domingo, 14 de diciembre de 2014

LECTIO DIVINA-LUNES 3º DE ADVIENTO.B


Nm 24,2-7.15-17a: “Sube el cetro de Israel”
Mt 21,23-27: “Os diré con qué autoridad hago estas cosas”

DICIEMBRE 15

En aquel tiempo Jesús entró en el templo y, mientras estaba en él, enseñando, se le acercaron los jefes de los sacerdotes y los ancianos de los judíos y le preguntaron: “¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Quién te ha dado tal autoridad?”.  Jesús les contestó: “Yo también os voy a hacer una pregunta: ¿Quién envió a Juan a bautizar: Dios o los hombres? Si me respondéis, también yo os diré con qué autoridad hago estas cosas”. Ellos se pusieron a discutir unos con otros: “Si respondemos que le envió Dios, nos dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creísteis?’ Y si decimos que fueron los hombres, tenemos miedo de la gente, porque todos tienen a Juan por profeta”. Así que respondieron a Jesús: “No lo sabemos”. Entonces él les contestó: “Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas”.

Preparación: De nuevo se nos presenta en este día la figura de Juan el Bautista. En este caso, es mencionado en el curso de una discusión sobre la autoridad de Jesús. La “lectio divina”  nos ayuda a fijar nuestros ojos en Jesús. A contemplar el celo con el que trata de purificar el templo de Dios. Y a pedirle que purifique también nuestra conciencia y toda nuestra vida con el poder de Dios.

Lectura: • La primera lectura de hoy recoge el famoso oráculo de Balaán. En él sobresale la profecía que anuncia que “avanza la constelación de Jacob y sube el cetro de Israel”. Esa palabra es el eslabón que une las dos lecturas. • De hecho, el evangelio que hoy se proclama nos lleva a considerar a Jesús como el heredero del cetro de Israel. Sin embargo, su autoridad no es percibida por quienes no conocen su identidad y no perciben el misterio de su existencia. Las autoridades judías dirigen a Jesús una pregunta sobre su poder. Y Jesús les responde con otra pregunta con la que desenmascara la falta de fe de los responsables del pueblo.

Meditación: Son muchos los que rechazan a Jesús en estos tiempos. Dicen que no pueden comprender su mensaje.  • Pues bien, no puede entender la razón de Jesús quien no conoce su identidad. La autoridad de Jesús no pertenece al ámbito de la ley sino al de la fe. Así que la autoridad de Jesús no la comprende quien no acepta a Juan como profeta, enviado por Dios para celebrar un bautismo de conversión al Reino de Dios. • Tampoco nosotros comprenderemos a Jesús, si no estamos dispuestos a aceptarlo como Mesías y Salvador. Si no le seguimos con fe permaneceremos en tinieblas. 

Oración: “Escucha nuestra súplica, Señor, e ilumina las tinieblas de nuestro espíritu con la gracia de la venida de tu Hijo. Amén”.

Contemplación: En este día contemplamos a Jesús en los atrios del templo de Jerusalén. • Ha expulsado a los vendedores de animales y a los cambistas de monedas. El celo por la santidad del lugar lo ha impulsado a realizar ese gesto profético. Los representantes de la Ley de Israel han llegado a permitir esa profanación del lugar santo y se niegan a abrir su corazón a la novedad del Evangelio. • Ahora bien, nosotros somos el templo de Dios. Necesitamos que Jesús venga a purificarlo. Contemplamos el titubeo de los que calculan el riesgo de aceptar a Juan Bautista y a Jesús. Y contemplamos, sobre todo, la libertad de Jesús, que asume el testimonio del Precursor.

Acción: Hoy reflexionamos sobre las actitudes personales y las estructuras sociales que necesitan esa purificación que nos propone el Evangelio. Pensamos en nuestro compromiso social y en las posibilidades de llevarlo a la práctica concreta. La autoridad de Jesús da motivo y aliento a nuestra esperanza.
                                                                                              José-Román Flecha Andrés