EL CÁNTARO
martes, 23 de julio de 2024
lunes, 22 de julio de 2024
EXAMEN DE CONCIENCIA - Domingo 17º del Tiempo Ordinario. B 28 de julio de 2024
LOS
PANES
“¿Con qué compraremos panes para que coman éstos”
(Jn
6,5)
1. ¿Nos preguntamos alguna vez por qué la humanidad camina hambrienta, siguiendo a quien puede dar respuesta a sus deseos?
2. ¿No nos interpela esa situación de las gentes, lejanas o cercanas a
nosotros, que caminan esperando una palabra de verdad?
3. Evidentemente, el Señor conoce las necesidades de las gentes. ¿Por qué nos
pregunta si nosotros tenemos una solución razonable para ellas?
4. ¿No ocurre algunas veces que nos preocupamos de tener nosotros lo
suficiente, mientras nos desentendemos de las necesidades de los demás?
5. ¿Ante esas necesidades bastará acudir a la fácil solución de adquirir los
panes o los remedios que parecen más inmediatos?
6. ¿Bastará una solución técnica para conseguir que las gentes vivan y caminen
con dignidad y esperanza?
7.
¿Y yo respondo a la pregunta de Jesús, tratando solamente
de ofrecer razones que nunca llegan a percibir el misterio de su presencia y su
salvación?
José-Román Flecha
REFLEXIÓN - Domingo 17 del Tiempo Ordinario. B 28 de julio de 2024
ATENCIÓN A LOS HAMBRIENTOS
“Dáselos a la gente, que
coman. Porque así dice el Señor: Comerán y sobrará” (2 Re 4,43). Esa es la orden
que Eliseo transmite a su criado, que parece negarse a repartir a la gente los
veinte panes de cebada que un hombre ha traído para entregarlos al profeta.
Aparentemente, el criado tiene razón, al pensar que
aquellos panes no bastarán para alimentar al centenar de personas que tiene ante
él. Pero Eliseo no se apoya en los cálculos humanos, sino en las promesas de
Dios. Así que, después de dar de comer a la gente, al final todavía sobra pan,
como había predicho el Señor.
Con el salmo responsorial, nosotros proclamamos que
Dios da alimento a todas las criaturas. Abre su mano y sacia a todo viviente
(Sal 144).
San Pablo
confiesa que Dios es Padre de todo, lo trasciende todo, lo
penetra todo, y lo invade todo. Por tanto, hemos de ser humildes, amables y
comprensivos, para mantener la unidad del cuerpo de la Iglesia, al que
pertenecemos (Ef 4,1-6).
El relato evangélico de la multiplicación y
distribución de los panes y los peces (Jn 6,1-15) siempre nos enseña una nueva
lección y nos interpela.
* En primer lugar, vemos que un joven ofrece a Jesús y
a las gentes todo lo que tiene: cinco panes y dos peces. En esta sociedad del
pesimismo y la indiferencia, deberíamos convencernos de que todos podemos poner
algo a disposición del Señor.
* Jesús toma los panes, da gracias al Padre y los
distribuye entre la multitud. A la luz de la fe, comprendemos que Jesús es el
pan que se ofrece filialmente al Padre y se entrega generosamente a todos nosotros.
* Cada uno de nosotros puede identificarse con la multitud que busca al Señor o bien con el joven que entrega lo que tiene y también con el mismo Jesús. Con la gracia de Dios, algo podemos hacer ante la soledad, la pobreza y las necesidades de nuestros hermanos.
LOS DISCÍPULOS
En realidad, también podemos identificarnos con los
discípulos de Jesús. El texto evangélico los cita en cuatro momentos:
• A veces nos parecemos a Felipe, que solo calcula lo
que tienen los discípulos y se limita a señalar que, por su cuenta, no pueden
alimentar a la multitud.
• En otras ocasiones nos parecemos a Andrés. Vemos la
generosidad del joven, pero creemos que no basta para solucionar los problemas
que observamos.
• Pero, al
igual que los discípulos, tenemos que obedecer al Señor y repartir los panes, aunque
no alcancemos a ver cómo llegarán a satisfacer a la multitud.
• Y finalmente, no podemos olvidar el aviso de Jesús: “Recoged
los pedazos que han sobrado. Que nada se pierda”. Esa frase no ha perdido
actualidad. Que no se pierda su gracia.
- Señor Jesús, la humanidad tiene hambre, pero a veces no sabemos responder a su necesidad. Que tu palabra nos lleve a prestar atención a los hambrientos y desposeídos de este mundo. Que no se olvide tu mensaje ni se olvide tu compasión. Amén.
José-Román Flecha Andrés
CADA DÍA SU AFÁN - 27 de julio de 2024
EL OTRO CAMINO DE SANTIAGO
“El cristianismo ha encarnado la defensa de
todos los débiles, bajos y malogrados”.
A los cristianos esa frase nos parece un reconocimiento a la bimilenaria
atención de nuestra comunidad a todos los que padecen hambre, sed, enfermedad o
esclavitud.
Pero
ese aparente elogio a la caridad cristiana se debe a quien en el mismo contexto
escribía: “¿Qué es bueno? Todo lo que acrecienta en el hombre el sentimiento de
poder, la voluntad de poder, el poder mismo. ¿Qué es malo? Todo lo que proviene
de la debilidad”.
Como se sabe, Friedrich Nietzsche pensaba que
el mundo es el hogar de los fuertes. A los débiles hay que hacerlos desaparecer.
Por eso, al tratar de apoyar y defender a los más débiles, el cristianismo se
habría hecho inhumano. La moral cristiana era inmoral.
En
nuestra sociedad persisten esas ideas, así que es oportuno recordar a Santiago
y Juan, hijos de Zebedeo. Aquellos pescadores en el lago de Galilea aceptaron
la llamada del profeta que anunciaba la llegada de un reino, en el que deseaban
ocupar los puestos más relevantes.
Ante aquella pretensión, Jesús les preguntó si
estaban dispuestos a compartir el cáliz de la condena y de la muerte que él
mismo habría de beber. La grandeza en el reino que anunciaba no coincidía con
el poder, sino con la entrega de la propia vida.
Pues
bien, según los Hechos de los Apóstoles, Jacobo o Santiago muy pronto sería
asesinado por su fidelidad a aquel Mensaje. “El rey Herodes echó mano a algunos
de la Iglesia para maltratarlos. Hizo matar por la espada a Santiago, el
hermano de Juan”.
A lo
largo de los siglos, hemos luchado más por conseguir el poder que por aprender
a servir a los desvalidos. Al recordar a Santiago, hay que evocar el ideal
evangélico. Jesús nos recuerda el sentido que el poder y la grandeza tienen en el
reino que él anunciaba:
Según el Maestro, el honor y la gloria se
consiguen por la atención a la dignidad de la persona: “El que quiera ser
grande entre vosotros, que sea vuestro servidor”. No es grande quien aplasta y
avasalla a los demás, sino quien sabe vivir desviviéndose por los otros.
Jacobo
o Santiago, hijo de Zebedeo y hermano de Juan, es para todos los cristianos un
icono inolvidable. Aquel pescador refleja la vocación al discipulado y el fiel
seguimiento al Maestro del bien y la verdad.
Según
Goethe, Europa se hizo peregrinando. En París o en Lituania encontramos la
concha dorada que indica el Camino de Santiago. Son muchos miles los peregrinos
que lo recorren y llegan cada día hasta Compostela.
Pero todos debemos descubrir y recorrer el otro camino de Santiago. Ese camino que comienza con la escucha de la llamada del profeta de Galilea. Ese camino que exige la aceptación de su doctrina, el servicio a los demás y la fidelidad al Maestro hasta el martirio.
José-Román Flecha Andrés
martes, 16 de julio de 2024
EXAMEN DE CONCIENCIA -Domingo 16º del Tiempo Ordinario. B 21 de julio de 2024
DESCANSO EN EL DESIERTO
“Venid vosotros a solas a un lugar desierto
a descansar un poco”
(Mc
6,31)
1.
Vivimos en una sociedad demasiado nerviosa y agitada ¿No
estaremos necesitando un descanso para encontrarnos con lo mejor de nosotros
mismos?
2.
¿Estamos dispuestos a pasar un tiempo en un clima de
silencio y de oración con el fin de escuchar la voluntad de Dios?
3.
¿Podemos aceptar hoy al Señor que nos invita a
reflexionar sobre su verdadero ser y también sobre su misión?
4.
¿Sabemos consagrar un tiempo a la oración para analizar nuestras
relaciones y nuestras reacciones ante los demás?
5.
¿Hemos aprendido a dedicar un tiempo y un lugar para
reflexionar sobre la identidad y la misión de Jesucristo?
6.
¿Hemos aprendido a elevar nuestras manos en la oración
para “prestar una mano” a los necesitados de atención?
7. ¿Considero yo la invitación y el envío que he recibido del Maestro como una carga o como una honrosa colaboración con su propia misión?
José-Román Flecha
REFLEXIÓN - Domingo 16 del Tiempo Ordinario. B 21 de julio de 2024
EL PASTOR Y SUS OVEJAS
“¡Ay
de los pastores que dispersan y dejan perecer a las ovejas de mi rebaño!” (Jer
23,1). Es sorprendente este lamento que el profeta Jeremías pone en la boca de
Dios. El Señor se preocupa por la suerte que amenaza a sus ovejas, cuando los
pastores no son responsables.
La experiencia nos dice que Dios es
silencioso, pero la fe nos enseña que no es neutral. El Señor se cuida de su
pueblo y promete reunir sus ovejas y conducirlas a los mejores lugares de
pasto. Es más, desea confiarlas a unos buenos pastores para que las libren del
temor, de la dispersión y de los peligros. El texto del profeta añade que
“ninguna se perderá”.
En
medio de la turbación que atenaza a nuestra sociedad, proclamamos con el salmo
responsorial la misericordia que nos salva: “El Señor es mi pastor, nada me
falta” (Sal 22).
En un mundo marcado por las diferencias y los conflictos, confesamos que Jesucristo ha venido a derribar el muro de enemistad que separaba a Israel de los demás pueblos (Ef 2,13-18). Hoy pedimos los dones de la paz y la concordia.
LA BÚSQUEDA DEL MAESTRO
El
domingo pasado el evangelio decía que Jesús envió a sus discípulos a predicar,
a liberar del demonio a las gentes y a sanar a los necesitados. Hoy
contemplamos el retorno de los discípulos, que dan cuenta a su Maestro de lo
que han hecho y enseñado (Mc 6,30-34).
•
En primer lugar, hemos de valorar la decisión de Jesús de llevar a sus
discípulos a un lugar solitario. No solo pueden descansar de su misión, sino
que han de reflexionar sobre la misión de su propio Maestro.
•
Por otra parte, el texto evangélico anota que las gentes reconocen a Jesús y a
sus discípulos. Se sugiere con esa sencilla observación que el Maestro y sus
discípulos suscitan ya una cierta curiosidad.
• Finalmente, observamos que los que reconocen a Jesús no quedan anclados en su comodidad y en su rutina. Se ponen en camino y se adelantan por tierra en búsqueda de Jesús y sus discípulos, allí donde ellos pensaban encontrar un lugar de descanso.
HUÉRFANOS Y DESORIENTADOS
Pues
bien, al desembarcar, Jesús vio a la multitud y se compadeció de ella, “porque
andaban como ovejas que no tienen pastor”. Esta observación es válida también
para nuestro tiempo y para el lugar en el que vivimos.
•
“Como ovejas sin pastor”. Con esa frase tan gráfica se describe con toda
claridad la situación de las gentes que salen al encuentro de Jesús. Evidentemente
no podían encontrar amparo ni esperanza en el imperio romano o en la religión y
el culto de Jerusalén.
•
“Como ovejas sin pastor”. Pero esa misma frase refleja muy adecuadamente la situación
de la sociedad actual. Seducida por las modas y por el consumo las gentes
parecen haber perdido la orientación y el sentido de su existencia.
•
“Como ovejas sin pastor”. Esa situación es propia de los nuevos paganos de hoy.
Pero también es la de muchas personas bautizadas, que declaran ser creyentes no
practicantes para terminar avergonzándose también de ser creyentes.
- Señor Jesús, tú conoces nuestros sentimientos. Tú sabes que con mucha frecuencia nos sentimos huérfanos y desorientados. Solo tú te compadeces de las ovejas perdidas y descarriadas. Sabemos que tú nos buscas y nos esperas. Concédenos la alegría de encontrarte.
José-Román Flecha Andrés.
CADA DÍA SU AFÁN -- 20 de julio de 2024
UNA ÉTICA PARA LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
El día
14 de junio de este año 2024 un papa participaba por primera vez en una sesión
del G7. En esta ocasión el papa Francisco pronunció un interesante discurso en
el que trataba de ofrecer una “reflexión sobre
los efectos de la inteligencia artificial en el futuro de la humanidad”.
Según el Papa, “todos somos entusiastas cuando imaginamos los
progresos que se pueden derivar de la inteligencia artificial, pero, al mismo
tiempo, nos da miedo cuando constatamos los peligros inherentes a su uso”.
De hecho, “la inteligencia artificial podría permitir una democratización del
acceso al saber, el progreso exponencial de la investigación científica, la
posibilidad de delegar a las máquinas los trabajos desgastantes; pero, al mismo
tiempo, podría traer consigo una mayor inequidad entre naciones avanzadas y
naciones en vías de desarrollo, entre clases sociales dominantes y clases
sociales oprimidas, poniendo así en peligro la posibilidad de una cultura del
encuentro y favoreciendo una cultura del descarte”.
Como evocando una conocida expresión de Ludwig Otto, la inteligencia
artificial puede verse como un instrumento
fascinante y tremendo al
mismo tiempo. No siempre las conquistas humanas favorecen el ansia de realización
de la persona y de la sociedad. Solo si se garantiza su vocación al servicio de
lo humano, los instrumentos tecnológicos revelarán la grandeza y la dignidad
única del ser humano. Hablar de
tecnología significa hablar de ética.
El Papa incluye la diferencia entre la elección y la decisión. Si las
máquinas parecen saber elegir de manera independiente, “al ser humano le
corresponde siempre la decisión, incluso con los tonos dramáticos y urgentes
con que a veces ésta se presenta en nuestra vida”.
El buen uso de la inteligencia artificial no estará plenamente bajo el
control ni de los usuarios ni de los programadores que definieron sus objetivos
iniciales. Los seres humanos han modelado un instrumento complejo, pero este
modelará aún más su existencia.
El Papa incluye en su discurso algunas reflexiones sobre el uso de la
inteligencia artificial en la fabricación y uso de las armas y en la toma de decisiones
en el ámbito jurídico y penal. Y señala que la inteligencia artificial no es
otro ser humano y no puede proponer principios generales.
Por otra parte, la inteligencia artificial no siempre ayudará a los
estudiantes a ser realmente creativos y críticos. La educación, debe ayudarles a
reflexionar, pero puede reducirse a una repetición de nociones, que se
considerarán incontestables.
Es necesario que la inteligencia artificial se ponga al servicio de la
dignidad de la persona y se oriente a
la búsqueda de lo que es bueno y justo. Ha de colaborar a la
construcción del bien y de un futuro mejor. Debe contener una inspiración ética.
José-Román Flecha Andrés
lunes, 8 de julio de 2024
EXAMEN DE CONCIENCIA - Domingo 15º del Tiempo Ordinario. B 14 de julio de 2024
DE DOS EN DOS
“Llamó a los Doce y los fue enviando de dos en
dos,
dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos”.
(Mc 6,7)
1.
¿Somos conscientes de que también en nuestros días, el
Señor elige y envía a sus mensajeros para que anuncien su mensaje de vida y
esperanza?
2.
¿Estamos dispuestos a escuchar la llamada del Señor y a
secundar su voluntad de hacer presente su evangelio en el mundo?
3.
¿Comprendemos que el Señor envía a sus discípulos “de dos
en dos” no solo para que se defiendan mutuamente sino para que sean testigos
creíbles de la verdad?
4.
¿No deberíamos preguntarnos si nuestro individualismo no
será una de las causas que hacen difícil el anuncio y la aceptación del
Evangelio?
5.
¿Con qué situaciones o estructuras pueden identificarse
los “espíritus inmundos” en un mundo como el nuestro?
6.
Jesús concede a sus discípulos autoridad sobre los
espíritus inmundos. ¿Qué puede implicar esa autoridad sobre el mal en nuestra
sociedad?
7. Personalmente, ¿considero la invitación y el envío que he recibido del Maestro como una carga o como una honrosa colaboración con su propia misión?
José-Román Flecha
REFLEXIÓN - 15º del Tiempo Ordinario. B. -14 de julio de 2024
UNA DIFÍCIL MISIÓN
“Vidente: vete, huye al territorio de Judá. Allí
podrás ganarte el pan, y allí profetizarás. Pero en Betel no vuelvas a
profetizar, porque es el santuario del rey y la casa del reino” (Am
7,12-13).
Amasías
es sacerdote del templo de Betel, pero se constituye en portavoz del reino de
Israel. No está dispuesto a aceptar a Amós como un profeta. Lo ve tan solo como
un charlatán o un iluminado que ha llegado al reino del norte para ganarse la
vida. Y con toda brusquedad, lo quiere devolver al reino del sur. Es claro que
la religión se ha aliado con el poder.
Amós
era un boyero, un pastor. Había llegado a Samaría para vender sus terneros, no a
hacer política. Pero allí había encontrado un panorama de injusticias y de
inmoralidad. Y invitaba a las gentes a convertise y a practicar el bien y la
justicia. Pero un hombre sincero como él resultaba molesto al rey y al
sacerdote.
También hoy, los profetas son muy mal vistos. Son denigrados, expulsados o asesinados. Así que haremos bien en repetir con el salmo responsorial: “Muéstranos, Señor tu misericordia y danos tu salvación” (Sal 84). Que el Señor nos ayude siempre a escuchar la palabra de la verdad, es decir, el evangelio de nuestra salvación (Ef 1,13).
TRES ACCIONES PARA LA MISIÓN
En el evangelio de Marcos se evocan unas
notas importates que distinguen a los verdaderos discípulos del Maestro (Mc
6,7-13). Se nos dice que Jesús elige a
los suyos y los envía a una misión, que se puede distinguir por tres acciones:
• En primer lugar, los discípulos han de
salir a predicar la conversión. Eso significa anunciar el bien, denunciar el mal y proponer a todos un camino
diferente.
• Además, han de expulsar los demonios. El
mal no es una idea, pero hoy se concentra en ideologías aparentemente
liberadoras y en proyectos que nos deshumanizan.
• Finalmente, han de acercarse a los enfermos, ungirlos con aceite y curarlos. Ahora como entonces, los discípulos han de repetir la actitud del buen samaritano.
FIDELIDAD Y LIBERTAD
Jesús no pretende ocultar a sus discípulos las
dificultades que van a encontrar. Sabe
que la misión no será fácil para ellos. Y les advierte: “Si un lugar no os
recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, en testimonio
contra ellos”.
• Muchos de los oyentes están
convencidos de que no necesitan la salvación. Tratarán de mostrar a los
discípulos que ni siquiera les interesa escuchar sus palabras. Los que han
decidido rechazar el mensaje de la salvación, rechazarán sin duda al mensajero.
• La fe no puede impedirse, pero tampoco
ha de imponerse por la fuerza. La libertad del misionero se hace evidente en su
desprendimiento. Así que los discípulos de Jesús han de sentirse siempre
libres, aun en los peores momentos de la misión.
• Sin embargo, quien vive de acuerdo con
unos valores que no son los habituales, nunca pasará inadvertido. De hecho,
llamará siempre la atención. Ese testimonio de su vida es el principio de la
evangelización, como ya escribió Pablo VI.
- Señor Jesús, nosotros te damos gracias porque nos has elegido y nos has enviado a anunciar tu mensaje, con nuestro comportamiento y con nuestras palabras. Tú sabes que con frecuencia nos sentimos débiles ante la misión. Que tu Espíritu nos conceda la fortaleza para vivir contra corriente y para anunciar tu mensaje con fidelidad y libertad. Amén.
José-Román Flecha Andrés
CADA DÍA SU AFÁN - 13.7.2024
LA VERDAD Y LA JUSTICIA
1. Marco Aurelio Antonino Augusto (121-180) fue
ungido como emperador el año 161 como sucesor de su tío y padre adoptivo,
Antonino Pío.
Sus maestros personales le enseñaron a adoptar
los principios del estoicismo. Entre una batalla y otra contra los partos y los
germanos, fue anotando las intimidades de su gratitud hacia diversas personas
que habían influido en su formación.
Recordando a su maestro Severo, al que
afectuosamente llamaba hermano, el emperador decía haber recibido de él el
deseo de “amar al prójimo, a la verdad y a la justicia”. “Me inspiró una idea
de un Estado fundado en la igualdad ante la ley, conforme a la igualdad natural
y de derechos; y de un gobierno excesivamente cuidadoso de la libertad de los
ciudadanos”.
2. Recordando el éxito de la encíclica “Pacem
in terris” de su predecesor, Juan XXIII,
y teniendo muy presente el horror de la guerra de Vietnam, el papa Pablo VI
instituyó la Jornada Mundial de la Paz, que había de celebrarse todos los años,
el día primero de enero.
Pues bien, la primera de aquellas jornadas tuvo
lugar el día 1 de enero de 1968. En el mensaje para aquella celebración, el Papa
Pablo VI subrayaba estas ideas:
• La decisión de dedicar a la paz el primer día del
año no ha de calificarse como exclusivamente religiosa y católica, sino que aspira
a encontrar la adhesión de todos los amigos de la paz.
• La Iglesia
Católica quería «lanzar la idea», con la esperanza de alcanzar un amplio
asentimiento del mundo civil y encontrar promotores en la sociedad.
• Es necesario defender la paz de varios
peligros: los egoísmos en las relaciones entre las naciones; las violencias de
algunos pueblos; el recurso a terribles armas de exterminio; la exclusión de negociaciones
fundadas en el derecho, la justicia y la equidad.
• La paz ha de fundarse en el espíritu de la
convivencia de los pueblos y en una nueva mentalidad sobre el hombre, sus
deberes y su destino.
• No se puede hablar de paz, si no se reconocen y
respetan sus fundamentos: la sinceridad,
la justicia y el amor
• La paz no es pacifismo, no oculta una
concepción negligente de la vida, sino que proclama los valores universales de
la vida, la verdad, la justicia, la libertad, el amor.
3. Los valores humanos que apreciaba Marco
Aurelio no pueden tener fecha de caducidad ni una excluyente patente de
propiedad. No deberían ser privativos del estoicismo. Tendrían que ser comunes
a las gentes de las diversas culturas y religiones.
Por otra parte, el horror de la guerra que
conocía Pablo VI ha vuelto a hacerse presente en nuestros días. Es verdad que las
ideas del emperador de Roma anticipaban en muchos siglos el proyecto del papa
Pablo VI. Habría que preguntarse si esos mensaje todavía están en vigor.
martes, 2 de julio de 2024
EXAMEN DE CONCIENCIA -- Domingo 14º del Tiempo Ordinario. B 7 de julio de 2024
LA MISIÓN DEL PROFETA
“No desprecian a un profeta más que en su
tierra,
entre sus parientes y en su casa”
(Mc 6,4)
1.
¿En la sociedad actual se comprende o se ignora, se
escucha o se persigue a los profetas?
2.
Es verdad que a veces se reconoce que un determinado
personaje es o ha sido realmente un profeta. ¿Qué papel se le atribuye o se le
reconoce en esos casos?
3.
¿Recordamos el nombre de algún profeta que haya dado
testimonio del bien y de la verdad?
4.
¿Se reconoce entre nosotros el valor de alguien que,
precisamente por actuar proféticamente, haya sido perseguido y aun martirizado?
5.
¿En nuestras comunidades se hace alguna vez oración por
las personas que han recibido el don de profecía?
6.
Los últimos papas han hablado del ecumenismo del
martirio. ¿Reconocen las comunidades cristianas el valor de los profetas que
han dado su testimonio en otras comunidades?
7.
¿Qué valores y qué antivalores estoy yo dispuesto a
admitir o rechazar cuando percibo la misión de los profetas que me son enviados
por el Señor?
Jose-Román Flecha
lunes, 1 de julio de 2024
REFLEXIÓN - Domingo 14º del Tiempo Ordinario. B. 7 de julio de 2024
ASOMBRO Y ESCÁNDALO
“Te hagan caso o no te hagan caso (pues
son un pueblo rebelde), sabrán que hubo un profeta en medio de ellos” (Ez 2,5).
Con esas palabras el Espíritu de Dios envía a Ezequiel para que se dirija a los
israelitas, que se muestran rebeldes y rechazan la voluntad de Dios.
El profeta está decidido a aceptar la
misión que se le confía y a transmitir a su pueblo lo que el Señor le ha
comunicado. Es verdad que su pueblo tiene un corazón duro, pero el profeta cree
que la palabra de Dios es un tesoro que no puede guardar.
Nosotros no somos muy dóciles para
escuchar el mensaje de los profetas. Pero hoy el salmo nos ayuda a mostrar
nuestra confianza en la palabra de Dios. “Nuestros ojos están en el Señor,
esperando su misericordia” (Sal 122).
Como a San Pablo, también a nosotros el Señor nos promete su asistencia y nos dice: “Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad” (2 Cor 12,9)
SABIDURÍA Y MILAGROS
El
evangelio según san Marcos recuerda una visita que Jesús realizó a su ciudad de
Nazaret (Mc 6,1-6). El sábado fue invitado a hablar en la sinagoga. Las gentes
quedaron asombradas al oírle. O más bien se escandalizaron, como se puede
percibir por las preguntas que se hacían.
•
“¿De dónde saca todo eso?” Habían convivido siempre con Jesús y creían
conocerlo bien. No entendían cómo un artesano de su aldea podía exponer una
doctrina que les resultaba nueva e interpelante. En realidad querían permanecer
aferrados a sus costumbres.
•
“¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada?” Es evidente que las gentes de
Nazaret estaban orgullosas de la sabiduría que les había sido transmitida. No
estaban dispuestos a revisar sus conocimientos y sus actitudes.
• “¿Y esos milagros que realizan sus manos?” Seguramente estaban admirados de los milagros que Jesús realizaba. Pero no podían imaginar que aquel vecino suyo contara con el poder de Dios para realizarlos.
ANUNCIO Y DENUNCIA
Si
las gentes de Nazaret se asombraban de la sabiduría de Jesús, él se asombraba
de la actitud de ellos. Se consideraban creyentes, pero se limitaban a creer lo
de siempre y a vivir como siempre. Eso le llevó a Jesús a citar un proverbio
popular:
•
“No desprecian a un profeta más que en su tierra”. Esta frase encierra una
experiencia universal. Con demasiada frecuencia catalogamos a los vecinos por
un gesto o por una acción concreta. No esperamos de ellos un mensaje de
sabiduría.
•
“No desprecian a un profeta más que en su tierra”. El profeta no lo es solo por
prever el futuro. El profeta está llamado a anunciar unas virtudes y a
denunciar los vicios opuestos. Pero eso se rechaza en una cultura marcada por
el relativismo.
•
“No desprecian a un profeta más que en su tierra”. Claro que para poder “anunciar” con verdad y “denunciar”
con credibilidad, el profeta ha de “renunciar” a sus intereses y comodidades.
Pero las gentes rechazan a quien se empeña en remar “contra corriente”.
- Señor Jesús, nosotros buscamos la comodidad. No nos gusta el sacrificio. Por eso nos
“asombran” los que saben hablar bien, pero nos “escandalizan” los profetas que
cuestionan
nuestras ideas y nos exhortan a cambiar nuestra conducta.
Que tu Espíritu nos ayude a aceptar tu palabra y llevarla a la vida de cada
dia.
Amén.
José-Román
Flecha Andrés
CADA DÍA SU AFÁN - 6 de julio de 2024
MEMORIA DEL CONGRESO EUCARÍSTICO
Se cumplen ahora 60 años del VI Congreso
Eucarístico Nacional, que tuvo su sede en León (5-12.7.1964).
Había sido preparado con mucho
cuidado. Uno de sus carteles presentaba el cáliz de doña Urraca que se conserva
en el Museo de San Isidoro. Otro cartel recogía la última cena de Jesús con discípulos
que preside la bóveda central del Panteón de los Reyes a los pies de la
basílica de San Isidoro.
El himno elegido para el Congreso
mencionaba que la urna con los restos de San Isidoro era el pedestal más
adecuado para la custodia del santísimo Sacramento. La ciudad esperaba y
recibió con entusiasmo al cardenal Juan Landázuri Ricketts designado por Pablo
VI como su Delegado Especial.
Aquel franciscano arzobispo de
Lima era el más indicado para devolver a León la memoria de santo Toribio
Alonso de Mogrovejo al que su vocación misionera había llevado desde estas
tierras hasta la Ciudad de los Reyes, dirigiendo y visitando desde allí amplias
extensiones difícilmente imaginables. Con razón el Cardenal visitaría los
pueblos de Mayorga y Villaquejida, que desde siglos se disputan el honor de
haber sido la cuna de Santo Toribio.
Ya en su primera intervención en
la catedral de León el cardenal Landázuri evocó con un lenguaje exquisito la
cena eucarística de San Pablo con los fieles de Tróade. En los días siguientes
se sucedieron conferencias y celebraciones en honor de la sagrada Eucaristía.
El jueves día 9 de julio, el mismo cardenal,
ante el altar mayor de la catedral, presidió la ordenación sacerdotal, mientras
tenían lugar otras dos ordenaciones en las capillas de San José y Santa Teresa.
Aquella misma tarde sería impresionante la procesión de cientos de sacerdotes
hasta el altar que se levantaba en el centro de la Avenida de Papalaguinda.
Allí tendría lugar la misa de
clausura celebrada el domingo día 12. Con ese motivo el papa Pablo VI dirigió
un inolvidable mensaje a los fieles reunidos en León: “El grito de unión de
vuestro Congreso, el mensaje con que la Iglesia se presenta hoy especialmente
al mundo y con el que invita aun a los que están fuera de Ella, es palabra, es
oración de Cristo en el cenáculo. La fe os hará leerlo en la custodia de
vuestras procesiones. No se plantea como un ideal de defensa o de ataque, sino
como verdad vital que tiene vigencia permanente y debe hacerse sustancia propia
mediante la meditación y la plegaria, el sacrificio, el trabajo, la corrección
a veces de la propia mentalidad, y siempre con la comprensión y el amor”.
A 60 años de distancia es
obligado recordar y agradecer el empeño que habían puesto en el proyecto del
congreso tanto el obispo Luis Almansa como los cabildos de la Catedral y de San
Isidoro, además de las autoridades civiles. Se ha escrito que, en aquellos
días, León fue la capital espiritual de España.
José-Román Flecha Andrés