NUESTRA LEPRA
“Quiero, queda limpio”
(Mc 1,41)
1.
Nos llama la atención la confesión de fe
del leproso que se acerca a Jesús pidiendo ser curado. ¿Se pueden encontrar en
nuestro ambiente personas con tanta fe?
2.
El leproso parece preguntar a Jesús si
puede limpiarlo. ¿Tenemos nosotros confianza en el poder y en la voluntad misericordiosa
del Señor?
3.
En algunas partes del mundo se
encuentran todavía numerosos casos de lepra. Pero ¿qué otras “lepras” subsisten
en las sociedades que se sienten ya liberadas?
4.
¿Qué impide hoy a las personas enfermas
y atribuladas acercarse a Dios para implorar su misericordia y su poder?
5.
¿Por qué no llegamos a considerar como
una lepra los llamados pecados estructurales que corroen a nuestra sociedad?
6.
Jesús confió a sus discípulos la misión
de anunciar el evangelio y de curar toda dolencia. ¿En qué casos debería la
Iglesia mostrar la misericordia del Señor, repitiendo su mensaje: “Quiero, queda limpio”.
7.
¿Confío yo en el Señor para pedirle que
me limpie de esas formas de lepra que me hacen difícil la convivencia con mi
comunidad?
Jose-Román Flecha