CUANDO EL AMOR SE ENFRÍA
En su mensaje para la cuaresma
de este año 2018 el papa Francisco nos recuerda una frase que Jesús incluyó en
su discurso sobre el final de los tiempos: “Al crecer la maldad, se enfriará el
amor en la mayoría” (Mt 24,12). ¿Qué
significaría hoy?
1. El Papa se refiere en primer lugar a los falsos profetas. Se aprovechan de las
emociones humanas para esclavizarnos y llevarnos adonde ellos quieren.
Los falsos profetas nos ofrecen soluciones sencillas e
inmediatas para los sufrimientos. El
falso remedio de la droga, unas relaciones de usar y tirar, unas ganancias
fáciles pero deshonestas. “Estos estafadores no sólo ofrecen cosas sin valor
sino que quitan lo más valioso, como la dignidad, la libertad y la capacidad de
amar”.
El Papa recuerda que el demonio siempre nos presenta el mal como bien y lo falso como
verdadero. Tenemos que reflexionar y ver
qué cosas dejan en nuestro interior una huella buena y más duradera. Qué cosas
vienen de Dios y sirven para nuestro bien.
2. En un segundo lugar, el papa Francisco nos dice que lo
que apaga en nosotros la caridad es la avidez por el dinero, el rechazo de Dios
y el no querer buscar consuelo en él.
Es así como nace la violencia que dirigimos contra los
que consideramos una amenaza para nuestras certezas: el niño por nacer, el
anciano enfermo, el huésped de paso, el extranjero, el prójimo que no
corresponde a nuestras expectativas.
Es más. También la creación se ha convertido en un
testigo silencioso de este enfriamiento de la caridad. Bien sabemos que la
tierra, los mares y los cielos están contaminados por nuestro egoísmo.
3. En tercer lugar nos pregunta el Papa qué podemos hacer.
Y nos recuerda que en cuaresma, la Iglesia nos ofrece tres remedios: la
oración, la limosna y el ayuno.
• La oración hace que nuestro corazón descubra las mentiras
secretas con las que nos engañamos a nosotros mismos. Y nos ayuda a buscar
finalmente el consuelo en Dios.
• El ejercicio de la limosna nos libera de la avidez. Y,
al mismo tiempo, nos ayuda a descubrir que el otro es nuestro hermano. Lo que yo
tengo nunca es sólo mío.
• El ayuno debilita nuestra violencia, nos desarma, y
constituye una importante ocasión para crecer. El ayuno nos despierta, nos hace
estar más atentos a Dios y al prójimo. Nos lleva a obedecer a Dios, que es el
único que sacia nuestra hambre.
Bajando a lo
concreto, el Papa nos exhorta a aprovechar la iniciativa de las “24 horas para
el Señor”. En todas las diócesis, entre
el viernes 9 y el sábado 10 de marzo, al menos una iglesia permanecerá abierta
durante 24 horas seguidas, para permitir la oración de adoración y la confesión
sacramental.
Que este camino cuaresmal nos prepare para que en la
noche de Pascua “la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas
de nuestro corazón y de nuestro espíritu”.
José-Román
Flecha Andrés