miércoles, 31 de diciembre de 2014

CADA DÍA SU AFÁN. 4 de Enero de 2015

LOS NUEVOS ESCLAVOS

El día primero del año hemos celebrado la Jornada Mundial de la Paz. El mensaje del Papa Francisco para este año nos recuerda que “no somos esclavos, sino hermanos”. Y, sin duda, hace falta recordar esta verdad con frecuencia.
Aunque la esclavitud fuera legal en otros tiempos, hoy está oficialmente abolida en casi todos los países del mundo. Sin embargo, a lo largo y ancho del planeta todavía hay millones de personas privadas de su libertad y obligadas a vivir en condiciones de esclavitud. El Papa menciona al menos cinco grupos de esclavos.
• En primer lugar hay que tener presentes a muchos trabajadores –incluidos los menores de edad- que son oprimidos en todos los sectores, desde el trabajo doméstico al de la agricultura, desde la industria manufacturera a la minería.  
• Hay muchos emigrantes que sufren el hambre, se ven privados de libertad, despojados de sus bienes, explotados física y sexualmente, detenidos en condiciones inhumanas, obligados a vivir en la clandestinidad,  o enganchados  a trabajos inhumanos para poder sobrevivir.  
• Existen muchas personas obligadas a ejercer la prostitución, hay esclavos y esclavas sexuales, mujeres obligadas a casarse, o que son vendidas con vistas al matrimonio, y viudas que son entregadas  a otro pariente que ellas no han elegido.
• En algunos países hay niños y adultos que son víctimas del tráfico de órganos destinados a los trasplantes; otros que son  reclutados como soldados, obligados a ejercer la mendicidad, destinados a la producción y a la venta de drogas, o bien incluídos en el negocio de la adopción internacional.
• Además, es bien conocido el hecho de los que son secuestrados por grupos terroristas. Otros son utilizados como combatientes. El Papa señala que “muchos de ellos desaparecen, otros son vendidos varias veces, torturados, mutilados o asesinados”.
 Ante este panorama tan cruel como inhumano, es obligado preguntarse qué está pasando y, sobre todo, por qué pervive en el mundo la esclavitud. El Papa Francisco apunta a una causa muy profunda, cuando afirma: “En la raíz de la esclavitud se encuentra una concepción de la persona humana que admite el que pueda ser tratada como un objeto”.
Es evidente que junto a esta razón de la sin-razón subsisten otras causas puntuales, como pueden ser la pobreza, el subdesarrollo y la exclusión de muchas personas, que facilitan los abusos de las redes criminales que trafican con los seres humanos. Los medios de comunicación nos recuerdan  los abusos de las mafias y la voracidad de los nuevos piratas.
La Jornada Mundial de la Paz, creada por el Papa Pablo VI, debería ser una buena ocasión para hacer un examen de conciencia. Los gobernantes han de preguntarse qué se está haciendo y qué se puede hacer para suprimir de una vez esta lacra. Pero todos hemos de reflexionar sobre nuestra indiferencia o complicidad con las nuevas formas de esclavitud.  


                                                         José-Román Flecha Andrés