sábado, 12 de abril de 2014

EL HOMBRE Y LA VIDA

        PREGUNTAS QUE INQUIETAN DE VERDAD

Durante el mes de noviembre de 2012 he pasado una semana en la ciudad de Los Ángeles, California, invitado por Guadalupe Radio-TV. Así que he tenido la ocasión de dirigirme a muchísimas personas a través de sus micrófonos y sus cámaras de televisión. En realidad ha sido como una misión intensiva sobre la fe. 
El tema era más que apropiado para el comienzo de este Año de la Fe que ha convocado el Papa Benedicto XVI. Como en tantas otras ocasiones, uno descubre que ¨hay más gozo en dar que en recibir¨, como decía Jesús. A la hora de exponer el mensaje evangélico, el primer beneficiado es el mismo mensajero.
Como era de esperar las emisiones en vivo suscitaban llamadas, visitas y consultas. Entre estas, las más numerosas se referían al matrimonio, a la familia y a la vida que nace en el hogar. Tres grandes valores que se han convertido en el blanco de muchos ataques por parte de los poderes de este mundo.

EL MATRIMONIO

El matrimonio, en efecto, se ha convertido en una especie de terreno abierto que, por ser de todos, termina siendo de nadie. Las leyes de varios países han decidido ampliar la definición del matrimonio.
Según esa nueva normativa, el matrimonio ya no sería exclusivamente la unión de un hombre con una mujer. Bajo ese paraguas pueden cobijarse dos varones o dos mujeres. Con ello se pierde la denominación de esposo y esposa.
Pero, de paso se perderá también la denominación de padre y madre. Bastará con llamarlos progenitor A y progenitor B. Como se ve, no es sólo cuestión de nombres. No se pretende sólo cambiar la cultura. Se trata de negar el papel de la naturaleza.

LA FAMILIA

Algo parecido ocurre con la familia. Ya no se entiende la familia como una comunidad de amor y de vida. Ya no se entiende el amor como una donación personal, definitiva y fecunda. La familia puede ser imaginada y proyectada a voluntad.
De nuevo, se pretende ignorar la realidad de una institución que es cobijo y compañía, sociedad y proyecto, memoria y esperanza. Se intenta presentar la familia como un contrato, mucho menos estable que  el que vincula a un usuario con su compañía telefónica.
Nos imaginamos que un día un niño cualquiera tendrá que preguntar a su maestra qué era eso de la familia. Y tal vez le responderán que era una institución del pasado inventada para quitar la libertad a las personas. O algo así.

LA VIDA HUMANA

Evidentemente, el cambio de comprensión del matrimonio y de la familia habrá de tener una enorme influencia en la comprensión misma de la vida humana. La vida no es sólo un fenómeno biológico. La vida es un milagro del amor.
La manipulación de la generación supondrá un cambio notable en la comprensión de las relaciones de los niños y niñas con su padre y su madre. Y con sus hermanos y hermanas, si es que llegan a tener la suerte de tenerlos.
Estas reflexiones no nacen de un pensamiento teórico. Nacen de la constatación de las leyes que se van imponiendo en algunos países de nuestro entorno. Y de las preocupaciones de las personas que se preguntan qué tipo de humanidad y de sociedad estamos programando.
A la luz de la razón, hemos de pensar si estas modificaciones sociales, promovidas o apoyadas por las leyes nos van a hacer más felices. Y a la luz de la fe, tendremos que preguntarnos si esos cambios responden al proyecto de Dios sobre el ser humano.
                                                                   José-Román Flecha Andrés