LAS TRADICIONES Y LA PAZ
El día 14 de mayo de 2025, en el Aula Pablo VI,
el papa León XIV recibió en audiencia a los participantes en el jubileo de las Iglesias Orientales.
1. Haciéndose eco de los documentos de sus
predecesores, subrayó los muchos valores de las tradiciones orientales: la
sinodalidad, la liturgia, los concilios, el monacato. Algunas de estas iglesias
siguen celebrando la liturgia utilizando la misma lengua del Señor Jesús.
Pero muchos hermanos y hermanas orientales, se
ven obligados a dejar su tierra a causa de la guerra, las persecuciones y la
pobreza. El Papa quiere que los pastores latinos puedan apoyar a los católicos
orientales a preservar sus tradiciones. Pero también ellos pueden prestar a las
comunidades occidentales una preciosa contribución.
Pueden ayudarlas a recuperar el sentido del
misterio, a redescubrir la primacía de Dios en la experiencia terrena, a
percibir el sentido dramático de la miseria humana y el asombro por la
misericordia divina, a ver la certeza de la Pascua en cada tribulación de la
vida.
2. Además, el papa León XIV mencionó los horrores
de la guerra, que están padeciendo las comunidades cristianas orientales. Por
eso pide que oremos por “la paz, que es reconciliación, perdón, valentía para
pasar página y volver a comenzar”.
Es más, asegura que “la Santa Sede está a
disposición para que los enemigos se encuentren y se miren a los ojos, para que
a los pueblos se les devuelva la esperanza y se les restituya la dignidad que
merecen, la dignidad de la paz”.
Recordando los mensajes de otros papas, León XIV
declara: “La guerra nunca es inevitable, las armas pueden y deben callar,
porque no resuelven los problemas, sino que los aumentan; porque pasarán a la
historia quienes siembran la paz, no quienes cosechan víctimas… La Iglesia no
se cansará de repetirlo: que callen las armas”.
3. Esta solemne declaración va acompañada por un
gesto de gratitud: “Quiero dar gracias a Dios por todos aquellos que, en el
silencio, en la oración, en la entrega, tejen tramas de paz; y a los
cristianos —orientales y latinos— que, especialmente en Oriente Medio,
perseveran y resisten en sus tierras, más fuertes que la tentación de
abandonarlas. A los cristianos hay que darles la posibilidad, no solo con
palabras, de permanecer en sus tierras con todos los derechos necesarios para
una existencia segura. ¡Les ruego que se comprometan por esto!”
Tras añadir otros consejos aplicables a todos nosotros, concluye el Papa con una apuesta por la concordia y la unidad en el testimonio: “El esplendor del Oriente cristiano pide, hoy más que nunca, libertad de toda dependencia mundana y de toda tendencia contraria a la comunión, para ser fieles en la obediencia y en el testimonio evangélicos”.
José-Román Flecha Andrés