EL CÁNTARO
jueves, 20 de noviembre de 2025
EXAMEN DE CONCIENCIA - Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. C 23 de noviembre de 2025
VENGA TU REINO
“Este
es el rey de los judíos”
(Lc 23,38)
1. En la mayor
parte del mundo se ignora qué es un rey o se denigra su misma figura. ¿Cómo se
puede atribuir este titulo a Jesús?
2. Por otra
parte, nombrar a Jesús como rey de los judíos ¿no puede causar el rechazo de
quienes denuncian hoy a ese pueblo?
3. Jesús afirma
ante Pilato que es el rey de la verdad. ¿Pero no se desprecia hoy la verdad
difundiendo la mentira o generando corrupción?
4. ¿Se podrían
al menos establecer algunos valores fundamentales para pertenecer al reino de
Jesucristo?
5. Afirmar que
Jesús es rey ¿no parecerá reservar su realeza solamente a los cristianos o tal
vez a los católicos?
6. Y aun para
estos, confesar a Jesús como rey ¿determina la asunción de un comportamiento
digno del Reino que él anunciaba?
7. ¿Y yo en qué pienso en realidad cuando pido al Padre celestial que venga a nosotros su Reino?
José-Román Flecha
REFLEXIÓN - Fiesta de Jesucristo Rey del Universo. C 23 de noviembre de 2025
UN REY MISERICORDIOSO
“Todos los
ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo con ellos
un pacto en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos ungieron a David como rey de
Israel” (2 Sam 2,4).
Los ancianos
apoyan su decisión en la promesa que el mismo Dios había hecho a David: “Tú
serás el pastor de mi pueblo, Israel; tú
serás el jefe de Israel”. En esta nueva etapa de su
reinado, David traslada su residencia de Hebrón a Jerusalén.
El
salmo responsorial se hace eco de estos hechos al proclamar la fortaleza y la armonía de la
Ciudad Santa: “Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta” (Sal 121,3).
En la segunda lectura de este domingo, san Pablo evoca el reinado de David, al escribir que Dios Padre nos ha sacado del dominio de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido” (Col 1,13).
TRES DESAFÍOS
El texto del evangelio según san Lucas (Lc
23,35-43) por tres veces presenta la paradójica
realeza de Jesús en el dramático escenario de la crucifixión.
• En primer
lugar se recoge el desafío que dirigen a Jesús unos soldados
que apenas llegan a comprender lo que está sucediendo ante
sus ojos: “Si eres tú el rey de los judíos,
sálvate a ti mismo”. Seguramente, piensan que el condenado es un pobre loco. Pretende ser rey de unos súbditos
que claman a gritos que sea crucificado.
• Además,
se menciona el letrero que Pilato ha ordenado
colocar sobre la cruz: “Este es el rey de los judíos”.
Evidentemente, el gobernador romano
desprecia a Jesús. Y al mismo tiempo, quiere humillar
a los judíos. Piensa que, en su orgullo solo
se merecen como rey a un pobre hombre que no tiene unos seguidores que lo
defiendan.
• Y, en tercer lugar, junto a estos datos tan ajenos al estilo del crucificado, el evangelio de Lucas recoge el ruego de un malhechor que ha sido crucificado junto a él.
HOY CONMIGO
Este bandido
es
un condenado a muerte que reconoce
merecer el castigo. Ha oído
cómo Jesús pedía a su
Padre el perdón para quienes lo condenaban. Por eso se atreve a
dirigirse a ese hombre, al que Pilato califica como rey.
• “Jesús,
acuérdate de mí cuando llegues a tu reino”. ¿No estará pidiendo
una prueba? ¿Es que el
Reino de Dios, tan esperado por su pueblo, puede
llegar con aquel crucificado que tiene a su
lado?
Sin pretenderlo, se hace eco de todas las
gentes, que durante siglos pedían a Dios
que se acordase de su pueblo.
• “Te lo
aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso”. Esta es la
respuesta de Jesús. Todo parece reflejar un
escandaloso fracaso. Pero el Reino de Dios llega para quien está con él. El futuro esperado se concreta en el hoy de la misericordia. El
Justo injustamente ajusticiado se revela como el Rey misericordioso que reina
desde la cruz.
- Señor Jesús, en este
mundo muchas personas no reconocen tu realeza. Ayúdanos a vivir con alegría la suerte de pertenecer a
tu Reino. Y a proclamar con humilde osadía
tu señorío sobre el mal. Porque
tuyo es el Reino, tuyo el poder y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
CADA DÍA SU AFÁN - 22 de noviemre de 2025
CRISTO REY
Al
final del Año Santo de 1925, el papa Pío XI publicó su encíclica “Quas primas”,
por la que instituía la fiesta de Cristo Rey.
1. Constataba
el laicismo que a lo largo de los años se había ido difundiendo en la sociedad
en general y en los gobiernos. Señalaba el aumento de las discordias en
diversos ámbitos de la sociedad y la inestabilidad creada por las revoluciones.
Y lamentaba el deterioro de la institución y de la convivencia familiar.
Según
el Papa, la inestabilidad de las personas y todos aquellos desórdenes sociales
podían atribuirse al abandono de Dios y al olvido de la religión.
Ante
ese panorama, citaba las referencias que se encuentran en la Biblia con
relación a la realeza del Mesías. Es notorio que Jesús rehúye ser proclamado
como rey, mientras que ante Pilato afirma ser el rey de los que pertenecen a la
verdad.
2. Según
la fe cristiana, en Jesús de Nazaret se encuentran la naturaleza divina y la
humana. Pues bien, el papa Pío XI afirma que, en cuanto Dios, Cristo tiene la
soberanía divina. Y en cuanto a su humanidad ejerce una soberanía real sobre nuestra
inteligencia, sobre nuestra voluntad y sobre nuestro corazón.
• Cristo reina en las inteligencias de los
hombres, porque es la Verdad y porque necesitamos beber de él y recibir la
verdad.
• Reina en las voluntades de los hombres, porque
con sus mociones e inspiraciones influye en nuestra libre voluntad y la
enciende en nobles propósitos.
• Y reina en
los corazones de los hombres porque, con su caridad, con su mansedumbre y benignidad, se hace amar como nadie ha
sido ni será tan amado como él.
3. Teniendo
en cuenta a la sociedad y la revelación bíblica, el Papa introduce en su
encíclica una observación sobre la capacidad educativa de las fiestas. Es evidente
que los documentos aparecen una sola vez, mientras que las fiestas se repiten
cada año.
En
consecuencia, Pío XI decide cerrar el año santo instituyendo la fiesta de Jesucristo
Rey. Según él, “si todos los fieles comprenden que deben militar
con infatigable esfuerzo bajo la bandera de Cristo Rey, entonces, inflamándose
en el fuego del apostolado, se dedicarán a llevar a Dios de nuevo a todos los
rebeldes e ignorantes, y trabajarán animosos por mantener incólumes los
derechos del Señor”.
4. Reconocer
y venerar a Jesús como Rey habría de afectar a toda la Iglesia, pero también a
la sociedad civil y a toda la humanidad.
Ha
pasado un siglo. Al grito de “Viva Cristo rey” fueron asesinados los mártires
de México y de España. El laicismo que Pío XI observaba se ha extendido cada
vez más.
Con todo, reconocer a Jesús como nuestro Rey y Señor puede hacernos más libres, más evangélicos y más decididos testigos de su verdad.
José-Román Flecha Andrés
lunes, 10 de noviembre de 2025
EXAMEN DE CONCIENCIA - Domingo 33 del tiempo ordinario. C 16 de noviembre de 2025
LA PERSEVERANCIA
“Ni un cabello de vuestra cabeza perecerá:
con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas”.
(Lc 21,19)
1.
Se
dice que hoy muchas personas viven tan seducidas por el presente que parecen
totalmente despreocupadas del futuro. ¿A qué puede deberse esa actitud?
2.
También
es verdad que hay personas tan preocupadas por su futuro personal que llegan a
caer en la desesperación. ¿Cómo se las puede ayudar en este momento?
3.
¿Esa
frase de Jesús no puede inducir a algunas personas a adoptar una postura
frívola y desentendida de los demás?
4.
Por
otra parte, esa misma frase da por sentada la necesidad de la perseverancia.
¿Pero es fácil perseverar en una sociedad y en un tiempo marcados por la prisa
y por los cambios?
5.
Jesús
promete la salvación. ¿Pero que puede significar esa palabra para quienes hoy
se sienten ya salvados por la técnica?
6.
Todavía
se puede hacer otra observación a la frase de Jesús: ¿Qué puede significar hoy
la salvación de nuestra alma?
7.
¿Y
yo pido en la oración el don de la perseverancia y de la fidelidad a la palabra
y a la llamada de Jesús, nuestro Maestro y nuestro Señor?
José-Román Flecha
REFLEXIÓN -- Domingo 33 del Tiempo Ordinario.C 17 de noviembre de 2025
LA ESPERANZA DEL FUTURO
“A vosotros, los
que teméis mi nombre, os iluminará un sol de justicia y hallaréis salud a su
sombra” (Mal 3,20). El profeta Malaquías anuncia el
juicio de Dios sobre los hombres y sobre la historia. Los orgullosos y los malhechores serán como la paja que consume el
fuego. Pero los justos serán iluminados por el sol de la justicia.
El
salmo responsorial proclama que Dios es un juez justo. Los justos no deben temer su llegada: “El Señor llega para regir la
tierra, para regir a los pueblos con rectitud” (Sal 97,9).
Al parecer, a los fieles de Tesalónica les preocupaba pensar que el juicio de Dios estaba ya muy próximo. Así que algunos decidieron dejar de trabajar. Es famosa la reacción de san Pablo ante esa dejadez: “Si alguno no quiere trabajar, que no coma” (2 Tes 3,7-12).
TESTIMONIO DE FIDELIDAD
El evangelio de hoy
señala que algunos contemporáneos de Jesús se
quedaban admirados por la belleza del templo de Jerusalén, que desde los días
de Herodes el Grande estaba siendo reconstruido con magnificencia (Lc 21,5-19).
Pero el
comentario de Jesús fue muy tajante: “De esto
que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea
destruida”. Ante esta profecía los oyentes preguntaron cuándo iba a
ocurrir aquel desastre. Pero Jesús no señaló
una
fecha.
Sin embargo, mencionó
algunos fenómenos cósmicos y algunas revueltas sociales que podrían dar a entender que se acercaba
el final de los tiempos. Además, Jesús anunció las
persecuciones que habrían de afectar a los que siguieran sus pasos.
Serían denunciados por sus vecinos y hasta por sus mismos familiares. Y, al igual que le ocurrió al mismo Jesús, sus seguidores tendrían que comparecer ante las autoridades religiosas y civiles. Con todo, los sufrimientos por causa del nombre del Señor serían una ocasión para dar testimonio de su fidelidad al Maestro.
TRES AVISOS
Los
discípulos de Jesús le preguntaron expresamente: “Maestro, ¿Cuándo va a ser eso?”.
Pero, en lugar de satisfacer esa curiosidad tan razonable, Jesús dejó tres
avisos que son válidos para los creyentes de todos los tiempos:
•
“No vayáis tras ellos”. A lo largo de los siglos muchos se han presentado como
profetas, anunciando tremendos fenómenos que atemorizan a las gentes Pero los
seguidores de Jesús no deben prestar atención a esos pretendidos salvadores de
la humanidad. La salvación está en seguir al Señor.
• “No tengáis pánico”. En todo tiempo y lugar,
los seguidores de Jesús serán acosados y
perseguidos. Tendrán que contar con calumnias y acusaciones de todo tipo. Pero
han de superar el temor y aprender a remar contra corriente. Ser testigos
implica estar ahí y ser diferentes.
•
“Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas”. Salvarán su alma quienes
sigan fielmente a su Salvador. Salvar el
alma es descubrir el sentido de la vida y celebrarlo un día tras otro. La
esperanza del futuro exige mantener en el presente la fidelidad al Señor.
-
Señor Jesús, conocemos la debilidad de las grandes construcciones humanas y la
falsedad de los que se arrogan el papel de salvadores de la humanidad. Nosotros
creemos que tú eres el único Salvador. Queremos escuchar tu voz y dar
testimonio de tu palabra. Amén.
José-Román
Flecha Andrés
CADA DIA SU AFÁN - 15 de noviembre de 2025
El día 16 de noviembre de este año 2025 se
celebra la
IX Jornada Mundial de los Pobres. El mensaje del papa León XIV parte del lema “Tú, Señor, eres mi
esperanza” y nos ofrece estas ideas principales.
1. El pobre puede convertirse en testigo de una
esperanza fuerte y fiable, pues la profesa en su vida precaria, marcada por
privaciones, fragilidad y marginación. El pobre no confía en las seguridades
del poder o del tener. Al contrario, con frecuencia es víctima de ellas. Su
esperanza solo puede reposar en otro lugar.
2. Cuando existe el deseo de tener a Dios como
compañero de camino, las riquezas se relativizan, porque se descubre el
verdadero tesoro del que realmente tenemos necesidad.
3. La pobreza más grave es no conocer a Dios. Por
eso, la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención
espiritual.
4. Todos los bienes de esta tierra, las
realidades materiales, los placeres del mundo, el bienestar económico, aunque sean
importantes, no bastan para hacer feliz al corazón.
5. La esperanza cristiana no depende de la fuerza
humana sino de la promesa de Dios, que siempre es fiel. La esperanza cristiana
es como un ancla que fija nuestro corazón en la promesa de Jesucristo, que nos
ha salvado con su muerte y resurrección y que volverá un día entre nosotros
6. La esperanza nace de la fe, que la alimenta y
la sostiene, y vive sobre el fundamento de la caridad, que es madre de todas
las virtudes… Quien carece de caridad no solo carece de fe y esperanza, sino
que quita esperanza a su prójimo.
7. La pobreza tiene causas estructurales que
deben ser afrontadas y eliminadas. Pero todos estamos llamados a crear nuevos
signos de esperanza. Los hospitales y las escuelas, son instituciones creadas
para acoger a los más débiles y marginados. Hoy deberían formar parte de las
políticas públicas de todo país, pero lo impiden las guerras y las
desigualdades.
8. De todas formas, hay signos de esperanza como
las casas-familia, las comunidades para menores, los centros de escucha y
acogida, los comedores para los pobres, los albergues, las escuelas
populares.
9. La Jornada Mundial de los Pobres nos recuerda
que los pobres no son objetos de nuestra pastoral, sino sujetos creativos que
nos estimulan a encontrar formas nuevas de vivir el Evangelio.
10. Ante las nuevas oleadas de empobrecimiento y
de esclavitud, tenemos la tentación de acostumbrarnos y resignarnos pasivamente.
Así pues, nuestra responsabilidad social se basa
en el gesto creador de Dios, que a todos concede los bienes de la tierra.
También los frutos del trabajo del hombre deben ser accesibles de manera
equitativa. Por eso, ayudar al pobre es una cuestión de justicia, antes que de
caridad.
José-Román Flecha Andrés
miércoles, 5 de noviembre de 2025
EXAMEN DE CONCIENCIA - Fiesta de la Dedicación de la Basílica de Letrán 9 de noviembre de 2025
EL TEMPLO Y EL MERCADO
“Quitad esto de
aquí:
no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre”.
(Jn 2,16)
1.
Lo
más importante de este relato es que Jesús revela su relación de Hijo de Dios.
¿Vivimos nosotros esa relación filial con el Dios que se nos revela como Padre?
2.
La
reacción de Jesús ante los mercaderes situados en los atrios del templo de
Jerusalén indica el respeto que se debe a lo sagrado. ¿Se percibe hoy esa
sensibilidad?
3.
Vender
palomas en los atrios del templo facilitaba la ofrenda que los fieles iban a
presentar. ¿Un fin piadoso puede justificar cualquier medio que se pueda
emplear para lograrlo?
4.
¿Conocemos
situaciones en las que la experiencia de lo sagrado se convierta en una ocasión
que parece señalada por las características del mercado?
5.
¿Además
de afectar a lo sagrado, esta mercadería no estará también afectando a los
valores humanos que deben contribuir a subrayar la dignidad de la persona?
6.
¿Este
mercado no implica también a las instituciones, los grupos sociales, los
gobiernos y las organizaciones internacionales?
7. ¿No tendré yo que revisar mis actitudes o decisiones personales que pueden dar a entender que no respeto a las personas como templos de Dios?
José-Román Flecha
REFLEXIÓN - Dedicación de la Basílica de Letrán 9 de noviembre de 2025
EL MISTERIO DEL TEMPLO
“Del zaguán del templo manaba agua hacia levante” (Ez 47,1-2.8-9.12). Según el profeta Ezequiel, de los cimientos del templo de Jerusalén brotará un abundante manantial de aguas. Ese torrente cruzará el desierto y llegará a purificar las aguas del Mar Muerto. La profecía proclama que “habrá vida dondequiera que llegue la corriente”.
Esta
visión nos acompaña en la fiesta de la Dedicación de la Basílica de San Juan de
Letrán, consagrada en el año 324 a Jesucristo Salvador. Una inscripción grabada
en la base de una de las pilastras de la fachada nos la presenta como “Cabeza y
Madre de todas las iglesias de la Urbe y del Orbe”.
Con
el salmo responsorial, nosotros proclamamos que también hoy “un río y sus
canales alegran la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada” (Sal 45).
Esta fiesta nos lleva a dar gracias a Dios por su presencia entre nosotros. Y, sobre todo, a recordar que todos los bautizados somos templo de Dios. El Espíritu de Dios habita en nosotros, como escribe San Pablo a los Corintios (1 Cor 3,9-11.16-17),
EL DON DE LA VIDA
En el evangelio se recuerda la reacción de
Jesús ante los mercaderes instalados en los atrios del templo de Jerusalén (Jn
2,13-22). Muchos cristianos aseguran que también en este tiempo Cristo tendría
que limpiar no solo el templo material sino toda la Iglesia de Dios.
Pero el texto evangélico subraya especialmente
unas palabras de Jesús que resultaron misteriosas ya para todos aquellos que lo
escuchaban en su tiempo: “Destruid este templo y en tres días lo levantaré”.
El
templo era el lugar sagrado por excelencia. Así que el discurso de Jesús era
considerado como una blasfemia por quienes veneraban el templo de Dios más que
al Dios del templo.
Pero el evangelio advierte que “Jesús hablaba del templo de su cuerpo”. Sus discípulos recordaron esas palabras cuando Jesús resucitó de entre los muertos. Entonces comprendieron que levantar el templo era para Jesús triunfar sobre la muerte y transmitir el don de la vida a todos los que creyeran en él.
EL MERCADO Y EL CUERPO
El
evangelio nos dice, además, que tanto nuestro cuerpo como el cuerpo mismo de la
Iglesia han de ser reconocidos como morada de Dios:
• “No convirtáis en un mercado la casa
de mi Padre”. En nuestra cultura afectada por la frivolidad y el descarte, es
preciso recordar que el respeto al cuerpo es un deber que brota de la fe
bautismal. Nuestro cuerpo y el de los demás es morada de Dios.
• “No convirtáis en un mercado la casa
de mi Padre”. En una sociedad marcada por el interés, afirmamos que también el
mundo creado ha de ser respetado como casa de Dios y casa del hombre. Despreciar
hoy la casa común nos roba la esperanza en el mañana.
•
“No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre”. En una sociedad señalada por
el individualismo y la indiferencia, hay que redescubrir el valor de la
comunidad. La Iglesia es el lugar donde se nos revela Dios. Y no podemos
olvidar ese carácter sagrado.
- Padre nuestro que estás en los cielos, nuestra
fe nos enseña que la Iglesia es el cuerpo de Cristo. Y el respeto a los templos
materiales nos lleva a respetar nuestros cuerpos y el cuerpo dolorido de
nuestros hermanos. Que tu Espíritu nos ayude a proclamar este misterio. Amén.
José-Román Flecha Andrés
CADA DÍA SU AFÁN - 8 de noviembre de 2025
DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA
1. En nuestra parroquia solemos oír que este
domingo o el domingo próximo se celebra la jornada de la paz o la justicia, de
los enfermos o de los ancianos, de las misiones o de la caridad. Y es bueno
que, en la celebración de la eucaristía, a la memoria de la muerte y
resurrección de Jesucristo unamos la atención a nuestros hermanos, vecinos o
lejanos.
Pero, también es bueno que, en un domingo del
mes de noviembre, dediquemos nuestra atención a reflexionar sobre la diócesis a
la que pertenecemos.
2. El día 25 de mayo de este año 2025, en la
basílica de San Juan de Letrán, el nuevo papa León XIV tomaba posesión de su
cátedra como obispo de Roma. En su homilía nos invitaba a
reflexionar sobre la dimensión materna de la Iglesia.
Según él, la Iglesia es una madre, que está
dotada de unas características que le son propias: la ternura, la
disponibilidad al sacrificio y esa capacidad de escucha que le permite socorrer
y prever las necesidades de sus hijos e hijas, aun antes de que se formulen.
Esa
comprensión de la Iglesia es muy diferente de la percepción superficial que a
veces alimenta la actitud de las gentes de nuestro tiempo.
3. La
Iglesia es una familia, como solía repetir el papa Francisco. Y ya sabemos que
en nuestra familia es necesario fomentar y vivir una responsabilidad compartida.
Esa
disposición es necesaria también en nuestra familia diocesana. Unidos a nuestro
obispo, todos podemos y debemos participar en la escucha y en la difusión de la
Palabra de Dios, en la celebración de los sacramentos y en el servicio a
nuestros hermanos necesitados.
• Todos
podemos y debemos colaborar en la atención a las necesidades de la “casa”, de
todos los que la habitan y de las personas a las que esta familia ha de atender
para responder a la misión que le ha sido confiada por su Señor.
• Todos
juntos vamos caminando en el seguimiento del Señor. La fe, la esperanza y la
caridad se viven en comunidad. En nuestra familia diocesana, hemos de orar por
todos nuestros hermanos, vivos y difuntos.
• Todos
hemos de pedir al Señor que nos envíe muchos y santos sacerdotes, diáconos,
religiosos y religiosas, así como laicos comprometidos en la preciosa tarea de
anunciar y vivir el evangelio de Jesucristo.
4.
Es preciso repetirlo. Todos hemos de mantener la triple responsabilidad que
constituye el ser y el quehacer de la diócesis: el anuncio del Evangelio, la
celebración de los sacramentos y la asistencia a las necesidades que encontramos
mientras caminamos como “peregrinos de esperanza”, según el lema de este Año
Jubilar.
Que la celebración del día de la diócesis nos ayude a refrescar estas ideas y a calentar nuestro sentimiento de pertenencia y de colaboración con nuestra familia diocesana.
José-Román Flecha Andrés
lunes, 27 de octubre de 2025
EXAMEN DE CONCIENCIA - Conmemoración de todos los fieles difuntos. C 2 de noviembre de 2025
TRES VALORES
“Yo soy el camino y la verdad y la vida”
(Jn 14,6)
1.
¿No
tenemos a veces la sensación de que hemos perdido el camino, traicionado la
verdad y despreciado la vida?
2.
¿Cuáles
pueden ser los antivalores que se oponen en este tiempo a esos ideales de la
persona y de la sociedad?
3.
¿Qué
consecuencias comportaría para nosotros llegar a descubrir los valores que
reflejan esas tres palabras?
4.
¿Qué
disposiciones nos parecen necesarias para recuperar esos tres valores que han
de dignificar nuestra existencia?
5.
¿Qué
significa para nosotros el hecho de que Jesús se haya identificado a sí mismo
con esas tres palabras?
6.
¿Qué
puede implicar que la Iglesia haya incluído esa revelación de Jesús
precisamente en la celebración de los fieles difuntos?
7.
Valorando esa respuesta de Jesús a la pregunta
del apóstol Tomás, ¿llevo yo esas tres palabras a mi oración y a mi compromiso
diario?
José-Román Flecha
REFLEXIÓN - Solemnidad de Todos los Santos 1 de noviembre de 2025
LOS SANTOS
Algunos
imaginan a los santos como personas extrañas, alejadas de la realidad. En
realidad, son hombres y mujeres que han abrazado con coherencia los valores del
evangelio. Son los seguidores del Señor. Ellos nos demuestran la posibilidad de
imitar el estilo de Jesús.
Con
los santos se proponen modelos cercanos e imitables a los cristianos y también
a todos los hombres y mujeres de hoy. Junto a los santos canonizados están los
otros. Aquellos cuya fama no ha trascendido más allá de su ambiente familiar o
laboral. Los desconocidos por los medios de comunicación.
Ellos
han seguido con sencillez y fidelidad su vocación y han manifestado la alegría
de la gracia. Han vivido la fe, han contagiado la esperanza y han hecho del
amor la norma de su vida. Y ello, no para ser simpáticos ni eficaces, sino
porque así era Jesucristo.
Los santos y santas de Dios son los mejores hijos de la Iglesia. La prueba de que es posible vivir el proyecto de Dios. Son el icono más bello de la dignidad humana. Las arras de la esperanza. El anticipo de la gloria que nos ha sido prometida.
ALABAR Y AGRADECER
En
esta solemnidad de Todos los Santos se proclama el mensaje de las
bienaventuranzas pronunciadas por Jesús (Mt 5,1-12). En ellas se nos revelan el
rostro de Dios y el espíritu que animaba a Jesús.
Además,
nos dicen cuáles son las notas que caracterizan a los que forman parte de su
Iglesia. Y nos orientan hacia la patria celestial. Con sus promesas de futuro
recogen las mejores aspiraciones y esperanzas del corazón humano.
Las
bienaventuranzas no desprecian la tierra en la que viven, trabajan y sufren los
hijos e hijas de Dios. Pero nos invitan a recordar que nuestra verdadera
vocación y dignidad trasciende los logros de nuestras manos y supera el malogro
que nos aflige.
A la luz de este mensaje, la Iglesia manifiesta en la eucaristía de hoy las razones que tiene para alabar y dar gracias al Señor nuestro Dios: “Hoy nos concedes celebrar la gloria de tu ciudad santa, la Jerusalén celeste, que es nuestra madre, donde eternamente te alaba la asamblea festiva de todos los santos, nuestros hermanos”.
RECUPERAR LA ESPERANZA
Las
bienaventuranzas nos invitan a recuperar la esperanza y a caminar hacia la
felicidad que todos deseamos.
•
“Dichosos los pobres en el espíritu porque de ellos es el reino de los cielos”.
Los pobres en el espíritu no se conforman con las apariencias de riqueza,
porque sólo en Dios tienen su tesoro. Han abrazado la libertad que capacita
para vivir como hijos de Dios. A fin de cuentas, así era Jesús.
• “Dichosos los
perseguidos por causa de la justicia porque de ellos es el reino de los
cielos”. Los perseguidos por mantener el
más alto ideal no se dejan chantajear por los que ofrecen los espejismos del
tener del poder o del placer. También ellos han optado por la libertad. A fin de cuentas, esa fue la suerte que le
tocó a Jesús.
- “Dios todopoderoso y eterno, que nos has otorgado celebrar en una misma fiesta los méritos de todos los Santos; concédenos, por esta multitud de intercesores, la deseada abundancia de tu misericordia y tu perdón”. Amén.
José-Román Flecha Andrés