martes, 15 de julio de 2025

CADA DÍA SU AFÁN - 19 de julio de 2025


TESTIGOS DE ESPERANZA

El papa León XIV ha iniciado su mensaje para la Jornada Mundial de los Abuelos y los mayores de este 2025 con la frase bíblica:  Feliz el que no ve desvanecerse su esperanza” (cf. Si 14,2)

1. En primer lugar, afirma el Papa que “la esperanza siempre es fuente de alegría, a cualquier edad. Cuando ha sido templada por el fuego de una larga existencia, se vuelve fuente de una bienaventuranza plena”.

2. En la Biblia encontramos a hombres y mujeres ya avanzados en años, a los que el Señor invita a participar en sus designios de salvación. Con estas elecciones, Dios nos enseña que la ancianidad es un tiempo de bendición y de gracia, y que para él los ancianos son los primeros testigos de esperanza.  

3. Es evidente que en este tiempo está aumentado el número de personas en edad avanzada. Ese hecho es para nosotros un signo de los tiempos que estamos llamados a discernir, para leer correctamente la historia que vivimos.

4. “Abrazar a un anciano nos ayuda a comprender que la historia no se agota en el presente, ni se consuma entre encuentros fugaces y relaciones fragmentarias, sino que se abre paso hacia el futuro”.   

5. Es verdad que la fragilidad de los ancianos necesita la ayuda y el vigor de los jóvenes. Pero también es verdad que la inexperiencia de los jóvenes necesita el consejo y el testimonio de los ancianos para proyectar el futuro con sabiduría.  

6. La fe en la fidelidad de Dios nos dice que hay una bienaventuranza en la ancianidad y una alegría evangélica, que nos pide superar la indiferencia, que con frecuencia aprisiona a los ancianos. No podemos dejar marginada y olvidada a una parte tan importante y rica de la sociedad.

7. La esperanza cristiana nos impulsa siempre a arriesgar más, a pensar en grande, a trabajar por un cambio que restituya a los ancianos la estima que se merecen.

8. Y la caridad nos dice que visitar a un anciano es un modo de encontrarnos con Jesús. A ellos los libera de la soledad y a todos nos aleja de la indiferencia.

9. Si la vida se alarga, pueden existir muchos motivos para volver la vista atrás, más que hacia el futuro. Pero el libro del Eclesiástico afirma que son bienaventurados quienes mantienen la esperanza.

10. El amor por nuestros seres queridos no debe apagarse cuando se debilitan sus fuerzas. Al contrario, ese afecto reaviva sus energías, dándonos a nosotros y a ellos esperanza y consuelo.

Finalmente, el papa León XIV exhorta a todas las personas mayores a transmitir con amor la fe que han vivido durante tantos años, a alabar a Dios por su benevolencia y a cultivar la unidad con todos sus seres queridos.

Todos estamos llamados a vivir la fe, a amar con sinceridad y a ser signos  de esperanza a cualquier edad de nuestra vida.

                                                              José-Román Flecha Andrés