SALIR A LOS CAMINOS
“Id a los cruces de los caminos
y a
todos los que encontréis, llamadlos a la boda”.
(Mt 22,9)
1.
En la parábola se dice que los
convidados a una fiesta de bodas ponen excusas para no acudir. ¿Cuáles son las excusas que hoy se
ponen para rechazar la invitación de Dios a participar en su proyecto?
2.
¿Por qué la llamada de Dios parece
a muchas personas una trampa para la
libertad humana más que una oferta de felicidad, sellada por el amor y la
fidelidad?
3.
Como otras parábolas de Jesús, también
esta tiene algún detalle sorprendente para nuestra sociedad. En el mundo de hoy hay muchas gentes por los caminos. ¿Son invitadas
a la fiesta o sometidas a servidumbre?
4.
Ir a los cruces de los caminos para
invitar a los que pasan no es un acto de proselitismo ¿Por qué no se comprende más bien como una llamada a practicar la
acogida y el servicio?
5.
El rey advierte a sus mensajeros que
inviten a la boda a los caminantes que encuentren. ¿Por qué los mensajeros de
hoy nos limitamos a aguardar pasivamente a aquellos que nos encuentren?
6.
Además el rey encarga a sus mensajeros
que inviten a la fiesta de bodas a “todos” los que encuentren. ¿Qué decir de
las estrategias de selección y de exclusión que dificultan la universalidad de
la invitación de Dios?
7. Y yo ¿me siento profundamente agradecido por haber sido buscado e invitado a la fiesta del Señor, cuando andaba perdido por los caminos de este mundo?
Jose-Román Flecha