EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU
“Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él,
ese es el que bautiza
con Espíritu Santo”.
(Jn 1,33)
1. Juan Bautista era consciente de
que el bautismo que él impartía era una anticipación del bautismo del Espíritu.
¿Compartimos nosotros esa conciencia de penultimidad y preparación?
2. ¿Cómo puede la Iglesia anunciar
en el mudo de hoy la presencia de Jesucristo en medio de nosotros?
3. ¿Tenemos la claridad necesaria
para ver bajar el Espíritu y posarse sobre las realidades humanas y las
personas de este tiempo?
4. ¿Somos conscientes de la diferencia
y la relación existentes entre nuestros ritos y la acción del Espíritu
Santo?
5. Según el evangelio, Jesús se
acerca hasta Juan sin darse a conocer públicamente. Estamos dispuestos a imitar
esa discreción y “anonimato” del que se había de revelar como el Maestro?
6. Por otra parte, Juan Bautista
reconoce como el Cordero de Dios al que se acerca a él en silencio. ¿Qué
necesitamos para reconocer y anunciar la presencia del Señor entre nosotros?
7. ¿Cómo llevar a la oración y a la acción la conciencia de que solamente Jesús es quien nos bautiza con el Espíritu Santo?
José-Román Flecha Andrés