miércoles, 29 de diciembre de 2021

ORACIÓN - Domingo 2º después de Navidad. C 2 de enero de 2022

 

EL VERBO Y LA CARNE

El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”

(Jn 1,14) 

Señor Jesús, bien sabemos que el evangelio de Juan te atribuye las condiciones de la Sabiduría de Dios. Tú eres la Palabra creadora de Dios, anterior a la luz del sol, al brote de la hierba y a los primeros pasos del hombre por la tierra.

Tú eres la Palabra que habló por los profetas para exhortarnos a prestar atención al huérfano y al pobre. Tú eres la Palabra que nos mostró los caminos de la rectitud y nos  invitó a vivir esperando un reino de paz y de justicia.

 Llegada la plenitud de los tiempos, tú has sido enviado a nuestro mundo para salvarnos de nuestra soledad y nuestra nausea. Para liberaros de nuestro orgullo y de la indiferencia con la que miramos a los débiles y a los tristes.

Desde un principio sin principio, tú habías descubierto que el hombre nunca te escucharía si no te presentabas como un hombre. Así que decidiste aprender nuestra lengua, nuestros susurros y gemidos, nuestra sonrisa y nuestro llanto.

Te has hecho carne, para poder recorrer nuestros caminos y adoptar el ritmo de nuestros pasos. Tú hablas nuestro dialecto, escuchas nuestros lamentos, has aprendido a gritar a pleno día y a orar en el silencio tembloroso de la noche.

Tú nos has revelado el amor mañanero de Dios y has tratado de enseñarnos el aprendizaje crepuscular del amor humano. Gracias a ti nos atrevemos a sospechar cómo es Dios y tratamos de comprender qué significa ser hombres.

Tú nunca te has hecho sordo a nuestras súplicas. No permitas que nosotros nos hagamos sordos a tus exhortaciones. Que no caigamos en la tentación de ignorar el sonido de tu voz o de despreciar el quejido de un hermano.

Y, por fin, concede a nuestro lenguaje la sencillez y la humildad, la confianza y la valentía para transmitir a nuestro mundo la belleza y la verdad de tu palabra. Porque en ti está la luz  que nos guía y la vida que vence a la muerte. Amén.

                                                                              José-Román Flecha Andrés