EL REFLEJO DEL PERDÓN
“Ten
paciencia conmigo y te lo pagaré todo”.
(Mt 18,26 y 29)
1. Hay
personas y agrupaciones que exigen que una institución pida perdón por algo que
hicieron otros que vivieron hace siglos. Pero los que exigen esa petición de
perdón ¿no se están beneficiando de los que consideran errores de los otros?
2. Cuando
recordamos una y otra vez los errores y aun los crímenes de una época
histórica, ¿estamos dispuestos a reconocer la responsabilidad de nuestro grupo
o subrayamos solamente la responsabilidad de los demás?
3. Nosotros
mismos ¿nos situamos entre los deudores o entre los acreedores? ¿Hemos de pedir
perdón o hemos de tener la paciencia que los otros nos solicitan?
4. ¿Al
pedir perdón a los demás lo consideramos como una gracia totalmente inmerecida
o como un deber ajeno al que creemos tener derecho?
5. Si
alguien nos pide a nosotros un gesto de compasión y de perdón ¿tenemos
conciencia de que el perdón que otorgamos es un pálido reflejo del perdón que
Dios nos concede a todos?
6. Si
tanto nos cuesta perdonar a los demás por las ofensas o injusticias que hemos
padecido ¿nos mostramos dispuestos a pedir a Dios el perdón por nuestros
pecados?
7. ¿Y yo, cuánto tiempo hace que no
pido perdón a Dios y a mis hermanos con un sincero propósito de cambio en mi vida?