domingo, 1 de septiembre de 2024

CADA DÍA SU AFAN - 10 DE Agosto de 2024

 

                                                             MENSAJE PARA LOS JUEGOS OLÍMPICOS

Con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos, el papa Francisco envió al arzobispo de París un mensaje que contiene estos puntos:

1. En primer lugar, el Papa pedía al Señor “que colmara con sus dones a los que participarían de una u otra forma y que apoyara y a quienes los acogerían”.

2. Las comunidades cristianas abrirían las puertas de sus iglesias, de sus escuelas, de sus hogares. Y deseaba él que abriesen las puertas de sus corazones, dando testimonio de Cristo a través de la gratuidad y la generosidad de su acogida a todos.

3. Apreciaba que no se olvidara a las personas más vulnerables, especialmente a las que se encuentran en situaciones precarias, y que se les facilitara el acceso a esta fiesta.

4. Esperaba el Papa que los Juegos fueran para todo el pueblo de Francia “una ocasión de concordia fraternal para reforzar la unidad de la nación, más allá de las diferencias y las oposiciones”.  

5. Según el Papa, “el deporte es un lenguaje universal que trasciende todas las fronteras, lenguas, razas, nacionalidades, religiones; tiene la capacidad de unir a las personas, de favorecer el diálogo y la acogida mutua; estimula a las personas a superarse a sí mismas, fomenta el espíritu de sacrificio, favorece la lealtad en las relaciones interpersonales; invita a las personas a reconocer sus propios límites y el valor de los demás”.

6. Los Juegos Olímpicos “pueden ser un lugar excepcional de encuentro entre los pueblos, incluso entre los más hostiles”. Los cinco anillos olímpicos representan el espíritu de fraternidad que debe caracterizar a los Juegos y a la competición deportiva en general.

7. Esperaba el Papa que las Olimpiadas de París fueran una ocasión para descubrirse y apreciarse, para derribar prejuicios, para fomentar la estima donde hay desprecio y desconfianza, y la amistad donde hay odio. “Por su propia naturaleza, los Juegos Olímpicos son portadores de paz, no de la guerra”.

8. El mundo antiguo instituyó durante los Juegos una tregua que hay que recuperar. Que “en esta época turbulenta, en la que la paz está gravemente amenazada, todos respeten esta tregua con la esperanza de resolver los conflictos y restablecer la concordia”.

9. El mensaje incluye una súplica: “¡Que Dios tenga piedad de nosotros! Que ilumine las conciencias de los gobernantes sobre las graves responsabilidades que les corresponden, que conceda a los artesanos de la paz el éxito en sus iniciativas y los bendiga”.

10. Finalmente, el papa Francisco encomendaba la celebración de estos Juegos a Santa Genoveva y a San Dionisio, patronos de París, y a Nuestra Señora de la Asunción, patrona de Francia, e impartía su bendición.

A la vista de la realidad de estos Juegos, cabe preguntarse cuál de estos deseos se ha ignorado y cuál se ha cumplido.

                                                                           José-Román Flecha Andrés