jueves, 25 de diciembre de 2014

LECTIO DIVINA- SAN ESTEBAN , EL PRIMER MÁRTIR


Hch 6,8-10; 7,54-60: “Lleno de Espíritu Santo, Esteban vio la gloria de Dios”
Mt 10,17-22: “El Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros”

DICIEMBRE 26

En aquel tiempo dijo Jesús: Tened cuidado, porque os entregarán a las autoridades, os golpearán en las sinagogas y hasta os conducirán ante gobernadores y reyes por causa mía; así podréis dar testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero cuando os entreguen a las autoridades, no os preocupéis por lo que habéis de decir o por cómo decirlo, porque en aquel momento os dará Dios las palabras. No seréis vosotros quienes habléis, sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a la muerte a sus hermanos, y los padres a sus hijos; y los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán. Todo el mundo os odiará por causa mía, pero el que permanezca firme hasta el fin, será salvo”.

Preparación: Inmediatamente después de la celebración del Nacimiento del Señor, la liturgia se viste del rojo de la sangre. La palabra “mártir”, significa “testigo”. Esteban es el primer mártir cristiano. Hoy viene a recordarnos que creer en el Mesías Jesús exige una fidelidad que puede ser muy costosa. Al hacer memoria de San Esteban, recordamos también a una larga serie de mártires que llega hasta nuestros días.

Lectura: El libro de los Hechos de los Apóstoles nos narra las dificultades y suspicacias que surgen muy pronto en la comunidad de los discípulos del Señor. Los hermanos procedentes de la cultura griega se ven postergados con frecuencia. Los apóstoles deciden elegir a siete hermanos para que se ocupen del servicio de la caridad. Pero el Espíritu Santo enriquece a Esteban con otros dones, como el del anuncio de la vida y el misterio de Jesús. El Espíritu de Dios habla por su boca. Bien pronto da su vida por Jesús. Y la entrega con los mismos gestos con los que Jesús entregó la suya.

Meditación: Jesús decía queNo se esconde una lámpara bajo una medida de trigo o bajo una vasija”.  La luz del evangelio no puede permanecer escondida. El Señor Jesús envió a sus discípulos a anunciar su mensaje y su salvación. Pero la tarea no quedaba reservada a los apóstoles. Todos los creyentes estamos llamados a reproducir de alguna manera el camino de  Esteban. Somos conscientes de las necesidades de nuestros hermanos. Aceptamos la misión que nos confía la Iglesia. Anunciamos la palabra del Evangelio. Servimos a los hermanos en la caridad. Damos testimonio de Cristo con la vida de cada día. Hacemos nuestra su oración. Y estamos dispuestos a entregar la vida por él y como él.

Oración: Señor Jesús, te damos gracias por el sacrificio de Esteban, el primero de los mártires. Concédenos el don de tu Espíritu para que, como él, sirvamos a nuestros hermanos y aprendamos a depositar toda nuestra vida en tus manos. Amén.

Contemplación: En una de las puertas de bronce, realizadas por el escultor Subirachs para el Santuario-Basílica de la Virgen del Camino, en León, hay una imagen llena de significado. Mientras Esteban es apedreado a las afueras de Jerusalén, un rayo de lo alto pasa a través de él y va a terminar en Saulo, derribado por el Señor en el camino de Damasco. No sólo contemplamos la escena escultórica. Hoy contemplamos el sacrificio de los mártires. Y, de todo corazón, damos gracias a Dios por la misteriosa fecundidad de su entrega.


Acción: En la eucaristía recordamos ante el Señor a los que nos han precedido en el signo de la fe. No podemos olvidar el sacrificio de los mártires. Será oportuno releer la historia de alguno de los mártires más recientes.
                                                         José-Román Flecha Andrés