EL TEMPLO Y EL MERCADO
“Quitad esto de
aquí:
no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre”.
(Jn 2,16)
1.
Lo
más importante de este relato es que Jesús revela su relación de Hijo de Dios.
¿Vivimos nosotros esa relación filial con el Dios que se nos revela como Padre?
2.
La
reacción de Jesús ante los mercaderes situados en los atrios del templo de
Jerusalén indica el respeto que se debe a lo sagrado. ¿Se percibe hoy esa
sensibilidad?
3.
Vender
palomas en los atrios del templo facilitaba la ofrenda que los fieles iban a
presentar. ¿Un fin piadoso puede justificar cualquier medio que se pueda
emplear para lograrlo?
4.
¿Conocemos
situaciones en las que la experiencia de lo sagrado se convierta en una ocasión
que parece señalada por las características del mercado?
5.
¿Además
de afectar a lo sagrado, esta mercadería no estará también afectando a los
valores humanos que deben contribuir a subrayar la dignidad de la persona?
6.
¿Este
mercado no implica también a las instituciones, los grupos sociales, los
gobiernos y las organizaciones internacionales?
7. ¿No tendré yo que revisar mis actitudes o decisiones personales que pueden dar a entender que no respeto a las personas como templos de Dios?
José-Román Flecha