LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA PRÁCTICA
La nota “Antiqua et nova”, tras exponer los
límites de la inteligencia artificial, examina diez cuestiones que se pueden
resumir en estos puntos:
1. La sociedad. La IA podría promover el desarrollo humano integral. Pero puede
oponerse a él y al bien común. Podría prolongar la marginación y la discriminación,
crear nuevas formas de pobreza y agravar las desigualdades sociales.
2. Las
relaciones humanas. La IA puede favorecer las conexiones en la familia humana. Sin
embargo, podría obstaculizar el encuentro con la realidad y llevar a las
personas a la insatisfacción en las relaciones interpersonales o al aislamiento.
3. Economía
y trabajo. La IA está haciendo tareas que antes realizaban
los seres humanos. Si sustituye a los trabajadores humanos en lugar de
acompañarlos, existe el riesgo de un beneficio para unos pocos a costa del
empobrecimiento de muchos
4. La
sanidad. La IA puede ayudar a establecer un diagnóstico, facilitar la
relación entre pacientes y médicos y ofrecer nuevos tratamientos. Pero si se utiliza para sustituir la relación
entre pacientes y sanitarios, se crearía un sistema impersonal y desigual.
5. La educación. La IA puede ser un valioso recurso educativo.
Pero podría provocar una dependencia de los estudiantes respecto a la
tecnología. Y eso bloquearía su capacidad para realizar algunas actividades de
forma autónoma y agravaría su dependencia de las pantallas.
6. La información. La IA puede ayudar a
comprender hechos complejos o buscar la verdad. Pero puede generar contenidos
manipulados e informaciones falsas que, al ser difícil de distinguir de los
datos reales, pueden inducir fácilmente al engaño.
7. Privacidad
y control. La IA permite detectar el comportamiento de una persona a partir de pocas
informaciones. Pero es necesaria la privacidad de los datos para respetar la
dignidad de la persona y para que no sea identificada con un conjunto de datos.
8. Protección de la casa común. La IA puede
mejorar nuestra relación con la casa común, prever eventos climáticos extremos
y reducir su impacto. Pero los modelos actuales de IA requieren grandes
cantidades de energía y agua y contribuyen a las emisiones de CO2.
9. La guerra. La IA
podría ayudar a buscar la paz y la seguridad, pero las armas autónomas letales,
capaces de identificar y atacar objetivos sin intervención humana directa,
carecen de la capacidad humana de juicio moral y de decisión ética
10.La relación con Dios. Algunos buscan en la
IA su plenitud, que solo se encuentra en la unión con Dios. La IA puede ser más
seductora que los ídolos tradicionales: de hecho, estos tienen boca y no
hablan, pero la IA puede “hablar”, o dar la ilusión de hacerlo.