lunes, 30 de junio de 2025

DOMINGO 14º TIEMPO ORDINARIO C 2025

EXAMEN DE CONCIENCIA - Domingo 14 del Tiempo Ordinario. C - 6 de julio de 2025


                                            LA RAZÓN DE LA ALEGRÍA

 “Estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo”

 (Lc 10,20)

 

1.      Se dice a veces que en este tiempo es casi imposible vivir en la alegría. ¿Se puede considerar verdadera esa percepción?

2.      Suponiendo que esa afirmación no sea tan verdadera, ¿en qué suele fundamentarse hoy la alegría?

3.      Los discípulos de Jesús se alegraban al ver que su mensaje era escuchado por las gentes. ¿Se vive también hoy esa experiencia?

4.      ¿Qué significa esa afirmación de Jesús, según la cual los nombres de sus discípulos están escritos en el cielo?

5.      ¿Y las personas que no siguen a Jesucristo o no aceptan su mensaje no tendrán sus nombres inscritos en el cielo?

6.      ¿Con esa afirmación de Jesús se invalidan las razones en las que puede fundamentarse la alegría humana?

7.      ¿Y yo estoy convencido de que la vivencia y la difusión del evangelio me aseguran la verdadera razón de la alegría?

                                                                                                                     José-Román Flecha

REFLEXIÓN - Domingo 14 del tiempo ordinario. C 6 de julio de 2025

 

MENSAJEROS DE LA ALEGRÍA

“Festejad a Jerusalén, gozad con ella, todos los que la amáis, alegraos de su alegría, los que por ella llevasteis luto” (Is 66,10). Es impresionante esta invitación a la alegría  que se encuentra en el último capítulo del libro de Isaías. Después del exilio en Babilonia, Dios va a facilitar el nacimiento de la nueva Jerusalén.

El texto emplea una imagen altamente expresiva en aquel tiempo y en aquel lugar. Dios va a hacer que la paz corra hacia Jerusalén con la abundancia de un río caudaloso. Esta presencia misericordiosa de Dios será la verdadera causa de la alegría para su pueblo.

La alegría reaparece también en el salmo responsorial: ”Alegrémonos con Dios, que con su poder gobierna eternamente” (Sal 65,6).

Con todo, la felicidad y la gloria no tienen su causa en los logros humanos. San Pablo escribe a los gálatas que él solamente puede gloriarse en la cruz de Jesucristo  (Gál 6,14-18).

LA PRESENCIA DEL REINO

Según el evangelio de Lucas, al iniciar su subida hacia Jerusalén, Jesús envía a sus discípulos por delante de él, para que le preparen el camino (Lc 10,1-12.17-20). 

• Jesús los envía de dos en dos, porque en su tierra, el testimonio de una persona solamente era creíble cuando era apoyado por otra persona. Además, los discípuos habían de caminar unidos, puesto que eran enviados a anunciar la paz.

• Jesús los envía ligeros de equipaje. El mensaje que anuncian no se apoya en la fuerza, en las riquezas o en los medios de los mensajeros.

• Además, los mensajeros han de curar a los enfermos que se encuentren. Han de ser  recibidos como portadores de la misericordia y de la compasión de su Maestro.  

• Y este es el mensaje que han de proclamar en todo lugar: “Está cerca de vosotros el Reino de Dios”. No se trata de amedrentar a las gentes. Al contrario: les anunciarán la presencia de Dios entre los hombres. En realidad, Jesús mismo era ya el Reino de Dios. 

LA VERDADERA ALEGRÍA

Según el texto evangélico, los discípulos retornan de su misión y comunican a Jesús los efectos de su predicación, de las curaciones y de los exorcismos que han realizado. Y su experiencia es el contenido de su diálogo con el  Maestro:

  “Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre”. El nombre significa y representa la dignidad de Jesús. Los discípulos han podido comprobar el poder que ejerce el nombre del Maestro sobre el espíritu del mal.

• “No estéis alegres porque se  os someten los espíritus”. Ante la alegria de sus discípulos, Jesús les advierte que no caigan en la ingenuidad de creer que yan han logrado someter a los espíritus que manejan este mundo.

• “Estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo”. Los discípulos aludían al nombre de Jesús, pero él alude ahora al nombre de los suyos. Han de alegrarse porque el Padre los tiene ya presentes en su reino.

- Señor Jesús, tú nos has enviado como mensajeros de tu paz y como heraldos del Reino de Dios. No debemos caer en el desaliento ante los aparentes fracasos de  nuestra misión. Pero tampoco debemos enorgullecernos por los éxitos que nos parece haber alcanzado. La verdadera alegría nace solamente de sabernos amados por el Padre celestial. Amén. 

                                                                                            José-Román Flecha Andrés

 

CADA DÍA SU AFÁN 5 de julio de 2025


LA TRINIDAD Y EL DEPORTE

No es sorprendente que se predique alguna vez sobre la Santa Trinidad de Dios. A fin de cuentas, los cristianos hemos sido bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Lo que es sorprendente es que se una la fe en la Trinidad con la práctica del deporte. Y eso es lo que ha hecho el papa León XIV en una reciente homilía.

 Él mismo ha reconocido que el binomio “Trinidad-deporte” no es precisamente habitual. Sin embargo, aunque Dios no es estático, no está cerrado en sí mismo. Es comunión, relación viva entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que se abre a la humanidad y al mundo. 

El deporte puede ayudarnos a encontrar a Dios Trinidad: porque requiere un movimiento exterior e interior del yo hacia el otro.  En consecuencia, el papa León XIV ha mencionado tres aspectos que hacen del deporte un medio valioso para la formación humana y cristiana.

1. Esta sociedad marcada por la soledad, en la que el individualismo nos ha hecho pasar del “nosotros” al “yo”, nos ha llevado a ignorar al otro. Pero el deporte —especialmente cuando se practica en equipo— nos enseña el valor de la colaboración, de caminar juntos, de ese compartir que está en el corazón mismo de la vida de Dios. Así que el deporte puede convertirse en un medio de encuentro.

2. Además, esta sociedad es cada vez más digital. Las tecnologías acercan a personas lejanas e ignoran a las que están cerca. Pero el deporte valora el estar juntos, el sentido del cuerpo, del espacio, del esfuerzo, del tiempo real. En lugar de escaparnos a mundos virtuales, nos ayuda a mantenernos en contacto con la naturaleza y con la vida concreta, que es el único lugar en el que se ejerce el amor.

3. Finalmente, esta es “una sociedad competitiva, donde parece que solo los fuertes y los ganadores merecen vivir”. Pero el deporte nos enseña también a perder. Nos pone a prueba en el arte de la derrota. Nos enseña una de las verdades más profundas de nuestra condición humana: la fragilidad, el límite, la imperfección.

Para retomar el tema central del año jubilar, el Papa añade que “a partir de la experiencia de esta fragilidad nos abrimos a la esperanza. El atleta que nunca se equivoca, que no pierde jamás, no existe. Los campeones no son máquinas infalibles, sino hombres y mujeres que, incluso cuando caen, encuentran el valor para levantarse”.  

Por tanto, no cabe ceder a la tentación de la pereza. “Es el entrenamiento diario del amor lo que nos acerca a la victoria definitiva y nos hace capaces de trabajar en la construcción de un mundo nuevo”.  

Según el Papa, la Iglesia confía a los deportistas la misión de ser un reflejo del amor de Dios Trinidad, como atletas, como formadores, como sociedad, como grupos, como familias.  

                                                                                         José-Román Flecha Andrés

 

miércoles, 25 de junio de 2025

FIESTA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO - 2025

EXAMEN DE CONCIENCIA - Fiesta de San Pedro y San Pablo. C 29 de junio de 2025


                              LA PIEDRA Y LA IGLESIA      

Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,

y el poder del infierno no la derrotará   

 (Mt 16,18)

1.      ¿Qué nos sugiere el hecho de que Jesús haya decidido dar a Simón el nombre de Pedro, es decir “Roca”?

2.      ¿Esa denominación de Pedro es un obstáculo para reconocer a Jesús como “la piedra angular que desecharon los constructores” (Hech 4,11)?

3.      ¿Esa elección de Simón Pedro nos ayuda a nosotros a comprender la dimensión humana y divina de la Iglesia?

4.      ¿Cómo hemos de comportarnos si somos piedras vivas que Dios ha elegido para construir un templo espiritual (1 Pe 2,5-9)? 

5.      ¿En este momento concreto de la historia percibimos de alguna manera la fuerza y el poder del infierno?

6.      ¿Qué exige de cada uno de nosotros esa frase con la que Jesús asegura que el poder del infierno no podrá derrotar a su Iglesia?

7.      ¿Y yo cómo vivo mi pertenencia a esa comunidad de la Iglesia que Jesús quiso vincular a la persona y la misión de Simón Pedro?

                                                                                               José-Román Flecha

  

REFLEXIÓN - Fiesta de San Pedro y San Pablo 29 de junio 2025

 

                   LAS COLUMNAS DE LA IGLESIA 

San Pedro y san Pablo son los pilares de la Iglesia. Pero su categoría humana los convierte en modelos de coherencia y de rectitud.

El libro de los Hechos de los Apóstoles (Hech 12,1-11) nos lleva a recordar un famoso fresco de las “logias” vaticanas, en el que Rafael dejó plasmada la liberación de Pedro. Herodes lo había metido en la cárcel durante la semana de Pascua. Pero “mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él”.

Con Simón Pedro nosotros repetimos confiadamente la palabras del salmo:  “El Señor me libró de todas mis ansias” (Sal 33).

LA ORACIÓN DE LA IGLESIAS

Orar por Pedro era un deber de gratitud y de amor para la primera comunidad de Jerusalén. Pedro habrá de ser bien consciente de que esa oración de su gente le ha “liberado de las manos de Herodes y de la expectación de los judíos” (Hech 12,11).

De Pedro nos dice el evangelio (Mt 16,13-19) que reconoció a Jesús como el Mesías, el Hijo de Dios vivo. A cambio, Jesús le cambió su nombre de Simón por el de Pedro, para hacer de él la piedra sobre la que edificaría su Iglesia. 

También Pablo era consciente de que el Señor lo había liberado de la boca del león, para que fuera a anunciar la salvación a todas las gentes que antes consideraba como extrañas.  Así  resume a su discípulo Timoteo su propia tarea de apóstol y misionero: “El Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles” (2 Tim 4,17-18).

A decir verdad, la diferencia de talante y de opiniones de estos dos hombres no los separó en vida de la gran misión que les fue confiada por su Señor ni los aleja ahora en nuestra veneración.

DOS APÓSTOLES

Los dos apóstoles y pilares de nuestra fe han sido liberados por Dios para convertirse en agentes de la liberación y en mensajeros de la verdad. 

• Pedro es el modelo de una fe que reconoce a Jesús como el ungido de Dios. Esa era la condición mínima para ser un auténtico discípulo de Jesús de Nazaret. Los que pretendían seguirlo por otros motivos pronto abandonaron el camino.

• Y Pablo nos recuerda la necesidad de aceptar que uno ha corrido por la pista equivocada. Es evidente que en el mundo de hoy es muy difícil reconocer los propios errores. La obsesión por imponer a los demás las propias ideas o la propia ideología puede hacernos duros y cínicos hasta negar la evidencia.   

• Estos dos apóstoles son testigos de la fe. Pero son también modelos de humanidad. Ambos estuvieron al servicio de los otros. En un mundo secular, muchos ponen la salvación en la técnica o en la política, en el arte o en la guerra. Nosotros creemos que el camino de la salvación parte de la humildad. 

-Señor Jesús, te rogamos que la Iglesia se mantenga fiel a las enseñanzas y al ejemplo de los apóstoles Pedro y Pablo, que recordamos como los pilares y testigos de nuestra fe cristiana. Y que esta sociedad nuestra se decida a buscar la verdad y a vivir de acuerdo con ella.

                                                        José-Román Flecha Andrés 

CADA DÍA SU AFÁN - 26 de junio de 2025


PEDRO Y PABLO

Uno de los antiguos himnos litúrgicos de este día de fiesta canta a la Roma feliz, vestida con la púrpura de la sangre preciosa de tan grandes príncipes. Unos versos más adelante, invoca a los gloriosos mártires Pedro y Pablo como soldados vencedores en el palacio celeste, pidiendo que nos libren de todos los males y nos conduzcan a lo alto.

Roma, en efecto les ha dedicado dos grandiosas basílicas, situadas en el lugar tradicional de su martirio: una en la colina del Vaticano donde Pedro fue sepultado y la otra al lado de la Vía Ostiense donde Pablo fue martirizado.

Pero si Roma es feliz por contar con las reliquias de los príncipes de los apóstoles, toda la Iglesia vuelve a ellos sus ojos con devoción y gratitud. Ellos son los grandes predicadores de la fe.

Con uno de sus habituales juegos de palabras, dice san Agustín en un sermón que en Pedro llamó Cristo al pescador, no al orador o al senador: “Venga primero el pescador para enseñar la humildad saludable: por él se llega mejor al emperador”.

Y de Pablo dice Bossuet que estaba demasiado enamorado de las humillaciones del cristiano para querer corromper con las vanidades de la elocuencia secular la venerable simplicidad del evangelio de Cristo.

Así que la elocuencia de estos dos predicadores no se muestra en la ampulosidad de sus discursos, sino que radica en su propio testimonio de amor a Jesucristo y a su Iglesia.

En esta fiesta la celebración rompe los límites de todas las paradojas. Al mismo tiempo, celebramos hoy al perseguido y al perseguidor. Pedro fue aprisionado en Jerusalén por anunciar el nombre de Jesús. Pablo pasó un tiempo apresando en Jerusalén a los que seguían ese camino.

Celebramos en una misma fiesta a Simón llamado Pedro, que trataba de conservar la herencia de Israel y a Saúl, llamado Pablo, que pretendió abrir esa herencia a todos los pueblos de todas las razas y culturas.

La liturgia de hoy recuerda en el prefacio de la eucaristía esas discrepancias, superadas por la misma fe y por el mismo testimonio martirial:

“En los apóstoles Pedro y Pablo has querido dar a tu Iglesia un motivo de alegría: Pedro fue el primero en confesar la fe; Pablo es el maestro insigne que la interpretó. Aquel fundó la primitiva Iglesia con el resto de Israel, y este la extendió a todas las gentes.

De esta forma, Señor, por caminos diversos, los dos congregaron la única Iglesia de Cristo, y a los dos, coronados por el martirio, celebra hoy tu pueblo con una misma veneración”.

Así pues, la fe en Cristo, Señor y fundador de la Iglesia, los llamó y los convocó. Y ellos, a su vez, contribuyeron a llamar y convocar de los cuatro vientos a la Iglesia del Señor.

                                                                                                  José-Román Flecha Andrés

 

martes, 17 de junio de 2025

SOLEMN IDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO 2025

EXAMEN DE CONCIENCIA - Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. C 22 de junio de 2025


                                                 EL PAN PARTIDO Y COMPARTIDO

“Dadles vosotros de comer   

 (Jn 16,13)

 

1.      ¿Nos hemos preguntado alguna vez por qué hay hambrientos en el mundo cuando se producen más alimentos que los necesarios?

2.      ¿No nos llama la atención que las gentes siguieran a Jesús hasta olvidarse de proveerse de alimentos?

3.      ¿No deberíamos preguntarnos con frecuencia de qué están hambrientas las multitudes de este tiempo nuestro?

4.      ¿En qué sentido podemos entender nosotros el mandato de Jesús para dar de comer a la multitud?

5.      ¿Qué podemos hacer los seguidores de Jesucristo para presentar su mensaje sobre el pan partido y compartido?

6.      ¿Y qué deberíamos hacer para suscitar en la opinión pública la responsabilidad de evitar el hambre en el mundo?

7.      Siempre me identifico con los discípulos que han de dar de comer a los hambrientos. ¿No tendré que identificarme alguna vez con ellos?

REFLEXIÓN - Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. C 22 de junio de 2025

 

LA PALMERA QUE ALEGRA EL ARENAL

“Como estás mi Señor en la custodia, igual que la palmera que alegra el arenal, queremos que en el centro de la vida reine sobre las cosas tu ardiente caridad. Cristo en todas las almas y en el mundo la paz”.

Así cantaba el himno escrito por José María Pemán para el XXXV Congreso Eucarístico Internacional, que se celebró en Barcelona del 27 de mayo al 1 de junio de 1952.

Por entonces, muchas personas recordaban los días amargos de la guerra civil y pedían la amanecida de la paz. Creían que en la eucaristía se puede encontrar cuanto queda de amor y de unidad. Esa palmera puede traernos la caridad en medio del desierto de la indiferencia.

En la fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo recordamos el pan y el vino del sacrificio de Melquisedec, el rey-sacerdote cananeo que bendijo a Abraham (Gén 14,18-20).  

 LA OFRENDA Y LA TRADICIÓN

San Pablo recuerda a los corintios una tradición que él ha recibido (1 Cor 11,23-26). Al celebrar la eucaristía, también nosotros hacemos memoria de las palabras de Jesús: 

- “Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros”.  Con el signo del pan, Jesús expresaba su entrega a sus hermanos. Los que participaban en aquella cena y los que habríamos de seguir sus pasos a lo largo de los tiempos.

- “Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre”. El vino compartido hacía visible el sacrificio de Jesús y sellaba la alianza nueva de Dios con los hombres. La sangre significaba una alianza de amor. Era su vida y la nuestra.

- “Haced esto en memoria mía”. La muerte del Justo injustamente ajusticiado nos interpela. En la eucaristía proclamamos que su memoria pervive todavía en nosotros. La presencia de Cristo está siempre viva en medio de su comunidad.

- “Cada vez que coméis de este pan y bebéis de la copa, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva”. La fe cristiana nos lleva a evocar aquella memoria del pasado y a vivir anclados en una esperanza activa del futuro.  

NUESTRA ENTREGA

El evangelio nos propone hoy el conocido relato de la multiplicación o distribución de los panes y los peces (Lc 9,11-17). Ante la necesidad de las gentes, Jesús nos invita a compartir con los demás lo que somos y tenemos.   

• “Dadles vosotros de comer”. Estas palabras no son una simple llamada a la generosidad personal. Tampoco son solamente una indicación para cambiar un sistema económico-social. Son todo eso y mucho más.

• “Dadles vosotros de comer”. Así suena el mandato de Jesús para los discípulos que le seguían. Pero esas palabras se extienden a todos los cristianos de todos los tiempos. Denuncian nuestro egoísmo y nos llaman a la responsabilidad.

• “Dadles vosotros de comer”. La eucaristía que celebramos nos exige hacer nuestra la entrega personal de Jesús. Sus palabras nos impulsan a vivir un amor sincero a los demás y a promover una caridad generosa y una justicia eficaz.

-  Señor Jesús, en la eucaristía tú nos has dejado el memorial de tu pasión y la certeza de tu presencia entre nosotros. Queremos compartir con nuestros hermanos el alimento que sacia el hambre y también la fe que ilumina el camino. Amén.

                                                                                                 José-Román Flecha Andrés

CADA DÍA SU AFÁN - 21 de junio de 2025


SOBRE EL PUDOR

Hoy no es frecuente hablar del pudor. En otros tiempos esa palabra parecía referirse a la discreción que la persona, especialmente a partir de la adolescencia, trataba de observar para no exponer su cuerpo a la curiosidad de los demás.

La doctora Monique Selz, psiquiatra y psicoanalista, ha escrito que ese sentimiento y esa actitud han de entenderse de una forma más amplia. El pudor nos lleva a defender nuestra dignidad. Y la dignidad no nos es concedida ni puede ser arrebatada por las leyes, por la opinión de las mayorías o por la imposición de lo políticamente correcto.

El comportamiento que afecta a la dignidad de la persona tampoco puede ser evaluado sobre la base de clichés preconcebidos, de prejuicios sociales o de mitos seculares. Escribe ella que “el mito de la actitud natural de los griegos frente a la desnudez masculina ha sido tan difícil de desterrar como el de la pretendida tolerancia helenística de la homosexualidad masculina”.

Según la citada doctora, vivimos en “un triple después que condiciona nuestra relación con el cuerpo y con el otro: es una sociedad post-colonial, post-nazi y post-mayo del 68”. La persona no puede ser reducida a una simple cosa u objeto como hacen los colonizadores; no puede ser abusada hasta la muerte, como ocurrió en los campos de concentración, ni puede reducirse a su capacidad de disfrutar del momento presente como pregonaban los jóvenes en París.

Desprecian nuestro pudor los que convierten el cuerpo humano en un objeto o quienes manejan la desnudez como un elemento indispensable del espectáculo.

La dignidad de la persona requiere un respeto especial precisamente en los momentos iniciales y finales de su vida, en los que no puede defenderse de las intervenciones ajenas, sino que las necesita especialmente para que su existencia sea posible y sea realmente digna.

La doctora Monique Selz nos sorprende con una pregunta que a muchos puede sonarles como un tanto novedosa y hasta escandalosa: “¿Tenemos alguna idea de lo que sufren las mujeres con el pretexto de dejarse ayudar para satisfacer su deseo de tener hijos?”. Según ella, “esos deseos son muchas veces el resultado de diversas manipulaciones ideológicas, propias del imperio de la sociedad de consumo”.

Es un desprecio del pudor de la persona la obligada sumisión a tratamientos abusivos en el caso de una enfermedad terminal o la imposición de la eutanasia.

Y constituyen un escandaloso abuso del pudor los infinitos asaltos a nuestros datos personales para tratar de vendernos objetos que no necesitamos a precios engañosos que nos prometen una felicidad que nadie nos puede regalar.

                                                                                    José-Román Flecha Andrés

lunes, 9 de junio de 2025

FIESTA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD C 2025

EXAMEN DE CONCIENCIA - Solemnidad de la Santísima Trinidad. C 15 de junio de 2025


                                                         LA VERDAD PLENA

“Cuando venga él, el Espíritu de la verdad,

os guiará hasta la verdad plena”

    (Jn 16,13)

1.      ¿Por qué en cada época de la historia son muchos los que piensan que ya se ha llegado a conocer la verdad plena?

2.      ¿Cómo nos comportamos nosotros cuando consideramos que ya podemos demostrar a los demás que estamos en posesión de la verdad plena?

3.      Si Jesús había afirmado que él era el camino, la verdad y la vida, ¿Qué otra verdad podía añadir el Espíritu Santo?

4.      ¿Se puede decir que el Espíritu vendría a ayudar a los discípulos a comprender la verdad que ya había sido anunciada por Jesús?

5.      De todas formas, ¿Cómo realiza hoy el Espíritu de la verdad esa misión de guiarnos que Jesús le atribuye?

6.      ¿Qué decir de los que creemos conocer la verdad revelada por Jesús y, sin embargo, no vivimos de acuerdo con ella?

7.      ¿Invoco yo la luz y la fuerza del Espíritu Santo para que me guíe a conocer la verdad plena y a dar de testimonio de ella con mi vida?


REFLEXIÓN - Fiesta de la Santísima Trinidad 15 de junio de 2025

 

    LA VERDAD DE LA TRINIDAD

“El Señor me estableció al principio de sus tareas, al comienzo de sus obras antiquísimas” (Prov 8,22). El libro de los Proverbios afirma que la sabiduría de Dios, acompañaba a Dios en la creación del mundo. 

  La sabiduría asiste a Dios al comienzo del mundo, pero no como maestra, sino como aprendiz. Nos agrada saber que “gozaba con los hijos de los hombres”. Ahora sabemos que la sabiduría es el puente que nos une a Dios.  

Con el salmo responsorial manifestamos la admiración que suscita en nosotros la contemplación de la obra de Dios: “Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!” (Sal 8,1).

San Pablo escribe que Jesús es la Sabiduría de Dios por la que hemos recibido la fe y la esperanza. Además, “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado” (Rom 5,5). 

 

EN UNIÓN CON EL PADRE

 

El evangelio que hoy se proclama nos sitúa en el ambiente de la última cena de Jesús con sus discípulos (Jn 16,12-15). En esa cena de despedida Jesús les revela su origen y su identidad: “Todo lo que tiene el Padre es mío”. 

Jesús había vivido a lo largo de toda su vida en intima unión con el Padre. Con él compartía el misterio y la profundidad del amor.

En este momento añade una revelación muy importante. De hecho, anuncia a sus discípulos que el Espíritu tomará de lo que pertenece al Padre y a él y ambos y se lo comunicará a sus seguidores.

Les transmitirá la luz de la verdad y la entrega del amor. Así que la Trinidad de Dios que hoy celebramos se revela como un misterio de donación.

 

LA VERDAD PLENA 

 

Además, Jesús deja a sus discípulos una tarea pendiente: “Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora. Cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la verdad plena”.  

 • En primer lugar, se nos dice que aceptar el mensaje de Jesús requiere una preparación por parte del oyente. El Señor ha previsto una pedagogía especial para que ese mensaje pueda ser escuchado, aceptado y vivido. 

•  Además, se anuncia la llegada y la obra del Espíritu de la Verdad. Esa verdad del Evangelio no siempre es fácil de aceptar, de vivir y proclamar. La fe es un don, pero ese don supone una preparación y exige una respuesta.

• En tercer lugar, se asegura la posibilidad de alcanzar la verdad plena. Nuestra vida esta marcada por la esperanza. Vamos haciendo camino, guiados por el Espíritu que nos descubre la sabiduría y la misericordia de Dios. 

- Señor Jesús, Sabiduría de Dios que se ha hecho visible en nuestra tierra. Tú nos has manifestado el esplendor de la verdad y la fuerza del amor. Tú nos has revelado la verdad de la Trinidad de Dios. Bendito seas por siempre. Amén.    

                                                                                 José-Román Flecha Andrés    

CADA DÍA SU AFÁN 14 de junio de 202

 

UNA ENCÍCLICA SOBRE EL MEDIO AMBIENTE

El papa Francisco no ha sido el primero en hablar de la responsabilidad del ser humano con relación al medio ambiente. Pero es el primero que publicó una encíclica, hace ahora diez años, para invitarnos a respetar la casa común.

1. Según él, “este mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarles el derecho a la vida, radicado en su dignidad inalienable… Si tenemos en cuenta que el ser humano también es una criatura de este mundo, que tiene derecho a vivir y a ser feliz, y que además tiene una dignidad especialísima, no podemos dejar de considerar los efectos de la degradación ambiental, del actual modelo de desarrollo y de la cultura del descarte en la vida de las personas” (LS 43).

2. Como ya había afirmado Benedicto XVI, “la degradación ambiental y la degradación humana y ética están íntimamente unidas” (LS 56).

3. La creación del ser humano como imagen y semejanza de Dios (cf. Gén 1,26) nos muestra la inmensa dignidad de cada persona humana. La persona no es solamente algo, sino alguien. Así pues, quienes se empeñan en la defensa de la dignidad de las personas pueden encontrar en la Biblia y en la fe cristiana los argumentos más profundos para asumir en profundidad ese compromiso (LS 65). 

4. Como respuesta a una deep ecologie que suele denunciar un antropocentrismo que considera abusivo e irrespetuoso, afirma el papa Francisco que, “precisamente por su dignidad única y por estar dotado de inteligencia, el ser humano está llamado a respetar lo creado con sus leyes internas. Por esto, debe respetar la bondad propia de cada criatura para evitar un uso desordenado de las cosas” (LS 69 y 90).

5. Además, como procurando evitar un pesimismo crítico frente al progreso, el papa Francisco admite que la técnica puede ayudarnos a vivir con más dignidad y menos sufrimiento (cf. LS 112).

6. En realidad, la naturaleza no es algo que pueda ser separado de nosotros, ni es un mero marco en el que se desarrolla nuestra vida. No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social. Por eso se requiere “una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza” (LS 139).

7. Por otra parte, el reconocimiento de la dignidad peculiar del ser humano muchas veces contrasta con la vida caótica que deben llevar las personas en nuestras ciudades y con el abandono que sufren algunos habitantes de zonas rurales (LS 154).

8. Finalmente, el papa Francisco afirma que “es insostenible el comportamiento de aquellos que consumen y destruyen más y más, mientras otros todavía no pueden vivir de acuerdo con su dignidad humana” (LS 193).

                                                                                         José-Román Flecha Andrés

lunes, 2 de junio de 2025

EXAMEN DE CONCIENCIA - Solemnidad de Pentecostés. C 8 de junio de 2025


                                                         EL ESPÍRITU EN LA VIDA

Recibid el Espíritu Santo”   

 (Jn 20,22) 

1.      Se suele decir que el Espíritu Santo es el gran desconocido para los creyentes. ¿A qué puede deberse ese desconocimiento?

2.      Por otra parte, hace un siglo que ha surgido el pentecostalismo o movimiento pentecostal. ¿Qué ha aportado a la fe y a la vida de los cristianos?

3.      ¿Hemos observado alguna vez las alusiones al Espíritu Santo que se encuentran en la liturgia eucarística?

4.      ¿Reflexionamos alguna vez sobre la influencia de los dones y los frutos del Espíritu Santo en nuestra vida?

5.      ¿Qué importancia se da en nuestro ambiente más cercano a la preparación y celebración del sacramento de la confirmación?

6.      ¿Qué significa la celebración de la fiesta de Pentecostés para la vida pastoral de nuestra diócesis y de nuestra parroquia?

7.      ¿Invoco la luz y la fuerza del Espíritu Santo cuando me veo en la necesidad de tomar una importante decisión?