domingo, 15 de diciembre de 2024

REFLEXIÓN- Domingo 3º de Adviento. C 15 de diciembre de 2024

 

LA ALEGRÍA DEL ADVIENTO

“Regocíjate, hija de Sión; grita de júbilo, Israel; alégrate y gózate de todo corazón, Jerusalén. El Señor ha cancelado tu condena, ha expulsado a tus enemigos. El Señor será el rey de Israel, en medio de ti, y ya no temerás” (Sof 3,14-15). Por tres veces repite el profeta su exhortación a la alegría. 

El pueblo puede alegrarse porque Dios lo ha liberado de sus enemigos. Ahora él será el único rey y señor de Israel. Ya no habrá razón para seguir viviendo en el temor. 

También el salmo responsorial canta la alegría de gozar de la presencia de Dios: “Gritad jubilosos: Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel” (Is 12,6).

Y la alegría resuena con tonos de Adviento en la invitación que san Pablo dirige a los fieles de Filipos: “Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, alegraos. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca” (Flp 4,4-5).

CLAVES DE LA CONVERSIÓN

La alegría verdadera es el fruto de la conversión. No puede fundarse en los éxitos de la persona. Según el evangelio, Juan Bautista exhorta a la conversión a todos los que se acercan a escucharle a las orillas del Jordán (Lc 3,10-18),

El Bautista trata de exponerles algunas consecuencias muy concretas que harán creíbles a los que aparentan haberse convertido. 

• Compartir los vestidos y los alimentos con quienes no los tengan. Esta actitud positiva subraya el valor de todo eso que hace posible la vida y que protege la dignidad de la persona.

• No exigir a los otros más de lo establecido por la ley. Este veto no es solo negativo. De hecho, trata de promover el respeto a la justicia y la armonía de la comunidad.

• No hacer extorsión a nadie. Esta prohibición condena todos los abusos de los que se aprovechan de su poder para explotar a los humildes y marginados.

Evidentemente, estas claves de la verdadera conversión pueden ser aplicadas a las diversas situaciones que se repiten en todos los tiempos y lugares. También en los nuestros.

LA VENIDA DEL SEÑOR

Pero el Bautista no se limitaba a dar normas de conducta. Su misión era anunciar la llegada del Mesías. Ese era el hecho que motivaba su predicación.

• “Viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias”. Juan no tenía la clave de la salvación: anunciaba al Salvador. En realidad, se consideraba menos que un esclavo al servicio del Señor.

• “Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego”. Juan bautizaba con agua, pero preveía ya un nuevo bautismo de viento y de fuego. Con esas imágenes anunciaba la acción del Espíritu, que es el origen de una nueva vida.

• “En su mano tiene el bieldo para aventar su parva”. Juan no podía discernir el bien y el mal. El Mesías traería el bieldo para separar el trigo de la paja. Solo el Señor puede realizar un juicio definitivo sobre las realizaciones humanas.

- Señor Jesús, todos necesitamos la conversión que predicaba Juan el Bautista. Esa conversión demostrará la sinceridad de nuestra fe, el compromiso de nuestra esperanza y la verdad de nuestra caridad. Solo la conversión puede generar alegría. Que tu luz y tu fuerza nos ayuden en este Adviento a preparar tu venida.  Amén.

                                                                             José-Román Flecha Andrés