EL NOMBRE DE JESÚS
“Concebirás en tu vientre y darás a luz
un hijo,
y
le pondrás por nombre Jesús”
(Lc 1,31)
1.
Alguna vez hemos oído en los medios de
comunicación una interpretación absurda de este texto evangélico. ¿Por qué no
se estudia con curiosidad y respeto el sentido de estas palabras del ángel a
María?
2.
Refiriéndose a María, san Agustín
escribió que “el Hijo de Dios se hizo verdad en su mente antes de hacerse vida
en su vientre”. ¿Qué puede significar esa afirmación?
3.
El nombre de Jesús, que María ha de dar
a su Hijo, significa “Dios salva”. ¿Qué es lo que impide en tantos lugares
del mundo aceptar a Jesús como Salvador?
4.
¿Por otra parte, los que nos decimos
cristianos tenemos conciencia de que en verdad necesitamos ser salvados?
5.
Y además, ¿estamos dispuestos a anunciar
la salvación a tantas personas que necesitan esa buena noticia?
6.
Seguramente no basta con anunciar la salvación. ¿Qué deberíamos
hacer u omitir para que sean realmente
salvados los que se encuentran al borde del abismo?
7.
¿Y yo agradezco personalmente a Dios
haber sido salvado por Jesús del pecado, de la rutina, del sinsentido de la
vida?