Nm 24,2-7.15-17a: “Sube el cetro de Israel”
Mt
21,23-27: “Os diré con qué autoridad hago estas cosas”
DICIEMBRE
15
En aquel
tiempo Jesús entró en el templo y, mientras estaba en él, enseñando, se le
acercaron los jefes de los sacerdotes y los ancianos de los judíos y le
preguntaron: “¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Quién te ha dado tal
autoridad?”. Jesús les contestó: “Yo
también os voy a hacer una pregunta: ¿Quién envió a Juan a bautizar: Dios o los
hombres? Si me respondéis, también yo os diré con qué autoridad hago estas
cosas”. Ellos se pusieron a discutir unos con otros: “Si respondemos que le
envió Dios, nos dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creísteis?’ Y si decimos que
fueron los hombres, tenemos miedo de la gente, porque todos tienen a Juan por
profeta”. Así que respondieron a Jesús: “No lo sabemos”. Entonces él les
contestó: “Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas”.
Preparación: De nuevo se
nos presenta en este día la figura de Juan el Bautista. En este caso, es
mencionado en el curso de una discusión sobre la autoridad de Jesús. La “lectio
divina” nos ayuda a fijar nuestros ojos
en Jesús. A contemplar el celo con el que trata de purificar el templo de Dios.
Y a pedirle que purifique también nuestra conciencia y toda nuestra vida con el
poder de Dios.
Lectura: • La primera
lectura de hoy recoge el famoso oráculo de Balaán. En él sobresale la profecía
que anuncia que “avanza la constelación de Jacob y sube el cetro de Israel”.
Esa palabra es el eslabón que une las dos lecturas. • De hecho, el evangelio
que hoy se proclama nos lleva a considerar a Jesús como el heredero del cetro
de Israel. Sin embargo, su autoridad no es percibida por quienes no conocen su
identidad y no perciben el misterio de su existencia. Las autoridades judías
dirigen a Jesús una pregunta sobre su poder. Y Jesús les responde con otra
pregunta con la que desenmascara la falta de fe de los responsables del pueblo.
Meditación: Son muchos
los que rechazan a Jesús en estos tiempos. Dicen que no pueden comprender su
mensaje. • Pues bien, no puede entender
la razón de Jesús quien no conoce su identidad. La autoridad de Jesús no
pertenece al ámbito de la ley sino al de la fe. Así que la autoridad de Jesús
no la comprende quien no acepta a Juan como profeta, enviado por Dios para
celebrar un bautismo de conversión al Reino de Dios. • Tampoco nosotros
comprenderemos a Jesús, si no estamos dispuestos a aceptarlo como Mesías y
Salvador. Si no le seguimos con fe permaneceremos en tinieblas.
Oración: “Escucha nuestra
súplica, Señor, e ilumina las tinieblas de nuestro espíritu con la gracia de la
venida de tu Hijo. Amén”.
Contemplación: En este día
contemplamos a Jesús en los atrios del templo de Jerusalén. • Ha expulsado a
los vendedores de animales y a los cambistas de monedas. El celo por la
santidad del lugar lo ha impulsado a realizar ese gesto profético. Los
representantes de la Ley de Israel han llegado a permitir esa profanación del
lugar santo y se niegan a abrir su corazón a la novedad del Evangelio. • Ahora
bien, nosotros somos el templo de Dios. Necesitamos que Jesús venga a
purificarlo. Contemplamos el titubeo de los que calculan el riesgo de aceptar a
Juan Bautista y a Jesús. Y contemplamos, sobre todo, la libertad de Jesús, que
asume el testimonio del Precursor.
Acción: Hoy reflexionamos sobre
las actitudes personales y las estructuras sociales que necesitan esa
purificación que nos propone el Evangelio. Pensamos en nuestro compromiso
social y en las posibilidades de llevarlo a la práctica concreta. La autoridad
de Jesús da motivo y aliento a nuestra esperanza.
José-Román Flecha Andrés