lunes, 17 de julio de 2023

CADA DÍA SU AFÁN - 23 de julio de 2023

 

LOS JÓVENES Y LOS MAYORES

 

Ante la la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores de este año 2023 el papa Francisco nos ofrece unas interesantes reflexiones:

1.   El Espíritu Santo bendice y acompaña cada encuentro fecundo entre abuelos y nietos, entre jóvenes y ancianos. Dios desea que, como hizo María con Isabel, los jóvenes alegren el corazón de los ancianos, y que adquieran sabiduría de sus vivencias. El Señor desea que no dejemos solos a los ancianos y no los releguemos a los márgenes de la vida.

2. El Señor espera que los jóvenes, al encontrarse con los ancianos, acojan la llamada a custodiar la memoria y reconozcan, gracias a ellos, el don de pertenecer a una historia más grande.

3. La amistad con una persona anciana ayuda al joven a no reducir la vida al presente y a recordar que no todo depende de sus capacidades. A los más ancianos la presencia de un joven les da esperanza de que todo lo que han vivido no se perderá y que sus sueños pueden realizarse. 

4. El tiempo tiene que ser vivido en su plenitud, porque las realidades más grandes y los sueños más hermosos no se realizan en un momento, sino a través de un crecimiento y una maduración: en camino, en diálogo, en relación.

5. Quien se concentra sólo en lo inmediato pierde de vista el actuar de Dios. Su proyecto de amor, por el contrario, atraviesa pasado, presente y futuro, abraza y pone en comunicación las generaciones. 

6. Para los jóvenes se trata de ir más allá de esa inmediatez en la que se confina la realidad virtual. Para las personas mayores se trata de no subrayar las fuerzas que decaen y de no lamentarse por las ocasiones perdidas. 

7. Los ancianos nos transmiten la pertenencia al Pueblo santo de Dios. Ellos entregan al presente un pasado necesario para construir el futuro. Honrémoslos, no nos privemos de su compañía y no los privemos de la nuestra; no permitamos que sean descartados.

8. La Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores quiere ser un pequeño y delicado signo de esperanza para ellos y para toda la Iglesia: un renovado encuentro entre jóvenes y ancianos.

9. Jóvenes, que se están preparando para la Jornada Mundial de la Juventud: antes de ponerse en camino vayan a encontrar a sus abuelos, hagan una visita a un anciano que esté solo. Su oración los protegerá y llevarán en el corazón la bendición de ese encuentro.

10. A los ancianos les pido que acompañen con la oración a los jóvenes. Ellos son la respuesta de Dios a sus peticiones, el fruto de lo que sembraron, el signo de que Dios no abandona a su pueblo, sino que siempre lo rejuvenece con la fantasía del Espíritu Santo.

La visita de María a su pariente Isabel puede ofrecernos una buena imagen para reflexionar sobre el encuentro de las generaciones.

                                                                       José-Román Flecha Andrés