EL CAMINO DE JESÚS
“El que quiera venirse conmigo que se
niegue a sí mismo,
que cargue con su cruz y me siga”
(Mt 16,24)
1.
¿Realmente
los que nos decimos cristianos en este tiempo estamos decididos y dispuestos en
verdad a ir con Jesús, a caminar con él?
2.
En
esta sociedad del consumismo y del descarte en la que vivimos y cuyos defectos
con frecuencia compartimos, ¿qué puede significar la exigencia de negarnos a
nosotros mismos?
3.
Jesús
nos dice que, tras la negación de nosotros mismos, es preciso cargar con
nuestra cruz. ¿Podemos preguntarnos cuál es la cruz que nos ha tocado como
personas y como grupo social?
4.
En los evangelios adquiere una resonancia
especial la categoría del seguimiento de Jesús. ¿Qué implica para cada uno de
nosotros la invitación a seguirle?
5.
¿Y
qué significa esa invitación para la Iglesia de hoy, para la comunidad
diocesana y parroquial o para la congregación a la que pertenecemos?
6.
¿Podemos
afirmar que vamos dando algunos pasos positivos que puedan dar testimonio ante
el mundo de nuestra voluntad de seguir a Jesucristo?
7.
Teniendo
en cuenta mi experiencia y mi situación personal, ¿se puede observar mi
decisión de seguir el camino de Jesús hasta la cruz?
José-Román Flecha