EL HAMBRE Y LA
SIEMBRA
“Plántale cara al hambre:
siembra”. Así exhorta e interpela a nuestra conciencia y a nuestras estructuras
el lema elegido por Manos Unidas para la campaña de este año 2016. La campaña
n. 57 se lanza al aire por medio de varios eventos y celebraciones que se
agrupan en torno al día 14 de febrero.
Como se sabe, Manos Unidas
es una prestigiosa y benemérita ONG de Desarrollo de la Iglesia Católica.
Aunque su actividad a favor de la justicia es muy amplia, se ha dado especialmente a conocer por sus
campañas en torno a la Jornada del Hambre en el mundo, que se celebra todos los
años en el mes de febrero.
Pues bien, con esta campaña
se inicia un nuevo trienio de lucha contra el hambre en el mundo. A lo largo de
estos próximos años, Manos Unidas se propone trabajar para dar respuesta a las
causas y problemas que provocan todavía hoy el hambre en el mundo.
Al finalizar el Gran Jubileo
del año 2000, el Papa Juan Pablo II se lamentaba de que, a estas alturas de la
historia, el hambre fuese todavía un gravísimo problema para el cual no se
hallaba una solución. Sabemos que en el mundo unos 800 millones de personas
padecen la plaga apocalíptica del hambre.
Como respondiendo a viejos prejuicios, en su
exhortación “La alegría del Evangelio”, el papa Francisco afirma que “existe alimento para todos; el
hambre se debe a la mala distribución de los bienes y de la renta…y de la
práctica generalizada del desperdicio” (EG 191). Ya desde el primer momento de
su pontificado, ha denunciado varias veces el desperdicio de objetos y de
alimentos que, lleva también al descarte de las personas que se consideran
inútiles en la sociedad.
La Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO), a la que se ha dirigido recientemente el
mismo Papa, le da la razón. De hecho, admite que la capacidad productiva de la
población mundial podría ser más que suficiente para alimentar a 12 mil
millones de personas. Casi el doble de los siete mil millones de habitantes del
planeta.
Pues bien, aun antes de
pensar en las posibles soluciones del drama, la organización Manos Unidas
desea invitarnos a todos a tener ante la
vista una triple constatación:
1. El mal uso que
generalmente y de forma poco responsable estamos dando a los recursos
energéticos y alimentarios y energéticos.
2. La amplia difusión de un
sistema económico internacional que privilegia el beneficio y excluye a los más
débiles de la sociedad.
3. Un estilo general de vida
y de consumo que termina por aumentar la exclusión y la vulnerabilidad de
muchos ciudadanos.
Así pues, Manos Unidas
cuenta con la generosidad de los católicos y de todas las personas de buena
voluntad. Pero su objetivo principal no es pedir una limosna, sino promover un
nuevo estilo de vida, cambiar nuestra mentalidad antes que nuestras leyes. La
promoción de la siembra es una buena imagen de lo que se impone con urgencia.
José-Román
Flecha Andrés