EL CORAZÓN Y LA BOCA
“De lo que rebosa el corazón habla la boca”
(Lc 6,45)
1.
¿Vemos
en nuestro ambiente que de verdad las palabras reflejan lo que brota del corazón
de la persona?
2.
¿Es
posible constatar que las malas intenciones se reflejan en malas palabras y que
el bien se manifiesta en la bondad del lenguaje?
3.
¿A
qué se puede deber la incoherencia de los sentimientos y el afecto con las
expresiones de la persona?
4.
¿Por
qué puede responder este pensamiento a la experiencia de cualquier persona,
creyente o increyente?
5.
Esta
frase nos recuerda la literatura sapiencial de Israel. ¿Qué ofrece de nuevo en
el discurso de Jesús?
6.
¿Cómo
podemos convertir este pensamiento en un motivo para nuestra oración personal?
7.
¿Examino
yo mi conciencia para ver cómo mis palabras reflejan la bondad o la malicia de
mis sentimientos?
José-Román Flecha