lunes, 12 de septiembre de 2022

REFLEXIÓN - Domingo 25º del Tiempo Ordinario. C 18 de septiembre de 2022

  FIELES Y CREÍBLES

 “Disminuís la medida, aumentáis el precio, usáis balanzas con trampa, compráis por dinero al pobre, al mísero por un par de sandalias, vendiendo hasta el salvado de trigo. Jura el Señor por la gloria de Jacob que no olvidará jamás vuestras acciones”.

Así denuncia Amós las escandalosas injusticias que pudo observar entre las gentes de Samaría. Él proclamaba que no era un profeta. Era solo un pastor. Pero tenía sentido común para percibir el engaño de los que falseaban las medidas y aumentaban los precios. Siempre a costa de los pobres (Am 8,4-7).

Con el salmo responsorial, en este tiempo de crisis, nosotros proclamamos que Dios es justo, “levanta del polvo al desvalido y alza de la basura al pobre” (Sal 112,7-8).

San Pablo pide a Timoteo que se hagan oraciones para que todos los fieles puedan llevar “una vida tranquila y apacible, con toda piedad y decoro” (1 Tim 2,1-2).

 TRES LECCIONES

El evangelio de Lucas presta una gran atención a los pobres y a los marginados. Precisamente por eso, en sus páginas se menciona muchas veces el dinero. En el texto que hoy se proclama se recuerda la parábola del hombre rico que descubre que su administrador  le está siendo infiel (Lc 16,1-13).

Antes de ser despedido de su empleo, el administrador trata de asegurarse el futuro,  aun a costa de su amo. De hecho, llama a los deudores para que acudan a falsificar los documentos y disminuir su deuda por la compra del trigo y del aceite. Jesús añade que el amo alaba la astucia de aquel administrador infiel.  ¿Que lección se desprende de ese hecho?

• Jesús  sugiere  que  los hijos de la luz  deberían ser  tan  inteligentes  para hacer el bien  como lo son los hijos de este mundo para realizar el mal.

  Por medio de esta parábola, el Maestro exhorta a los discípulos a que utilicen los bienes  de este mundo para recibir una buena acogida en las moradas eternas.  

• Algunos insinúan que el proceder del administrador puede haber hecho comprender a su amo que los bienes de este mundo tienen tan solo una importancia relativa.

DOS ADVERTENCIAS

Además de llamar nuestra atención con el aplauso al administrador infiel, el evangelio  recoge dos advertencias que habrán de tener en cuenta los discípulos del Maestro:

• Solo quien es fiel será fiable. La fidelidad no se puede improvisar. Para merecer confianza en los asuntos más importantes, los creyentes han de ser fieles en las tareas que  exige cada día la misión que les ha sido encomendada. El buen uso de los bienes de la tierra es un signo de la seriedad del compromiso del creyente. 

• Además, no es fácil servir bien a dos amos. El servicio exige siempre un cuidadoso discernimiento. Es preciso saber elegir a quién se ha de servir y cómo  ha de ser servido. Esa elección será la revelación de la verdad última de la persona. La conclusión de Jesús es contundente: “No podéis servir a Dios y al dinero”.

- Señor Jesús, todos nosotros proclamamos el valor de la justicia. La reclamamos  como un derecho, pero olvidamos que es también un deber. Ayúdanos a liberar nuestro corazón de la esclavitud a los bienes de este mundo. Con esa libertad esperamos ser fieles y creíbles al anunciar tu mensaje de amor y de justicia. Bendito seas por siempre, Señor. Amén.

                                                                                     José-Román Flecha Andrés