ENFERMEDAD Y SOLEDAD
El día 11 de febrero se celebra la Jornada Mundial del
Enfermo. El lema que el Papa ha elegido para este año recuerda las palabras que
el Génesis pone en la boca del Dios Creador: “No conviene que el hombre esté
solo” (Gn 2,18). He aquí algunas ideas del mensaje.
1. Dios, que es
amor, creó al ser humano para la comunión y las relaciones humanas. Hemos
sido creados para estar juntos, no solos. La experiencia del abandono y de
la soledad es dolorosa e inhumana, sobre todo en tiempos de fragilidad,
incertidumbre e inseguridad, provocadas por alguna enfermedad grave.
2. “También en los países que gozan de paz y cuentan con
mayores recursos, el tiempo de la vejez y de la enfermedad se vive a menudo en
la soledad y, a veces, incluso en el abandono”.
3. Esta triste realidad es consecuencia de la cultura del
individualismo. Hoy se exalta el rendimiento y la eficiencia a toda costa. Por
eso nos hacemos indiferentes y despiadados cuando las personas ya no tienen
fuerzas para producir bienes.
4. Hay opciones
políticas que se niegan a reconocer la dignidad de la persona humana y sus
necesidades. No siempre favorecen las medidas necesarias para garantizar el
derecho a la salud y a los cuidados médicos.
5. El abandono de las personas frágiles y su soledad es
más grave cuando se reducen los cuidados y servicios de salud y no se promueve
una “alianza terapéutica” entre el médico, el paciente y sus familiares.
6. “El pecado genera recelos, fracturas, divisiones y
aislamiento… Ese aislamiento nos hace perder el sentido de la existencia, nos
roba la alegría del amor y nos hace experimentar una opresiva sensación de
soledad en todas las etapas cruciales de la vida”.
7. El primer cuidado que necesita la persona enferma es una
cercanía llena de compasión y de ternura. “Cuidar al enfermo significa cuidar
sus relaciones con Dios, con los demás, con la creación y consigo mismo”.
8. “Todos hemos sido creados para el amor, estamos
llamados a la comunión y a la fraternidad. Esta dimensión de nuestro ser nos
sostiene especialmente en tiempos de enfermedad y fragilidad”
9. El Papa dice a los enfermos: “¡No se avergüencen de su
deseo de cercanía y de ternura! No lo oculten y no piensen nunca que son una
carga para los demás”.
10. Por tanto, “con el amor recíproco que Cristo Señor nos da en la oración, sobre todo en la Eucaristía, sanemos las heridas de la soledad y del aislamiento. Cooperemos así a contrarrestar la cultura del individualismo, de la indiferencia, del descarte, y hagamos crecer la cultura de la ternura y de la compasión”.
José-Román Flecha Andrés