INTERPRETAR A LOS JÓVENES
El papa Francisco ha decidido
dedicar la XV Asamblea del Sínodo de los
Obispos a los jóvenes. El camino ha sido largo. Y el “Instrumento de trabajo” que
resume los pasos anteriores para ayudar a los padres sinodales es muy
interesante.
Si la primera parte es un
estudio sobre la situación actual de los jóvenes la segunda parte nos
recuerda que la Palabra de Dios nos ofrece elementos para comprender e interpretar la
juventud. “Joven entre los jóvenes”, Jesús
quiere “encontrarlos caminando con ellos, como lo hizo con los discípulos de
Emaús”.
Como ellos, también los jóvenes
de hoy están llamados a ser anunciadores de la resurrección de
Jesucristo. Tras recordar a varios
jóvenes que aparecen en la Biblia, el documento
recuerda la parábola del hijo prodigo, que mejor podría llamarse como la
“parábola del padre que sale dos veces”, para acoger a un hijo e invitar al
otro a entrar en casa y celebrar la fiesta del encuentro.
A continuación, se subraya que cada joven está llamado a pedir a Dios el don del
discernimiento para encontrar su verdadera vocación. Pero esta afirmación
requiere aclarar a menos cuatro términos.
1. En primer
lugar, es necesario explicar el
significado del término “vocación”, de forma que no suscite prejuicios entre
los jóvenes. Es necesario poner las bases de una “pastoral juvenil vocacional”,
entendida en sentido amplio, que sea significativa para todos los jóvenes de
hoy. Cristo los llama a salir de sí
mismos. A descubrir la plenitud de la alegría y del amor,
a seguirle a él por el camino que haya de concretar su vocación.
2. Además, tras
aclarar el término “vocación”, el Papa dedica su atención a explicar el término
“discernimiento”, tan abierto, como el anterior, a múltiples significados. “El discernimiento es también un
estilo de vida; es un don y un riesgo, y esto puede asustar”, De hecho, es
preciso que “la persona que discierne continúe formando su propia afectividad,
su propia inteligencia, su propio estilo”.
3. Ahora bien, para el discernimiento es central el “rol
de la conciencia”. Recordando cómo el Concilio explicó el sentido de esta
categoría, en el documento se escribe que la conciencia puede significar “el
impulso hacia una búsqueda más profunda de la propia autenticidad y de la
propia vocación”.
4. Por fin, se explica que el discernimiento requiere un acompañamiento vocacional
que es capaz de “liberar la libertad” y un acompañamiento espiritual que ayude a “aprender a reconocer,
interpretar, elegir desde una perspectiva de fe, escuchando lo que el Espíritu
sugiere en la vida cotidiana”.
De todas formas, nunca será ocioso el acompañamiento psicológico, además del “acompañamiento
familiar, educativo y social”, que ayude a los jóvenes a la ”lectura de los
signos de los tiempos” y a vivir con responsabilidad la vida de cada día.