1Jn 3,11-21: “Quien no ama permanece en la muerte”
Jn 1,43-51: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios. Tú eres el
rey de Israel”
ENERO 5
Al día siguiente,
Jesús decidió ir a la región de Galilea. Encontró a Felipe y le dijo:
“Sígueme”. Felipe era del pueblo de
Betsaida, de donde también eran Andrés y Pedro. Felipe fue a buscar a Natanael
y le dijo: “Hemos encontrado a aquel de quen escribió Moisés en los libros de
la ley, y de quien también escribieron los profetas. Es Jesús, el hijo de José,
el de Nazaret. Preguntó Natanael: “¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?”.
Felipe le contestó: “Ven y compruébalo”. Cuando Jesús vio acercarse a Natanael,
dijo: “Aquí viene un verdadero israelita, en quien no hay engaño”. Natanael le
preguntó: “¿De qué me conoces?”. Jesús le respondió: “Te vi antes de que Felipe
te llamara, cuando estabas debajo de la higuera”. Natanael le dijo: “Maestro,
tú eres el Hijo de Dios. Tú eres el rey de Israel”. Jesús le constestó: ¿Me
crees solamente por haberte dicho que te vi debajo de la higuera? ¡Pues cosas
más grandes que éstas verás!”. Y añadió: “Os aseguro que veréis el cielo
abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajas sobre el Hijo del hombre”.
Preparación: Creer en Jesús y aceptar su mandamiento
del amor. Esa es la clave de la vida cristiana. Y ese es el regalo que hemos
recibido en la fiesta de la Navidad. Esos dos puntos habrían de servir de pauta
de nuestro examen a lo largo de todos el año que comineza.
Lectura: La lectura continua de la primera carta
de Juan nos recuerda hoy el mandamiento
que Jesús nbos dejó: “Este es el mensaje que habéis oido desde el princioio:
que nos amemos unos a otros” (1 Jn 3,11). En realidad, el amor a los demás es
la señal por la que sabemos que estamos vivos. “Quien no ama permanece en la
muerte”. El evangelio reproduce un
delicioso diálogo entre Felipe y Natanael que se continua en la entrevista que
éste mantiene con Jesús. Natanael lo reconoce como Hijo de Dios y Rey de Israel. Pero ese
reconocimiento indica que es un verdadero israelita.
Meditación: • El diálogo entre Felipe y Natanael
es un modelo para el evangelizador de hoy. Quien ha encontrado a Jesús
transmite la noticia a todos los que le rodean. El verdadero evangelizador no
trata de acaparar prosélitos para él, sino que los remite a Jesús. • Por otra
parte el diálogo entre Jesús y Natanael nos recuerda que quien ama la verdad
puede reconocer en Jesús al Hijo de Dios. Y también se puede resumir este
encuentro en otra expresión: el israelita verdadero es aquel que reconoce a
Jesús como Hijo de Dios. • La fe cristiana hunde sus raíces en la fe de Israel,
pero encuentra en Jesucristo la plenitud de lo anticipado por la ey de Moisés y
por los profetas
Oración: Señor Jesús, también nosotros nos
alegramos de haberte encontrado. Tú das sentido a nuestra vida. Queremos darte
a conocer a todos nuestros vecinos.
Queremos dar un testimonio sincero y alegre de ti y de tu mensaje. Amén.
Contemplación: El evangelio nos enseña que quien ha
descubierto a Jesús lo anuncia inmadiatamente a los demás. Hoy contemplamos
estos dos diálogos que nos llevan a descubrir “la alegría del Evangelio”, a la
que se ha referido el Papa Francisco. Y de paso, miramos con afecto y gratitud
a Jesús. Él nos ha descubierto antes de que nosotros hayamos llegado hasta Él.
Él cuenta con nosotros.
Acción: De nuevo nos preguntamos hoy
preguntamos a quién hemos pasado la “buena noticia” de Jesús y de su evangelio.
Y nos comprometemos a anunciarlo con más decisión y alegría a lo largo de este
año.
José-Román Flecha Andrés