miércoles, 1 de noviembre de 2023

CADA DÍA SU AFÁN- 4 de noviembre de 2023

 

EL SUEÑO DE LA PAZ

 

El día 11 de abril  de 1963 el papa Juan XXIII publicó la encíclica “Pacem in terris”, en la que afirmaba que “la paz en la tierra es la suprema aspiración de toda la humanidad a través de la historia”. Según él, la paz “no puede establecerse ni consolidarse si no se respeta fielmente el orden establecido por Dios”.  

Dos años antes de la publicación de la encíclica se había levantado el muro de Berlín, que dividió la ciudad y vio caer muertos a muchos ciudadanos que deseaban alcanzar la libertad.

Seis meses antes, la llamada crisis de los misiles que se dirigían a Cuba estuvo a punto de provocar  una guerra nuclear, que habría podido poner en peligro a toda la humanidad.

El papa Juan XXIII recordó el valor de los derechos humanos y subrayó cuatro exigencias y pilares de la paz:  la verdad, la justicia, el amor y la libertad.  

 Al cumplirse cuarenta años de la publicación de aquella encíclica, el papa Juan Pablo II, en su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz del año 2003, se refería a la dramática situación de Oriente Medio y de Tierra Santa. Su observación es hoy más actual que nunca.

• En la Tierra Santa, el efecto creciente de un rechazo recíproco exacerbado y de una cadena infinita de violencias y venganzas ha hecho fracasar todo intento de iniciar un diálogo serio sobre las cuestiones reales en litigio.

• La situación precaria que allí se vive cada día se hace todavía más dramática por el contraste de intereses entre los miembros de la comunidad internacional.

• Si los que ocupan puestos de responsabilidad no se cuestionan con valentía su modo de administrar el poder y de procurar el bienestar de sus pueblos, será difícil progresar verdaderamente hacia la paz.

• La lucha fratricida, que contrapone en Tierra Santa las fuerzas que preparan el futuro de Oriente Medio, muestra la urgente exigencia de una política basada en el respeto de la dignidad y de los derechos de la persona.

• Esa política es más ventajosa que el conflicto actual. Hace falta partir de esta verdad. Ésta es siempre más liberadora que cualquier forma de propaganda, especialmente si la propaganda sirve para disimular intenciones inconfesables.

Han pasado sesenta años desde la publicación de aquella encíclica sobre los derechos y los deberes humanos y sobre la urgencia de suscitar la solidaridad capaz de traer la paz al mundo. Y han pasado otros veinte años desde aquella consideración del conflicto permanente que se desarrolla en la Tierra Santa.

Parece que no hemos logrado promover aquellos cuatro valores morales que habían de fundar y sostener la paz. La situación actual no es menos alarmante. Esta es la hora de hacer realidad el sueño de la paz.

                                                                                            José-Román Flecha Andrés