LA CRISIS CLIMÁTICA
El día 4 de octubre de 2023, el papa Francisco ha
publicado una exhortación sobre la crisis climática, encabezada por unas
palabras de san Francisco de Asís:
“Alaben a Dios por todas sus criaturas”. En este texto sobresalen al
menos estas ideas:
1. El impacto del cambio climático perjudicará de modo
creciente las vidas y las familias de muchas personas. Sentiremos sus efectos
en los ámbitos de la salud, las fuentes de trabajo, el acceso a los recursos,
la vivienda, las migraciones forzadas.
2. Para
simplificar esta realidad, algunos culpan a los pobres por tener muchos hijos y
hasta pretenden resolver el problema esterilizando a las mujeres de los países
menos desarrollados.
3. En este momento
no se puede dudar del origen humano del cambio climático. En los últimos cincuenta años la temperatura
aumentó con una velocidad inédita, sin precedentes en los últimos dos mil años.
4. Ya no podemos detener el enorme daño que hemos
causado. Solo estamos a tiempo para evitar daños todavía más dramáticos.
5. Hoy se trata de aumentar el poder humano más allá de
lo imaginable. Todo lo que existe deja
de ser un don que se agradece, se valora y se cuida, y se convierte en víctima
de cualquier capricho de la mente humana y sus capacidades.
6.
Hemos hecho asombrosos progresos tecnológicos, pero al mismo tiempo somos
capaces de poner en riesgo la vida de muchos seres y nuestra propia
supervivencia. Cabe repetir hoy la ironía de Soloviev: “Un siglo tan avanzado
que era también el último”. Nuestro poder y el progreso que generamos se
vuelven contra nosotros mismos.
7. Tras el escaso
éxito de las negociaciones anteriores, la próxima Conferencia de Dubai (COP28) debería mostrar que todo lo que se ha hecho desde
1992 ha valido la pena, o será una gran decepción y pondrá en peligro lo bueno
que se haya podido lograr hasta ahora.
8. Ante la crisis climática, surgen grupos que son criticados
como “radicalizados”. Pero cubren un vacío de la sociedad, que debería ejercer
una sana presión. En realidad toda familia debería pensar que está en juego el
futuro de sus hijos.
9. A la luz de la fe, reconocemos que “esta
responsabilidad ante una tierra que es de Dios implica que el ser humano,
dotado de inteligencia, respete las leyes de la naturaleza y los delicados
equilibrios entre los seres de este mundo”.
10. Además, “Jesús
podía invitar a otros a contemplar la belleza que hay en el mundo porque él
mismo estaba en contacto permanente con la naturaleza y le prestaba una
atención llena de cariño y asombro”.
El Papa concluye su exhortación afirmando que “un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo”.
José-Román Flecha Andrés