LOS JÓVENES Y LOS MAYORES
Ante la la Jornada Mundial de
los Abuelos y de los Mayores de este año 2023 el papa Francisco nos ofrece unas
interesantes reflexiones:
1. El Espíritu
Santo bendice y acompaña cada encuentro fecundo entre abuelos y nietos, entre
jóvenes y ancianos. Dios desea que, como hizo María con Isabel, los jóvenes
alegren el corazón de los ancianos, y que adquieran sabiduría de sus vivencias.
El Señor desea que no dejemos solos a los ancianos y no los releguemos a los
márgenes de la vida.
2. El Señor espera que los jóvenes, al encontrarse con
los ancianos, acojan la llamada a custodiar la memoria y reconozcan, gracias a
ellos, el don de pertenecer a una historia más grande.
3. La amistad con una persona anciana ayuda al joven a no
reducir la vida al presente y a recordar que no todo depende de sus
capacidades. A los más ancianos la presencia de un joven les da esperanza de
que todo lo que han vivido no se perderá y que sus sueños pueden
realizarse.
4. El tiempo tiene que ser vivido en su plenitud, porque
las realidades más grandes y los sueños más hermosos no se realizan en un
momento, sino a través de un crecimiento y una maduración: en camino, en
diálogo, en relación.
5. Quien se concentra sólo en lo inmediato pierde de
vista el actuar de Dios. Su proyecto de amor, por el contrario, atraviesa
pasado, presente y futuro, abraza y pone en comunicación las generaciones.
6. Para los jóvenes se trata de ir más allá de esa
inmediatez en la que se confina la realidad virtual. Para las personas mayores
se trata de no subrayar las fuerzas que decaen y de no lamentarse por las
ocasiones perdidas.
7. Los ancianos nos transmiten la pertenencia al Pueblo
santo de Dios. Ellos entregan al presente un pasado necesario para construir el
futuro. Honrémoslos, no nos privemos de su compañía y no los privemos de la
nuestra; no permitamos que sean descartados.
8. La Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores
quiere ser un pequeño y delicado signo de esperanza para ellos y para toda la
Iglesia: un renovado encuentro entre jóvenes y ancianos.
9. Jóvenes, que se están preparando para la Jornada
Mundial de la Juventud: antes de ponerse en camino vayan a encontrar a sus
abuelos, hagan una visita a un anciano que esté solo. Su oración los protegerá
y llevarán en el corazón la bendición de ese encuentro.
10. A los ancianos les pido que acompañen con la oración
a los jóvenes. Ellos son la respuesta de Dios a sus peticiones, el fruto de lo
que sembraron, el signo de que Dios no abandona a su pueblo, sino que siempre
lo rejuvenece con la fantasía del Espíritu Santo.
La visita de María a su pariente Isabel puede ofrecernos una buena imagen para reflexionar sobre el encuentro de las generaciones.
José-Román Flecha Andrés