martes, 17 de diciembre de 2024

CADA DÍA SU AFÁN - 21 de diciembre de 2024

 

                                                         EL BELÉN

El día 1 de diciembre del 2019 el papa Francisco firmó una carta sobre el significado y el valor del belén. En ella alienta la tradición de preparar el belén en nuestras casas, en los lugares de trabajo, en las escuelas, en los hospitales, en las cárceles, en las plazas. He aquí algunas de sus ideas principales. 

1. El origen del belén se remonta a san Francisco de Asís, que el 25 de diciembre del año 1223 vivió en Greccio una representación viviente del Nacimiento de Jesús, de modo que «todos regresaron a sus casas colmados de alegría».

2. El belén es como un Evangelio vivo. Al contemplar la escena de la Navidad, nos ponemos espiritualmente en camino, atraídos por la humildad de Aquel que se ha hecho hombre para encontrar a cada hombre. 

3. El belén manifiesta la ternura del Padre, que en Jesús “nos ha dado un hermano que viene a buscarnos cuando estamos desorientados y perdemos el rumbo; un amigo fiel que siempre está cerca de nosotros; nos ha dado a su Hijo que nos perdona y nos levanta del pecado”.

4. La preparación del belén o pesebre “nos ayuda a sentirnos implicados en la historia de la salvación, contemporáneos del acontecimiento que se hace vivo y actual en los más diversos contextos históricos y culturales”.

5. Además, el belén nos invita a “sentir” y a “tocar” la pobreza que el Hijo de Dios eligió para sí mismo en su encarnación y nos llama a seguirlo por el camino de la humildad, a encontrarlo y servirlo en los más necesitados. 

6. El cielo estrellado del belén nos dice que Dios no nos deja solos.  Las montañas, los riachuelos, las ovejas y los pastores nos recuerdan que toda la creación participa en la venida del Mesías. Los ángeles y la estrella nos invitan a ir a adorar al Señor.

6. Los mendigos, los pobres y los sencillos que llenan el paisaje del belén nos recuerdan que Dios se ha hecho cercano a todos los que sienten la necesidad de su amor y buscan su compañía. 

7. En el centro del belén está el portal. En él colocamos a María, la madre que contempla a su hijo y lo muestra a quienes van a visitarlo. Y allí está san José, que protege a su familia. 

8. Llegada la Navidad, colocamos la imagen del Niño Jesús. En ese niño que sonríe y nos tiende sus brazos Dios nos revela la grandeza de su amor.

9. Finalmente, antes de la Epifanía, colocamos las figuras de los Reyes Magos, que no se escandalizan por la pobreza del ambiente y no dudan en postrarse y adorar a Jesús. 

10. El belén o “nacimiento” nos habla del amor de Dios, que se ha hecho niño para decirnos lo cerca que está de todo ser humano, cualquiera que sea su condición.

Al igual que san Francisco, abramos el corazón a esta gracia tan sencilla. Y demos gracias a Dios, que ha querido compartir todo con nosotros para no dejarnos solos.

                                                                      José-Román Flecha Andrés