Los Salmos no han
perdido actualidad a lo largo de los siglos. Nos presentan el drama permanente
de la humanidad: la impostura y la opresión, la arrogancia de los poderosos y
el dolor de los perseguidos, la angustia de los pobres y los enfermos, y la
alegría de los fieles que cantan al Señor. Los Salmos son la canción multiforme
de la vida. A estos antiguos testimonios de la oración de Israel nos acercamos
ahora nosotros con veneración, intentando identificarnos con el espíritu que
encierran, y releyéndolos a la luz del misterio de Jesús, nuestro Señor y
Redentor.