VER Y CREER
“¿Porque
me has visto has creído?
Bienaventurados los que crean sin haber visto”
(Jn 20,29)
1. Un antiguo consejo popular dice
que hay que ver para creer. ¿No será que, según el evangelio, hay que creer
para ver?
2. ¿Por qué en nuestra sociedad hay tantas
personas que, al parecer, se han decidido a no creer en Dios ni en su Hijo
Jesucristo?
3. ¿No será que creer en Jesucristo,
en su vida y en su muerte, en su acción y su mensaje, nos lleva a seguir sus
pasos y escuchar su voz?
4. En realidad, Tomás había creído
en Jesús. Se había fiado de él. Por eso estaba decidido a seguirlo hasta la
muerte. ¿Se puede decir eso de nuestra fe?
5. ¿A quiénes proclama Jesús
bienaventurados y por qué les atribuye y promete esa felicidad tan poco estimada
por nuestra sociedad?
6. ¿A qué actitudes personales y a
qué consecuencias sociales nos lleva en este tiempo esa audacia de creer sin
haber visto?
7. ¿Puedo afirmar con toda convicción que mi fe se apoya precisamente en la fe de los que han visto y escuchado al Señor?
José-Román
Flecha