JOSÉ DE NAZARET
El
día 19 de marzo la Iglesia Católica celebra la fiesta de san José, el esposo de
María de Nazaret. Su figura, tantas veces olvidada, es realmente modélica para
todos los cristianos. Y lo es por múltiples motivos.
1.
José de Nazaret se presenta en los evangelios como un hombre justo. Trata de
ajustar su vida a la voluntad de Dios. Y no pretende someter esa voluntad
divina al imperio de la libertad y de la decisión humana.
2.
Además, José sabe escuchar la palabra de Dios en el más respetuoso silencio.
Una palabra que se le dirige en la oscuridad de la noche y en esa oscuridad
existencial que hace difícil tomar las decisiones más arriesgadas.
3. José de Nazaret vive en un país sometido a
un poder imperial, ajeno a la cultura y a los intereses de su pueblo. Una orden
del imperio lo saca de su casa en un momento tan difícil como el de la
proximidad del parto de su esposa.
4.
José ha pasado por la persecución y la emigración. Ha tenido que salir de su
tierra para defender la vida de su hijo, amenazada por un tirano celoso de su
poder y promotor de una matanza de inocentes.
5.
José de Nazaret confía su destino a Dios. No se considera como un héroe por
haber librado a su familia de la muerte. Acepta los plazos que Dios ha marcado y
las señales con las que va dirigiendo su camino.
6. De una forma y de otra, José experimenta la
soledad y el dolor humano más traumático. De hecho, pierde a su hijo y ha de
salir a buscarlo con angustia, como ocurre a tantos padres en nuestro tiempo.
7.
Ese trance doloroso es al mismo tiempo una profunda experiencia espiritual.
José de Nazaret llega a pasar por la prueba que atraviesan todas las personas
que creen haber perdido el rastro de Dios.
8. José y María “no comprendieron” las palabras
con las que su hijo Jesús trató de explicar su permanencia en el templo. Y, a
pesar de todo, guardaron aquellas palabras en su corazón.
José
de Nazaret es el custodio de Jesús. Con razón se puede decir que es una figura
en la que se refleja la identidad y la misión de la Iglesia. Y, por tanto, el
camino y la vocación de todo cristiano.
- Padre de los cielos, que diste a Jesús y a María la fiel custodia de San José, despierta en nuestro mundo el sentido de la responsabilidad paternal, ayuda a nuestras familias a convertirse en iglesias domésticas y a la Iglesia en una auténtica familia. Y a todos nosotros ayúdanos a ser y actuar como custodios de nosotros mismos y de los demás, de la tierra que nos has confiado y de tu misma honra y gloria. Amén.
José-Román Flecha