LA POBREZA DE ESPÍRITU
“Bienaventurados los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos”.
(Mt 5,3)
1. Se ha dicho que las
bienaventuranzas que recoge el evangelio según Mateo promueven una ética de
esclavos. ¿Qué ideas y actitudes pueden promover esa acusación al mensaje de
Jesús?
2. ¿Por qué olvidamos que, antes de
ser un mensaje teórico, las bienaventuranzas reflejan el espíritu del Maestro?
3. ¿Qué actitudes concretas podrían
demostrar en este tiempo que los cristianos nos tomamos en serio este mensaje
de Jesús?
4. ¿Creemos de verdad que la pobreza
de espíritu nos ayuda a desprendernos de muchas servidumbres y nos conduce a la
verdadera libertad?
5. ¿Cómo es que tratamos de
convencernos de que podemos ser pobres de espíritu mientras somos esclavos de
una cultura del consumo y el despilfarro?
6. Seguramente esta primera
bienaventuranza es el pórtico y resumen de todas las demás. ¿No supone eso un
desafío a nuestra forma de pensar y de vivir?
7. Al proclamar dichosos a los
pobres de espíritu ¿hacemos algo significativo para luchar contra la pobreza y
la miseria de las personas y de los pueblos?
José-Román Flecha Andrés