LA FRATERNIDAD HUMANA
Con motivo de su viaje a los Emiratos Árabes Unidos el
día 4 de febrero de 2019 el papa Francisco ha firmado con el Gran Imán de
Al-Azhar un importante documento sobre la Fraternidad Humana, por la paz
mundial y la convivencia común.
En él se afirma que “la fe lleva al creyente a ver en el
otro a un hermano que debe sostener y amar. Por la fe en Dios, que ha creado el
universo, las criaturas y todos los seres humanos —iguales por su
misericordia—, el creyente está llamado a expresar esta fraternidad humana,
protegiendo la creación y todo el universo y ayudando a todas las personas,
especialmente las más necesitadas y pobres”.
Los firmantes dicen apoyarse en el nombre de Dios que ha
creado todos los seres humanos iguales, en nombre del alma humana, de los
pobres y marginados, de los huérfanos, de las viudas, de los refugiados y de
los exiliados, de los pueblos que han perdido la seguridad, la paz y la
convivencia, de la «fraternidad humana» que abraza a todos los hombres, en el
nombre de la libertad, de la justicia y
de la misericordia y de todas las personas de buena voluntad.
Tras una reflexión conjunta sobre la paz y la concordia,
los firmantes contemplan los dolores y las esperanzas de la humanidad y
reconocen los pasos positivos de nuestra civilización, pero constatan una
sensación general de frustración, de soledad y de desesperación.
Lamentan el extremismo religioso y la intolerancia, que
han producido los signos de una «tercera guerra mundial a trozos». Y recuerdan que las fuertes crisis políticas,
la injusticia y la falta de una distribución equitativa de los recursos
naturales han causado gran número de enfermos, necesitados y muertos.
Reconocen a la familia como núcleo fundamental de la
sociedad y de la humanidad, y declaran
la importancia de reavivar el sentido religioso y la necesidad de reanimarlo en
los corazones de las nuevas generaciones.
Afirman que el primer objetivo de las religiones es el de
creer en Dios, y llamar a todos los hombres a creer que este universo depende
de un Dios que nos ha creado con su sabiduría divina y nos ha confiado el don
de la vida. Y declaran que las religiones no incitan nunca a la guerra y no
instan a sentimientos de odio, hostilidad, extremismo, ni invitan a la
violencia o al derramamiento de sangre.
Sobre esta base, el Papa y el Gran Imán invitan a todo el
mundo a promover la paz, la justicia, la tolerancia, el diálogo, la libertad
religiosa y el respeto a los lugares sagrados, a los derechos de las mujeres y
de los niños, de los ancianos y de las personas más débiles.
Finalmente,
Al-Azhar y la Iglesia Católica desean que esta Declaración sea una invitación a
la reconciliación y a la fraternidad entre todos los creyentes, incluso entre
creyentes y no creyentes, y entre todas las personas de buena voluntad.