TRES
VERBOS PARA EL SÍNODO
Recordando
al joven rico que se acercó a Jesús, nos preguntaba
si estamos dispuestos a la aventura del camino o, temerosos ante lo incierto,
preferimos refugiarnos en las excusas del “no hace falta” o del “siempre se ha
hecho así”?
Señalaba el Papa que Jesús encontró al joven en el camino, después escuchó sus preguntas y finalmente lo ayudó a discernir qué tenía que hacer para
heredar la vida eterna. Tres
verbos importantes para comprender el Sínodo
1.
Encontrar. El Señor está disponible para encontrar los rostros, cruzar las
miradas, compartir la historia de cada uno. Jesús sabe que un encuentro puede
cambiar la vida.
También nosotros estamos llamados
a ser expertos en el arte del encuentro. Todo encuentro requiere
apertura, valentía, disponibilidad para dejarse interpelar por el rostro y la
historia del otro. Este es el modo en que Dios nos indica la vía a seguir,
haciéndonos salir de nuestras rutinas desgastadas.
2. Escuchar. Jesús escuchó la pregunta del joven rico y también
escuchó su inquietud religiosa y existencial. No se limitó a contestar la
pregunta que le dirigía, sino que le permitió que contara su propia historia,
que hablara de sí mismo con libertad.
Cuando escuchamos con el corazón, el otro se
siente acogido, no juzgado. El Espíritu nos pide que escuchemos las preguntas,
los afanes y las esperanzas de cada Iglesia, de cada pueblo y nación. Y nos
pide también que nos pongamos a la escucha del mundo, de los desafíos y de los
cambios que va poniendo ante nosotros.
3. Discernir. Jesús intuye
que el hombre que tiene delante es verdaderamente religioso y practica los
mandamientos. Pero el Maestro quiere conducirlo más allá de la simple observancia
de los preceptos. Por medio del diálogo, trata de ayudarlo a discernir.
El Sínodo es un camino de
discernimiento espiritual, que se realiza en la adoración, en la oración y en el
contacto con la Palabra de Dios, que nos abre al discernimiento y lo ilumina. El
Sínodo no ha de ser un congreso o un parlamento, sino un acontecimiento de
gracia, un proceso de sanación guiado por el Espíritu.
Pues bien, a la hora de comenzar el Sínodo sobre la sinodalidad, no debemos perder las ocasiones para actualizar el encuentro, la escucha recíproca y el discernimiento. El Papa nos advierte que “mientras buscamos al Señor, es Él quien viene primero a nuestro encuentro con su amor”.
José-Román Flecha Andrés