DÍA DE LAS MISIONES
El penúltimo domingo de octubre celebramos la Jornada Mundial de las
Misiones, que siempre hemos conocido como el DOMUND, o Domingo Mundial de la
Propagación de la fe.
En este año 2023 el papa Francisco nos ha dirigido un mensaje que
lleva por tema “Corazones fervientes, pies en camino” y recuerda a los
discípulos de Emaús. Su trasformación se resume con tres imágenes: los
corazones, los ojos y los pies.
1. En primer lugar, el evangelio de Lucas dice que los corazones de
aquellos dos discípulos ardían mientras el misterioso caminante que
se acercó a ellos les iba explicando las Escrituras que aludían al
Mesías.
También hoy el Señor resucitado se muestra cercano a sus discípulos
misioneros. De hecho, camina con ellos, especialmente cuando se sienten
perdidos, desanimados o amedrentados ante el misterio de la iniquidad que los
rodea y los quiere sofocar.
El Señor es más grande que nuestros problemas. Es preciso que aceptemos la
compañía del Señor resucitado que nos explica el sentido de las Escrituras. Que
él encienda también nuestro corazón, que nos ilumine y nos trasforme, para
anunciar al mundo su misterio de salvación con la fuerza y la sabiduría que
vienen de su Espíritu.
2. Además, al llegar a Emaús los ojos de los dos caminantes se abrieron y
reconocieron en el peregrino a Jesús cuando lo vieron partir el
pan.
Ese es un auténtico desafío para todo discípulo misionero: seguir a Jesús
para convertirse en “el que parte el pan y aquel que es pan
partido para el mundo”.
Partir el pan material con los hambrientos en el nombre de Cristo es ya un
acto cristiano misionero. Pero la acción misionera por excelencia es partir el
Pan eucarístico, que es Cristo mismo. La misión cristiana incluye el anuncio
del evangelio y también la ayuda material a las personas necesitadas.
3. En tercer lugar, evocamos los pies de los discípulos de Emaús, que se
ponen en camino y regresan a Jerusalén con la alegría de anunciar a Cristo
Resucitado.
En este tiempo, la humanidad está herida por las injusticias, las
divisiones y las guerras. Por eso, necesita la Buena Noticia de la paz y de la
salvación en Cristo.
Repitiendo un tema favorito, el Papa dice que “todos tienen derecho a
recibir el Evangelio”. Ahora bien, “los cristianos tienen el deber de
anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino
como quien comparte una alegría y ofrece un banquete deseable”.
Así pues, es hora de “salir con los corazones fervientes, los ojos abiertos y los pies en camino, para encender otros corazones con la Palabra de Dios, para abrir los ojos de otros a Jesús Eucaristía, para invitar a todos a caminar juntos por el camino de la paz y de la salvación que Dios ha dado a la humanidad en Jesucristo”.
José-Román Flecha Andrés