EL CAMINO Y EL CANSANCIO
En el cuarto domingo de noviembre se celebra la Jornada Mundial de la Juventud. El papa
Francisco ha encabezado este año 2024 su mensaje con esta frase: “Los que esperan en
el Señor caminan sin cansarse” (cf. Is 40,31). Y ha querido subrayar el caminar y
el cansancio. He aquí
algunas ideas suyas:
1. Nuestra vida es una peregrinación, un viaje que nos impulsa más
allá de nosotros mismos, un camino en búsqueda de la felicidad. La vida
cristiana es una peregrinación hacia Dios, nuestra salvación y plenitud de todo
bien.
2. Las metas, las conquistas y los éxitos a lo largo del camino, si se
quedan solo en el ámbito material, después de un primer momento de satisfacción
nos dejan aún sedientos, deseosos de un sentido más profundo.
3. Es normal que sintamos el cansancio, al que a veces se une el hastío o apatía e insatisfacción de quien no se involucra en
nada, no se decide, no elige, nunca arriesga y prefiere permanecer en su zona
de confort.
4. La solución al cansancio no es detenerse, sino ponerse en
camino y volverse peregrinos de esperanza. La esperanza vence todo
cansancio, toda crisis y toda ansiedad, dándonos una fuerte motivación para
seguir adelante, porque esta esperanza es un regalo que recibimos de Dios.
5. Los que han recibido el don de la fe, tienen momentos felices en
los que Dios está presente y cercano, y otros momentos en los que se experimenta
la soledad. Estos tiempos de crisis no
son perdidos o inútiles, sino que pueden transformarse en ocasiones importantes
para crecer.
6. En los inevitables momentos de fatiga que acompañan nuestra
peregrinación por este mundo, aprendamos a descansar como Jesús y en
Jesús. Todo cansancio interior puede encontrar alivio en el Señor.
7. Queridos jóvenes, les invito a ponerse en camino, a descubrir la
vida, tras las huellas del amor, en busca del rostro de Dios. Pero les
recomiendo esto: no se pongan en camino como simples turistas, sino como
peregrinos.
8. Preparémonos todos para el Año Jubilar. Que la peregrinación
jubilar se convierta para cada uno de nosotros en un encuentro vivo y personal
con el Señor Jesús, “puerta” de salvación. Los exhorto a vivir la peregrinación
con tres actitudes fundamentales: el agradecimiento, la búsqueda
y el arrepentimiento,
9. La
columnata de Bernini en la Plaza de San Pedro evoca los brazos abiertos de la
Iglesia, nuestra madre, que acoge a todos sus hijos. En este Año Santo de la Esperanza,
podemos experimentar el abrazo del Dios misericordioso.
10. Y todos nosotros podemos mantener los brazos abiertos para acoger a los demás con una sonrisa, un gesto de amistad, una mirada fraterna, una escucha sincera, un servicio gratuito, para ser incansables misioneros de la alegría.
José-Román Flecha Andrés