UN ACUERDO PARA ORAR
“Si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la
tierra para pedir algo,
se
lo dará mi Padre del Cielo”.
(Mt 18,19)
1.
Muchas personas dicen en este tiempo que
les resulta difícil orar. ¿Podemos encontrar algunas causas de las dificultades
más frecuentes que suelen dificultar hoy el ejercicio de la oración?
2.
En un mudo marcado por el
individualismo, es difícil que dos personas se pongan de acuerdo para tratar de
conseguir algo que vaya más allá de sus intereses. ¿Qué nos sugiere ese posible
acuerdo al que se refiere Jesús?
3.
Es interesante ver que Jesús menciona a
dos personas que pueden ponerse de acuerdo para pedir algo a Dios. ¿Qué importancia puede tener esa decisión de
compartir la oración?
4.
Jesús se refiere explícitamente a la
oración de petición. Nuestra oración se limita a veces a pedir a Dios la salud
o algunos bienes materiales. ¿Es frecuente pedir a Dios que nos ayude a cumplir
su voluntad?
5.
¿Se puede imaginar la razón por la que
el Padre escucha y atiende la petición de dos personas que se han puesto de
acuerdo para pedir algo?
6.
¿Qué importancia puede tener que Jesús relacione
o contraponga lo que dos personas hacen en la tierra con lo que el Padre decide
desde el Cielo?
7.
¿Y yo con quién suelo compartir mi
oración y con qué personas no me uniría jamás para orar? ¿Puedo reflexionar
sobre las razones que me mueven a tomar ambas decisiones?