos que subían a Jerusalén.
2.María
había sido proclamada “bendita” por Isabel. En las montañas de Judá Isabel
reconocía como “bendita” a María y proclamaba “bendito” el fruto de su vientre.
Ahora, pasados los años, Jesús es proclamado
“bendito” por sus discípulos en la montaña desde la que se divisa
Jerusalén. La cercanía de los lugares y
la coincidencia del título nos sitúa en el ambiente de la fe. Una fe que
descubre el proyecto de Dios sobre su enviado.
3.Entre
los espectadores del cortejo no faltan los fariseos. Pretenden que Jesús
reprenda a sus discípulos. También este detalle es importante. En el evangelio
de Mateo son los niños los que molestan. Aquí son los discípulos los que
reflejan su inocencia entusiasta.
El
texto de Lucas pone en boca de Jesús una frase proverbial que preanuncia ya la
difusión de su mensaje: “Si éstos callan gritarán las piedras”. El mensaje de
la misericordia de Dios no puede ser silenciado.
4.Jerusalén
está cerca de Belén. Jesús había nacido allí para llegar un día a esta Ciudad Santa.
Lucas coloca en boca de los discípulos que aclaman a Jesús un pregón semejante
a aquél con que los ángeles lo anunciaron al nacer: “¡Gloria a Dios en el cielo, y en
la tierra paz a los hombres de buena voluntad!”.
La
paz es el gran don de Dios. Los profetas habían anunciado la futura venida del
príncipe de la paz. Era fácil recordar la profecía de Zacarías que anunciaba la
llegada de un rey justo y victorioso, montado sobre un asno para proclamar la
paz a las naciones.
En
los tiempos antiguos la gloria de Dios reposaba sobre el monte santo en el que se
revelaba su Ley. En Jesús la gloria celeste se hacía cercana y visible en
Jerusalén.
5.Iniciamos
la Semana Santa de este año jubilar contemplando el misterio de la paz y de la
gloria que de Dios brotan y en Jesús se nos revelan.
Enriquecidos por esos dones, también nosotros podemos imaginar y diseñar un mundo nuevo y más justo.
José-Román Flecha Andrés
lunes, 31 de marzo de 2025
EXAMEN DE CONCIENCIA - Domingo 5º de Cuaresma. C 6 de abril de 2025
EL PECADO Y LA PIEDRA
“El que esté sin pecado que le tire la primera piedra”
(Jn 8,7)
1.
En
esta sociedad, se ha adoptado la ley del “todo vale”. ¿Qué sentido tiene hablar
del pecado en un mundo sin valores y sin normas de conducta?
2.
Según
San Agustín el pecado es la veneración a lo creado y el alejamiento del
Creador. ¿Se acepta hoy esa definición del pecado?
3.
¿Por
qué se niega la existencia del pecado y, al mismo tiempo, se destroza la imagen
del pecador?
4.
Es
muy frecuente arrojar la piedra contra el pecador, pero ¿son inocentes quienes se
apresuran a arrojársela?
5.
¿En
qué suelen fundamentarse los que creen y proclaman que ellos están libres de
pecado?
6.
Muchas
veces, se descubre que son más pecadores los que apedrean al “pecador” que él
mismo ¿Qué se puede hacer entonces?
7.
¿He
cometido alguna vez la hipocresía de condenar el comportamiento ajeno sin
detenerme a examinar mi propia conciencia?
REFLEXIÓN - Domingo 5º de Cuaresma. C 6 de abril de 2025
EL RECUERDO Y LA PROMESA
“No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo, mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis? Abriré un camino por el desierto, corrientes en el yermo… para dar de beber a mi pueblo” (Is 43,16-21). Al recuerdo de la liberación que Dios había ofrecido a su pueblo en el pasado, se contrapone ahora la promesa de una nueva intervención.
El pueblo de
Israel sabía que recordar lo que Dios había hecho por él era un gesto de gratitud
y de fidelidad a la alianza con el Señor que lo había librado de la
servidumbre.
En el pasado,
después que salieron de Egipto, Dios hizo brotar agua de una roca. Cuando
regresen del exilio sufrido en Babilonia, Dios repetirá los gestos de su
bondad. Preparará para ellos corrientes de agua en el desierto.
A esa certeza
responde el salmista al cantar: “El Señor ha estado grande con nosotros y
estamos alegres” (Sal 125). San Pablo, por su parte, trata de olvidar lo que ha
dejado atrás para valorar el conocimiento de Cristo y correr hacia la meta
prometida (Flp 3,8-14).
También el evangelio que hoy se proclama
contrapone de algún modo el pasado y el futuro. Los escribas y fariseos traen
ante Jesús a una mujer a la que dicen haber sorprendido en adulterio (Jn
8,1-11).
Recuerdan que los adúlteros eran
condenados a la lapidación. Pero ellos solo quieren poner a prueba a Jesús. Si el
Maestro no aprueba el mandato de apedrear a la adúltera, se sitúa contra la Ley
de Moisés. Si la condena, no posee la compasión que se espera de un profeta.
• Se acusa a la mujer y no se menciona a
su cómplice. Si no hay tal cómplice, la acusación es tan solo una provocación.
Si lo hay, pero ellos no quieren detenerlo, no son imparciales. Solo les
interesa poner en dificultades al Maestro para poder acusarlo.
• Pero Jesús se inclina por dos veces para escribir algo en el suelo. Según Giovanni Papini, “escribió precisamente sobre la arena para que el viento se llevase las palabras que los hombres tal vez no hubieran podido leer sin miedo”.
MISERICORDIA Y PERDÓN
San Agustín escribió que en este escenario quedaron
frente a frente la “misericordia” y la “mísera”, es decir, la necesitada de
compasión. Será oportuno prestar atención a lo que Jesús dice tanto a los
fariseos como a la mujer.
• “El que esté sin pecado que le tire la
primera piedra”. Es una incoherencia
presumir de cumplir la letra de la Ley cuando no se quiere asumir su espíritu. Estas
palabras nos revelan la grandeza y la comprensión del Maestro. Jesús es el
único que está sin pecado. Por tanto, es el único que podría juzgar, pero no juzga.
• “Tampoco yo te condeno. Anda y en
adelante no peques más”. La sociedad niega la seriedad del pecado, pero condena
al pecador. Por el contrario, Jesús no niega la gravedad del pecado ni la
seriedad de la culpa. Pero se muestra siempre dispuesto a ofrecer el perdón. El
Maestro no mira tanto al pasado como al futuro.
- Padre de los cielos, tú conoces nuestro pecado. Sin embargo, en Jesús nos revelas tu misericordia y nos concedes tu perdón. Deberíamos aprender de ti. No tenemos derecho a condenar a nuestros hermanos y hermanas. Que el Espíritu Santo nos ayude a inspirarnos en tu misericordia. Y que el pasado nos lleve a mirar con esperanza el futuro. Amén.
José-Román Flecha Andrés
CADA DÍA SU AFÁN -- 5 de abril de 2025
EL CORAZÓN Y LA CONCIENCIA
Con frecuencia lamentamos la perdida de
la conciencia en la sociedad actual. Todos advertimos que se ha impuesto la
norma del “todo vale”. Ese relativismo nos viene bien cuando nos lo aplicamos a
nosotros mismos. Pero nos destroza cuando lo utilizan los demás contra nuestro
interés y contra nuestra dignidad de personas.
Durante el tiempo de la cuaresma se oye
hablar con frecuencia de la necesidad de revisar nuestra conciencia a la luz de
la palabra de Dios. Ya en las tradiciones de Israel son abundantes las
alusiones a la conciencia.
1. Bajo la imagen del corazón, la
Escritura presenta la conciencia como el lugar donde se interioriza la ley
divina. Así se dice: "Grabad en vuestro corazón que no tenéis otro Señor a
quien servir, sino a Yahvéh " (Dt 4,39).
2. De David se dice que "le palpitó
el corazón" tras cortar la orla del manto de Saúl (1 Sam 24,6) y después
de haber ordenado el censo del pueblo (2 Sam 24,10). A Semeí, que se había
burlado de David, lo reprende duramente Salomón: "Sabes -tu corazón da
testimonio de ello- todo el mal que hiciste a mi padre (1 Re 2,44).
3.
En los profetas, el corazón aparece como la fuente de la vida moral. Según
Isaías, el rebelde camina por "las vías de su corazón" (Is 57,17), Jeremías
advierte que el "pecado está grabado en las tablas del corazón" (Jr
17,1). Y Ezequiel anuncia que la ley nueva será grabada por el mismo Dios en el
corazón de los hombres (Ez 11,19).
4. En el libro de la Sabiduría se
encuentra esta expresión: "Cobarde es la maldad y ella a sí misma se
condena; acosada por la conciencia imagina siempre lo peor" (Sab 17,10).
5. En los salmos se recuerda que solo Dios
es capaz de sondear el corazón humano. Dios juzgará sobre la culpabilidad o
inocencia de los hombres (Sal 7,10; 26,2). Con razón pide el salmista: “Crea en
mí, oh Dios, un corazón puro. Un corazón contrito y humillado, tú oh Dios, no
lo desprecias” (Sal 51).
6. Uno de los Proverbios solicita al
piadoso israelita que preste oído a la sabiduría e incline su corazón a la
prudencia (Prov 2,10; 3,1-3). El comportamiento de la persona será bueno o
malo, según sea bueno o malo su corazón (Prov 29,27).
7. Finalmente, ante las duras acusaciones
que le dirigen sus amigos, Job replica una y otra vez: "Mi corazón no me
condena" (Job 27,6).
Así pues, la conversión de la conciencia
se conecta con el conocimiento del propio corazón. Conocer la llaga del propio
corazón y extender las manos hacia Dios son expresiones frecuentes en la Biblia.
Por tanto, en este tiempo de cuaresma es
más que conveniente examinar nuestro corazón, es decir nuestra conciencia. Y
ver si, en nuestro caminar, tratamos de ajustar nuestra conciencia según la luz
de la palabra de Dios.
José-Román Flecha Andrés
martes, 25 de marzo de 2025
EXAMEN DE CONCIENCIA -
LA FUGA Y EL RETORNO
“Este hijo mío estaba muerto y ha revivido;
estaba perdido y lo hemos encontrado”.
(Lc 15,24)
1.
En
este tiempo muchas personas parecen desconocer o haber olvidado a Dios ¿A qué
puede deberse esa situación?
2.
En
otras ocasiones se admite una referencia a lo sobrenatural. ¿Por qué se rechaza
a un Dios que se presenta como padre?
3.
Aun
los que dicen admitir a Dios como Padre, ¿se reconocen y se respetan siempre
como hermanos?
4.
¿Es
habitual reconocer que si nos alejamos de Dios llevamos una vida mortecina?
5.
¿No
nos preocupa haber abandonado al Padre para terminar sirviendo a unos amos que
no nos prestan atención?
6.
¿Qué
significa en nuestra vida esa contraposición entre la pérdida y el hallazgo?
7.
¿Y
yo estoy dispuesto a decir con verdad que “me levantare e iré donde mi Padre?
José-Román Flecha
REFLEXIÓN - Domingo 4º de Cuaresma. C 30 de marzo de 2025
PÉRDIDAS Y HALLAZGOS
“Hoy
os he quitado de encima el oprobio de Egipto”. Con ese oráculo, Dios recuerda a
Josué que él ha liberado a su pueblo y lo ha ido guiando hacia la libertad (Jos
5,9).
Tras
la fatigosa peregrinación por el desierto, Dios promete a su pueblo que podrá
disfrutar de los frutos esperados y podrá ofrecer al Señor las primicias de sus
cosechas.
El
salmo responsorial convierte aquellas promesas del pasado en una certeza para
el presente. A nosotros la fe y la esperanza nos aseguran esa generosidad de nuestro Padre. Por eso nos
alentamos unos a otros cantando: “Gustad y ved qué bueno es el Señor” (Sal 33).
El primer don de ese Padre generoso es el de la reconciliación. San Pablo nos anuncia que Dios nos ha reconciliado consigo por medio de Cristo. Nos ha invitado a aceptar su perdón y a reconciliarnos con nuestros hermanos (2 Cor 5,17-21).
NUESTRA DIGNIDAD
La
parábola que hoy se proclama pertenece al capítulo evangélico de las pérdidas y
los hallazgos. Un pastor perdió una oveja y no descansó hasta que la encontró.
Lo mismo hizo una mujer que había perdido una moneda. Más elocuente aún es el
relato sobre un hijo que se había perdido y ha sido reencontrado por su padre y
por su hermano (Lc 15,32).
El hijo que se fue de casa busca la libertad.
Lejos de su casa, se convierte en un esclavo de sus gustos, en un servidor de
un amo que lo trata como a un esclavo y en un solitario despreciado por todos.
En realidad, la parábola que llamamos del hijo
pródigo es la parábola de la generosidad liberadora del padre. En la
experiencia de la soledad, el hijo menor redescubre el valor del hogar familiar.
Por su parte, el hijo mayor permanece en la casa, pero nunca ha llegado a descubrir la libertad que le proporciona el amor de su padre. Solo el amor nos hace libres. Solo el amor nos hace reconocer nuestra dignidad.
LIBERTAD Y ALEGRÍA
Al
retornar a casa, el hijo menor pide a su padre que lo reciba como un jornalero más. Seguramente esa
es la última tentación. Los verdaderos creyentes no pueden presentarse ante
Dios reclamando un salario por su trabajo.
•
Al que regresa triste y pobre el padre lo recibe con los brazos abiertos. Lo
viste de fiesta para subrayar su dignidad. Y le entrega el anillo con el que él
ratifica los contratos. La alegría por el hijo reencontrado revela la confianza
del padre y demanda la responsabilidad del hijo.
•
Y al hijo mayor, que ha permanecido en la casa, el padre le recuerda una doble
relación. Es un hijo, con el que el padre comparte todos sus bienes. Y tiene un
hermano, al que debe aceptar y recibir como tal.
A
las palabras del hijo menor, el padre no responde con palabras, sino con los gestos de la fiesta y la alegría.
Pero al hijo mayor sí que le dirige una invitación que marca el tono de todo el
relato: “Deberías alegrarte porque este hermano tuyo estaba muerto y ha
revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”.
- Padre de los cielos, hoy reconocemos que nuestra desgracia se debe precisamente al hecho de que hemos ignorado tu amor. Hemos malentendido el ideal de nuestra libertad. Agradecemos esa misericordia con la que nos recibes. Y te pedimos que nos ayudes a comprender dónde está la verdadera alegría. Amén.
José-Román Flecha Andrés
CADA DÍA SU AFÁN _ 29 de marzo de 2025
PALABRAS PARA LA PAZ
Ante el dramático espectáculo de las guerras, es
preciso evocar el ideal de la paz. Durante un siglo, los papas no han dejado de
promoverlo.
1.Benedicto XV, elegido papa al comienzo de la
primera guerra mundial, en su primera encíclica, Ad Beatissimi, incluía una dramática descripción y condena de la
guerra y el 1 de agosto de 1917 enviaba una nota a los jefes de los pueblos en
guerra para pedir el fin de aquella inútil carnicería.
2.En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, Pío XII
pronunció el 24 de agosto de 1939 su famosa advertencia: “Es inminente el
peligro, pero todavía hay tiempo. Nada se ha perdido con la paz. Todo puede
perderse con la guerra”. En el radiomensaje de Navidad de 1944, cuando aún no
había terminado la guerra, proponía una evolución radical en la resolución de
los conflictos.
3.En su encíclica Pacem in terris, Juan XXIII decía que la carrera de armamentos
exige de los ciudadanos sacrificios enormes, mientras
que otros pueblos quedan sin las ayudas necesarias para su progreso económico y
social. “La consecuencia es que los
pueblos viven bajo un perpetuo temor, como si les estuviera amenazando una
tempestad que en cualquier momento puede desencadenarse con ímpetu horrible”.
4.En
su visita a las Naciones Unidas, el papa Pablo VI pronunció aquel dramático
ruego de “¡Nunca más la guerra!”. Dos años después en su encíclica Populorum progressio preguntaba: “Si el
desarrollo es el nuevo nombre de la paz, ¿quién no querrá trabajar con todas
sus fuerzas para lograrlo?”
5.En el mismo lugar, Juan Pablo II denunciaba la
producción masiva de armamento y propugnaba la cooperación internacional para
la promoción del desarrollo, al tiempo que señalaba la injusticia como la causa
de las guerras.
6.En
su último mensaje para la Jornada de la paz del año 2013, Benedicto XVI decía
que “aparte de las diversas formas de terrorismo y
delincuencia internacional, representan un peligro para la paz los
fundamentalismos y fanatismos que distorsionan la verdadera naturaleza de la
religión, llamada a favorecer la comunión y la reconciliación entre los hombres…
El hombre está hecho para la paz, que es un don de Dios”.
7.Por su parte, el papa Francisco ha escrito que “no
podemos pensar en la guerra como solución, debido a que los riesgos
probablemente siempre serán superiores a la hipotética utilidad que se le
atribuya. Ante esta realidad, hoy es muy difícil sostener los criterios racionales
madurados en otros siglos para hablar de una posible “guerra justa”. ¡Nunca más
la guerra!”.
Se impone, pues, la obligación moral de promover el ideal de la paz. Ello exige el compromiso ético en pro de la justicia. Para esta humanidad, tan acostumbrada a las guerras fratricidas, la paz sigue siendo una utopía inabdicable.
José-Román Flecha Andrés
lunes, 17 de marzo de 2025
EXAMEN DE CONCIENCIA - Domingo 3º de Cuaresma. C 13 de marzo de 2025
LA CULPA Y LA CONVERSIÓN
“Aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los
mató,
¿pensáis que eran más culpables
que los demás habitantes de Jerusalén?
Os digo que no. Y si no os convertís,
todos pereceréis de la misma manera”
(Lc 13,4-5)
1.
En
tiempos de Jesús se pensaba que las desgracias caían sobre los malvados. ¿No
sigue vigente esa idea en nuestro tiempo?
2.
¿No
es verdad que ante las víctimas de una catástrofe, nos preguntamos qué mal
habían hecho?
3.
Por
otra parte, ¿no nos escandalizamos al ver cómo prosperan los malhechores?
4.
¿No
hay personas que le preguntan a los creyentes de qué les sirve su fe si no les van
bien sus negocios o el comportamiento de sus hijos?
5.
¿Qué
idea del hombre y de su conciencia moral reflejan estas y otras preguntas
semejantes?
6.
Es
más, ¿estas preguntas no revelan una idea equivocada de Dios y de su
providencia?
7.
¿Entiendo
que esas palabras de Jesús me invitan personalmente a la conversión?
José-Román Flecha
REFLEXIÓN - Domingo 3º de Cuaresma. 23 de marzo de 2025
UN TIEMPO PARA LA ESPERANZA
“He visto la
opresión de mi pueblo en Egipto y he oído sus quejas contra los opresores;
conozco sus sufrimientos” (Éx 3,7-8). Así suena la voz que oye Moisés en el desierto.
Moisés había sido
educado en un ambiente politeísta. Al oír una voz que sale de una zarza que
arde sin consumirse, pregunta el nombre del dios que decide liberar a los
hebreos. Y Dios responde que solo él puede ser reconocido como el dios que se
compadece de su pueblo.
La cuaresma nos
invita a recordar nuestros pecados. Pero con el salmo responsorial también nosotros
confesamos y proclamamos los atributos que distinguen a Dios: “El Señor es
compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia” (Sal 102).
Sin embargo, los hebreos no siempre se mostraron agradecidos a la compasión de Dios. Según san Pablo, “la mayoría de ellos no agradaron a Dios y sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto” (1 Cor 10,5). Por eso, el Apóstol ruega a los corintios que “el que se crea seguro, se cuide de no caer”.
LA HORA DE LA CONVERSIÓN
Según el evangelio de Lucas, Jesús se
enteró de un hecho que había horrorizado a las gentes. Unos peregrinos galileos habían sido masacrados
en Jerusalén por orden de Pilato. Además, unos obreros habían muerto aplastados
por el derrumbe de una torre junto al estanque de Siloé (Lc 13,1-9).
En su tiempo se pensaba que los males
físicos respondían al mal comportamiento de quien los padecía. Así que las
gentes consideraban como pecadores tanto a los asesinados por la crueldad
romana como a las víctimas de una desgracia en el trabajo.
En realidad, tambien hoy, cuando sucede
una catástrofe, muchos se preguntan escandalizados: “¿Qué mal han hecho estas
personas para ser castigadas de esta forma?”
Pero Jesús advirtió que las desgracias no siempre atrapan a los más culpables. Si fuera así, muchos de sus oyentes habrían sido asesinados o atrapados por los cascotes de la torre. Jesús sabe que todos somos pecadores y a todos se nos concede todavía la hora de la conversión.
EL FRUTO ESPERADO
En el evangelio de este tercer domingo
de cuaresma, se incluye la parábola de la higuera estéril. Hace tiempo que no
da fruto, así que el dueño decide arrancarla, pero el viñador intercede por ella.
Si las noticias de hoy dan cuenta de la extensión del pecado, todavía se nos ofrece
a todos la esperanza del perdón.
• “Señor déjala todavía este año”. La
parábola sugiere que el pecado comporta siempre la esterilidad de la
existencia. Sin embargo, se nos concede la oportunidad de reconocer con
humildad nuestros pecados. Este es el tiempo para la conversión.
• “Yo cavaré alrededor… a ver si da
fruto”. Todavía hay un espacio y un tiempo para la esperanza. No se puede
justificar nuestra pereza. La esperanza exige
de nosotros un esfuerzo. La conversión requiere el trabajo del cultivo.
• “Si no, el año que viene la cortarás”.
La esperanza se fundamenta en la misericordia de Dios, pero no puede llevarnos
a la irresponsabilidad. Toda crisis nos ofrece la posibilidad de repensar nuestra vida y tratar de producir el fruto
que se espera de nosotros.
- Padre nuestro, tú te muestras siempre misericordioso con todos los que invocan tu perdón. Ten piedad de nuestras culpas y concédenos una nueva oportunidad para que podamos cumplir tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
José-Román Flecha Andrés
CADA DÍA SU AFÁN - 22 de marzo de 2025
EL SERVICIO A LA VIDA
El día 8 de marzo peregrinó a Roma una amplia
representación del Movimiento por la Vida, que celebraba los cincuenta años de
su nacimiento. El Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin presidió
la santa misa en la basílica de San Pedro y leyó el mensaje que dirigía a los
peregrinos el papa Francisco. He aquí las principales ideas.
1.El Papa valora
el servicio que los miembros del Movimiento por la Vida prestan a la Iglesia y
a la sociedad y subraya “la solidaridad concreta, vivida con el estilo de
cercanía y proximidad a las madres en dificultad por un embarazo difícil o
inesperado”.
2. Con ello difunden la cultura de la vida, y lo hacen
con franqueza, amor y tenacidad, manteniendo unidas la verdad y la caridad
hacia todos, promoviendo en todos los niveles de la sociedad la cultura de la
acogida y los derechos humanos.
3. Es cierto que han disminuido algunos
prejuicios ideológicos y ha crecido entre los jóvenes la sensibilidad por el
cuidado de la creación, pero lamentablemente se ha extendido la cultura del
descarte.
4. Por tanto, es necesario que personas de todas
las edades se dediquen concretamente al servicio de la vida humana, sobre todo
cuando es más frágil y vulnerable.
5. Para los creyentes la vida humana es sagrada y
ha sido creada por Dios para un destino grande y hermoso.
6. Pero creyentes y no creyentes han de reconocer
que “una sociedad justa no se construye eliminando a los niños no deseados, a
los ancianos que ya no son autónomos o a los enfermos incurables”.
7. Apostar por la vida es un «sí» a la
civilización del amor, puesto que “liberar a las mujeres de las condiciones que
las empujan a no dar a luz a su hijo es un principio de renovación de la
sociedad civil”.
8. “La sociedad actual está estructurada en torno
a las categorías de poseer, hacer, producir y aparentar”. Pero hay que
agradecer “un proyecto diferente, que pone en el centro la dignidad de la persona
y privilegia a los más débiles”.
9. “El concebido representa a todo hombre y mujer
que no cuenta, que no tiene voz. Ponerse de su parte significa solidarizarse
con todos los descartados del mundo. Y la mirada del corazón que lo reconoce
como uno de nosotros es la palanca que mueve este proyecto”.
10. En el día internacional de la mujer, el Papa
agradecía al Movimiento por la Vida su apuesta por las mujeres, por su
capacidad de acogida, generosidad y valentía. “Las mujeres deben poder contar
con el apoyo de toda la comunidad civil y eclesial”.
Finalmente, el Papa recordó a Carlo Casini, que
hizo del servicio a la vida el centro de su apostolado laical y de su
compromiso político. Así lo demostró en una famosa intervención en la Universidad
Pontificia de Salamanca.
José-Román Flecha Andrés
miércoles, 12 de marzo de 2025
FIESTA DE SAN JOSÉ - 19 de marzo
JOSÉ DE NAZARET
El
día 19 de marzo la Iglesia Católica celebra la fiesta de san José, el esposo de
María de Nazaret. Su figura, tantas veces olvidada, es realmente modélica para
todos los cristianos. Y lo es por múltiples motivos.
1.
José de Nazaret se presenta en los evangelios como un hombre justo. Trata de
ajustar su vida a la voluntad de Dios. Y no pretende someter esa voluntad
divina al imperio de la libertad y de la decisión humana.
2.
Además, José sabe escuchar la palabra de Dios en el más respetuoso silencio.
Una palabra que se le dirige en la oscuridad de la noche y en esa oscuridad
existencial que hace difícil tomar las decisiones más arriesgadas.
3. José de Nazaret vive en un país sometido a
un poder imperial, ajeno a la cultura y a los intereses de su pueblo. Una orden
del imperio lo saca de su casa en un momento tan difícil como el de la
proximidad del parto de su esposa.
4.
José ha pasado por la persecución y la emigración. Ha tenido que salir de su
tierra para defender la vida de su hijo, amenazada por un tirano celoso de su
poder y promotor de una matanza de inocentes.
5.
José de Nazaret confía su destino a Dios. No se considera como un héroe por
haber librado a su familia de la muerte. Acepta los plazos que Dios ha marcado y
las señales con las que va dirigiendo su camino.
6. De una forma y de otra, José experimenta la
soledad y el dolor humano más traumático. De hecho, pierde a su hijo y ha de
salir a buscarlo con angustia, como ocurre a tantos padres en nuestro tiempo.
7.
Ese trance doloroso es al mismo tiempo una profunda experiencia espiritual.
José de Nazaret llega a pasar por la prueba que atraviesan todas las personas
que creen haber perdido el rastro de Dios.
8. José y María “no comprendieron” las palabras
con las que su hijo Jesús trató de explicar su permanencia en el templo. Y, a
pesar de todo, guardaron aquellas palabras en su corazón.
José
de Nazaret es el custodio de Jesús. Con razón se puede decir que es una figura
en la que se refleja la identidad y la misión de la Iglesia. Y, por tanto, el
camino y la vocación de todo cristiano.
- Padre de los cielos, que diste a Jesús y a María la fiel custodia de San José, despierta en nuestro mundo el sentido de la responsabilidad paternal, ayuda a nuestras familias a convertirse en iglesias domésticas y a la Iglesia en una auténtica familia. Y a todos nosotros ayúdanos a ser y actuar como custodios de nosotros mismos y de los demás, de la tierra que nos has confiado y de tu misma honra y gloria. Amén.
José-Román Flecha
EXAMEN DE CONCIENCIA - Domingo 2º de Cuaresma. C 16 de marzo de 2025
LA REVELACIÓN
“Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo”
(Lc 9,35)
1.
¿Se
puede decir que esta voz que baja del cielo es la principal revelación de la identidad
y la misión de Jesús?
2.
En
muchos ambientes se ignora o se niega abiertamente la divinidad de Jesús. ¿A
qué puede deberse ese fenómeno?
3.
No
solo eso. Aun como personaje histórico a muchos Jesús les merece menos respeto
que Buda o Mahoma ¿A qué responde esa tendencia?
4.
El
autor Vittorio Messori escribió que Jesús es “un famoso desconocido”. ¿Se puede
decir esto también de los cristianos?
5.
¿El
hecho de que la voz celestial presente a Jesús como el Hijo y el elegido por
Dios significa algo para los que lo siguen?
6.
¿Qué
comporta para los discípulos de Jesús la invitación celestial a escucharlo?
7.
¿En
qué momentos de mi vida me ha resultado más importante escuchar la voz y el
mensaje de Jesús?
José-Román Flecha