NAVIDAD EN TIEMPOS DE GUERRA
Ha pasado ya medio siglo,
aunque la situación actual es muy parecida a la de aquel momento de guerra en
Tierra Santa. Con motivo del rezo del Ángelus, el domingo 16 de diciembre de 1973,
el papa Pablo VI, decía: “La Navidad está a la puerta… No seamos indiferentes a
su venida. La Navidad no es solo una fecha especial en el calendario; es un
acontecimiento que debe tener un impacto profundo en nuestra sensibilidad
humana y en nuestra mentalidad espiritual”.
Afirmaba el Papa que la Navidad
no es una fiesta solamente cristiana, sino una celebración de la humanidad
entera. Y añadía: “Intentemos no malinterpretar el significado de este día,
reduciéndolo a un episodio de alegría profana y consumo superfluo”. Para una
adecuada celebración de la fiesta ofrecía a continuación unos pasos
imprescindibles.
1. En primer lugar, nos
exhortaba a comprender el misterio religioso, divino y humano que da a la
Navidad su corazón auténtico y perenne.
2. Además invitaba a los fieles a comparar este misterio con la realidad de
aquel momento. Se refería sin duda a la reciente guerra árabe-israelí del Yom
Kipur, entre Siria y Egipto frente Israel, que todavía seguía suscitando miedos
y esperanzas. El nacimiento del Salvador tenía que hacer pensar que “la paz es
posible, especialmente en las contingencias históricas de nuestro mundo; no es
una utopía; la paz es posible, y depende también de nosotros, de cada uno de
nosotros, si Cristo, el Rey de la paz, está con nosotros”.
3. En tercer lugar, el Papa
decía que, “tranquilizados por esta visión superior, podremos sentarnos serenos
y alegres a la mesa doméstica. Que la Navidad sea la fiesta del hogar. El belén
está ahí, y la amorosa presencia de todos los miembros de la familia hace que
esta hora, la más bella del año, esté entre las más bellas de la vida”.
4. Con todo, decía que es
preciso preguntarse: “¿Y los demás? ¿Los lejanos? ¿Los solitarios? ¿Los que
sufren? ¿Los pobres? Sobre todo, los pobres. ¿Cómo podemos olvidarlos, mientras
nosotros estamos en la alegría y ellos están en la pobreza y tal vez en el
hambre?”
5. Finalmente, el Papa Pablo VI
nos pedía recordar que “todavía hay mucha gente pobre, y no muy lejos de
nosotros”. Que este pensamiento suscite nuestra caridad, si queremos celebrar
la Navidad con alegría. “Está cerca el belén de la sociedad marginada; y allí
nos espera la pobre Virgen María para luego sentarse a la mesa con nosotros”.
Ha pasado medio siglo. Es asombrosa la coincidencia. En esta hora, marcada por conflictos internacionales y por guerras tan terribles, la Navidad nos hace desear de nuevo la llegada de la paz.
José-Román Flecha Andrés