DOMINGO MISIONAL
La Jornada Mundial de las
Misiones goza de una enorme simpatía en toda la Iglesia. El mensaje que el Papa
Francisco nos ha dirigido lleva por título “Iglesia misionera, testigo de
misericordia”. He aquí algunas de sus ideas fundamentales:
1. “Todos estamos invitados a «salir», como
discípulos misioneros, ofreciendo cada uno sus propios talentos, su
creatividad, su sabiduría y experiencia en llevar el mensaje de la ternura y de
la compasión de Dios a toda la familia humana. En virtud del mandato misionero,
la Iglesia se interesa por los que no conocen el Evangelio, porque quiere que
todos se salven y experimenten el amor del Señor”.
2. Las misiones evidencian el amor de Dios,
nuestro Padre, que es misericordioso con todos y ama a todos los pueblos.
Además nos recuerdan que Jesucristo revela el rostro del Padre rico en
misericordia. Y el Espíritu Santo nos ayuda a ser misericordiosos como nuestro
Padre celestial, para amar como él nos ama y hacer de nuestra vida un signo de
su bondad.
3. Las
misiones presentan a la Iglesia como la comunidad que vive mirada y elegida por
Cristo con amor misericordioso, para vivir de él y para darlo a conocer a la
gente “en un diálogo respetuoso con todas las culturas y convicciones
religiosas”.
4. En este año, el Papa evoca la vocación
misionera de las mujeres y de las familias. Ellas comprenden mejor los
problemas de la gente en el cuidado de la vida, “poniendo más interés en las
personas que en las estructuras y empleando todos los recursos humanos y
espirituales para favorecer la armonía, las relaciones, la paz, la solidaridad,
el diálogo, la colaboración y la fraternidad”.
5. La
tarea misionera es también una labor de promoción social. “En muchos lugares,
la evangelización comienza con la actividad educativa…Se forman así personas
capaces de evangelizar y de llevar el Evangelio a los lugares más
insospechados”.
6.
Como mirando a los que desconfían de la tarea misionera, añade el Papa
Francisco que “la fe es un don de Dios y no fruto del proselitismo; crece
gracias a la fe y a la caridad de los evangelizadores que son testigos de
Cristo”.
7. Una
observación final. La labor misionera es especialmente necesaria en este
momento “si tenemos en cuenta la cantidad de injusticias, guerras, crisis
humanitarias que esperan una solución. Los misioneros saben por experiencia que
el Evangelio del perdón y de la misericordia puede traer alegría y
reconciliación, justicia y paz”.
Así pues, la llamada de las misiones no
puede ser ignorada por ningun cristiano. “No dejemos de realizar también hoy
este gesto de comunión eclesial misionera. No permitamos que nuestras
preocupaciones particulares encojan nuestro corazón, sino que lo ensanchemos
para que abarque a toda la humanidad”.
José-Román Flecha Andrés