LA MENTIRA Y LA VERDAD
“Pondré
enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje; él te pisará la
cabeza mientras tú acechas su calcañar” (Gén 3,15). Esa sentencia de Dios
contra la serpiente seductora se conoce como el “protoevangelio”, es decir la
primera buena noticia.
Dios
había permitido comer de todos los árboles del jardín, menos uno. Pero la
serpiente dice a la mujer que Dios ha prohibido comer de todos los árboles. Esa
es la primera de las “noticias falsas” (fake news) que envenenan nuestra
conciencia.
Con
razón dirá Jesús que el maligno es mentiroso desde el principio (Jn 8,44). El pretendido
poder que el demonio se atribuye (Lc 4,6) radica siempre en el engaño.
El
pecado es aceptar la mentira en lugar de acoger y defender la verdad. Pero, ya
desde los orígenes, Dios promete el triunfo del bien sobre el mal. Con razón el
salmo responsorial proclama que “del Señor viene la misericordia, la redención
copiosa” (Sal 129).
Como escribe san Pablo, los creyentes en Cristo, a los que él ha calificado como “santos” (2 Cor 1,1), esperan tener asegurada una casa que dura eternamente (2 Cor 5,1).
EL ERROR DE LA IMPIEDAD
El evangelio de hoy también nos habla del demonio (Mc
3,20-35). Al ver que Jesús domina al espíritu del
mal, algunos escribas se atreven a sentenciar: “Tiene dentro a Belzebú y
expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios”.
Jesús
responde que no es razonable afirmar que Satanás puede expulsar a Satanás. Para
explicarlo expone tres breves parábolas muy fáciles de comprender:
Un reino
que se encuentre enzarzado en una guerra civil no puede subsistir. Algo
parecido ocurre con una familia que ande dividida: también ella fracasará. Por
otra parte, si alguien quiere entrar en una casa para robar tiene que dominar
al dueño o al guardián.
Pues bien, “si Satanás se rebela contra sí
mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido”. Por tanto, no
tiene sentido la acusación que le hacen los escribas que han bajado de
Jerusalén. Si Jesús expulsa los demonios, no lo hace por el poder del príncipe
de los demonios. Con esa acción se pone de manifiesto el poder divino del
Maestro.
Según san Agustín, “aunque Satanás preserve el cuerpo y los sentidos corporales, mediante el error de la impiedad, domina la voluntad misma del ser humano”.
LA VERDAD COMPLETA
El texto
evangélico incluye una seria advertencia de Jesús: “Todo se les podrá perdonar
a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que
blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado
para siempre”.
• “Quien
blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás”. Quien decide llamar
bien al mal se aleja de la verdad y se instala en la mentira. Esa misma
obstinación le impedirá alejarse del engaño y descubrir la fuerza y la belleza
de la verdad.
• “Quien
blasfeme contra el Espíritu Santo cargará con su pecado para siempre”. Quien no
reconoce en el Espíritu de Dios la fuente de la misericordia y la luz de la
bondad nunca se arrepentirá de verdad para pedir perdón por su error.
- Señor
Jesús, tú sabes bien que también nosotros nos vemos tentados por el espíritu de
la mentira. Preferimos la compañía de los mentirosos antes que la soledad. Que
el Espíritu que nos guía hacia la verdad completa nos ayude a confiar en tu
poder sobre el mal. Amén.
José-Román Flecha Andrés