CAMINOS DE LA PAZ
Con ocasión de la 55ª Jornada Mundial de la Paz
(1.1.2022), el papa Francisco ha publicado un mensaje, en el que reconoce los
esfuerzos encaminados a un diálogo constructivo entre las naciones. Sin
embargo, señala algunos hechos lamentables:
guerras y conflictos, la pandemia, los efectos del cambio climático y la
degradación del medioambiente, la tragedia del hambre y la sed, y un modelo
económico basado más en el individualismo que en el compartir solidario.
La paz es un don divino y el fruto del compromiso humano,
que se puede concebir como un trabajo artesanal. Por eso, el Papa propone tres
caminos para construir una paz duradera, que son tres elementos esenciales para
lograr un pacto social, sin el cual todo proyecto de paz es insustancial.
1. El primer camino es el diálogo, que requiere una confianza básica entre los interlocutores.
No basta con administrar la situación existente con parches o soluciones
rápidas. El encuentro y el diálogo entre las generaciones es la fuerza
propulsora de una política sana.
En efecto, el diálogo es una forma eminente de amor al
otro, en la búsqueda de proyectos compartidos y sostenibles. Un ejemplo es el
cuidado de nuestra casa común. De hecho, el medioambiente es un préstamo que
cada generación recibe y debe transmitir a la generación siguiente.
2. El segundo camino es la educación, que proporciona la
gramática para el diálogo entre las generaciones. Hoy la instrucción y la
educación son vistas como un gasto más que como una inversión. Su presupuesto ha
disminuido a nivel mundial, mientras que “los gastos militares han aumentado,
superando el nivel registrado al final de la guerra fría, y parecen destinados
a crecer de modo exorbitante”.
Sería deseable “que la inversión en la educación
estuviera acompañada por un compromiso más consistente orientado a promover la
cultura del cuidado”. Por consiguiente, es necesario “un pacto que promueva la educación a la
ecología integral según un modelo cultural de paz, de desarrollo y de
sostenibilidad, centrado en la fraternidad y en la alianza entre el ser humano
y su entorno”.
3. El tercer camino es el trabajo. Hombres y mujeres de
diferentes generaciones se encuentran en él, se
ayudan e intercambian conocimientos, experiencias y habilidades para el
bien común.
El trabajo es “un factor indispensable para construir y
mantener la paz; es expresión de uno mismo y de los propios dones, pero también
es compromiso, esfuerzo, colaboración con otros, porque se trabaja siempre con
o por alguien”.
Es evidente el impacto de la crisis sobre el mundo del trabajo
y en concreto sobre los trabajadores
migrantes. Por eso, hoy “es más urgente que nunca que se promuevan en todo el
mundo condiciones laborales decentes y dignas, orientadas al bien común y al
cuidado de la creación”.
José-Román Flecha Andrés