EL DESIERTO Y EL MENSAJE
“Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros
descendientes, con todos los animales que os acompañaron: aves, ganado y
fieras; con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra”. He ahí
el pacto que Dios establece con Noé después del diluvio (Gén 9,8). Es una alianza de paz. Dios quiere recuperar
la armonía del paraíso.
El pecado rompió aquella armonía
original con lo otro, con los otros y con el Absolutamente Otro. Y el pecado
quebranta hoy la deseable armonía del ser humano con esta admirable creación
que Dios le ha confiado. El viaje del papa Francisco a la zona amazónica
peruana nos ha invitado a repensar nuestra responsabilidad en el desastre.
Hemos de evocar aquel pacto al cantar
hoy el salmo responsorial: “Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para
los que guardan tu alianza” (Sal 24).
En la primera lectura de cada domingo,
esta cuaresma nos invitará a recordar la alianza de Dios con la humanidad y con
su pueblo, por medio de Noé, Abraham, Moisés, el rey Ciro y el profeta
Jeremías. Al primer paso se refiere
también la primera carta de Pedro (1 Pe 3,18-22).
LA
TENTACIÓN
El evangelio de este primer domingo de
cuaresma es muy significativo. Es la obertura de ese concierto de voces que,
durante este camino hacia la Pascua, nos ofrece una catequesis intensiva para
ayudarnos a vivir el seguimiento de Jesús.
• En el primer domingo de cuaresma se
menciona siempre el desierto. A él es guiado Jesús por el Espíritu antes de
iniciar su misión. La imagen del desierto sugiere soledad y austeridad. Más que
un lugar es la oportunidad para redescubrir la honda verdad de lo que
somos.
• En el primer domingo de cuaresma se
dice siempre que Jesús permaneció cuarenta días en el desierto. Además del
lugar importa mencionar el tiempo, mencionando un número que implica la
plenitud de una vida de interioridad, de meditación, de aceptación del plan de
Dios.
• En el primer domingo de cuaresma se
recuerdan siempre las tentaciones de Jesús. El evangelio de Marcos se limita a
anotar que Jesús fue tentado por Satanás. Como el pueblo hebreo en su paso por
el desierto y como el mismo Jesús, también nosotros vemos puesta a prueba
nuestra fidelidad a Dios.
LA
ARMONÍA
El evangelio de Marcos no menciona las
tres tentaciones, en las que se trataba de esclarecer la identidad de Jesús
como hijo de Dios. Pero nos ofrece tres detalles muy importantes sobre él.
• “Vivía con las fieras y los ángeles
le servían”. Jesús era el nuevo Adán. Con él retornaba la armonía original.
Jesús traía la paz a la creación. Ante su dignidad se inclinaban los mismos
ángeles.
• Jesús salió del desierto para
predicar el Evangelio de Dios. Jesús era el nuevo Elías. Como él, salía de la
aspereza del desierto para proclamar la presencia del Dios único.
• Jesús resumía la obra divina y la
respuesta humana que esperaba. Él era el Mesías esperado. Con él se cumplía el
tiempo y Dios ofrecía su realeza. Con él llegaba la hora de la conversión y de
la fe.
- Señor Jesús, también nosotros
necesitamos un tiempo de desierto y de silencio. Necesitamos encontrarnos con
Dios y con nosotros mismos. Hoy volvemos a ti nuestros ojos con el deseo de
seguir tus pasos y de escuchar tu mensaje. Concédenos el don de la fe, que nos ayudará
a convertirnos y a descubrir la belleza de
la luz y de la vida. Amén.
José-Román Flecha Andrés