martes, 4 de febrero de 2025

REFLEXIÓN - Domingo 5º del Tiempo Ordinario. C 9 de febrero de 2025

 

LA PESCA Y LA MISIÓN 

“¡Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey y Señor de los Ejércitos!” (Is 6,5). Isaías en el templo ha visto la gloria de Dios.

Ante la grandeza del Dios santo, Isaías descubre su propia pequeñez. Confiesa que es un hombre de labios impuros, que comparte la impureza de su pueblo. Sin embargo, a pesar de ese sentimiento de in-dignidad, Dios lo purifica, lo elige y lo envía a anunciar la salvación.

El salmo responsorial refleja la humildad y la gratitud de quien ha tenido la experiencia de la cercanía y de la compasión de Dios:  “Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos” (Sal 137,8). 

Esa compasión divina es la que da fuerzas a san Pablo: “Por la gracia de Dios soy lo que soy y su gracia no se ha frustrado en mí” (1 Cor 15,10).

UNA PESCA IMPROBABLE

Isaías percibió la grandeza y majestad de Dios en la revelación que tuvo en el templo. A Simón Pedro se le revela la divinidad de Jesús en la barca en la que sale a pescar en el lago de Galilea. Pedro no ve al Dios de los astros del cielo, sino a Jesús de Nazaret. Sin embargo, las palabras de Pedro reflejan también la hondura de su experiencia (Lc 5,1-11).

• “Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos pescado nada; pero, por tu palabra, echaré las redes”. El discípulo era sin duda un experto pescador. Sin embargo, tiene que admitir el fracaso de una fatigosa noche de pesca. Al mismo tiempo, manifiesta la confianza que pone en las palabras de un maestro que le ha llamado a la orilla del lago.

• “Apártate de mí, Señor, que soy un pecador”. La confianza en Jesús ha dado un fruto que parecía imposible. Ante la extraordinaria captura de peces, Simón cambia el título con el que se dirige a Jesús. Antes de la pesca lo ha llamado  Maestro, pero después lo reconoce como el Señor. Frente al poder de Jesús, Simón descubre como Isaías su distancia y su in-dignidad. A pesar de ello, también se siente elegido y enviado.

UNA MISIÓN INSOSPECHABLE

A pesar de la indignidad de Isaías, el Dios Santo lo elige como su profeta. Y a pesar de la conciencia de pecado de Simón Pedro, Jesús lo elige como su apóstol. En ambos casos, a la llamada gratuita corresponde la generosa disponibilidad del llamado.

• “Rema mar adentro y echad las redes para pescar”. Como se puede ver, Jesús requiere la colaboración del amigo pescador, suscita en él un dinamismo nuevo e interpela al mismo tiempo sus capacidades y su confianza. El resultado responde más a la iniciativa de Jesús que a la pericia de Simón y de sus compañeros en el oficio de pescadores.

• “No temas: desde ahora serás pescador de hombres”. Además, Jesús sabe bien que el asombro ante el misterio puede provocar el temor, pero tranquiliza al amigo. Lo que ha hecho hasta el presente se convierte en signo profético para su misión en el futuro. Jesús conoce la historia y las aptitudes del amigo. Las valora y les confiere un nuevo destino.

- Señor Jesús, sabemos que tú nos conoces y confías en nosotros. CreEmos que te manifiestas en las tareas que nos ocupan y nos preocupan cada día. Te damos gracias porque quieres contar con nuestra colaboración para anunciar tu mensaje. Ayúdanos a ser fieles testigos de tu presencia en el mundo. Amén.

                                                                                           José-Román Flecha Andrés