ESCUCHAR A LA CREACIÓN
En su audiencia del día 31 de agosto de este año
2022 anunciaba para el día siguiente la Jornada Mundial de Oración por la Creación y
el inicio del Tiempo de la Creación, que finaliza el 4 de octubre, fiesta de
San Francisco de Asís.
El tema elegido para este año es una exhortación que se dirige a todos
los miembros de la familia humana: “Escucha la
voz de la creación”.
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Ya en el siglo IV, Evagrio el Póntico escribía que “la contemplación de los
cuerpos y de lo incorpóreo, es el libro de Dios”.
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Comentando el salmo 45, san Agustín dice que para avanzar por el camino de la
fe tenemos el libro divino, donde pueden leer los letrados, y el libro del orbe
de la tierra, donde pueden leer hasta los ignorantes.
A
la pregunta de Agustín, las cosas creadas le van contestando que ellas no son Dios.
Él las ha hecho y ellas hablan de Dios, pero solo las entiende quien compara
esa voz, venida de fuera, con la verdad interior.
San
Agustín cierra sus Confesiones agradeciendo
a Dios por la creación, por su belleza y su bondad. Según él, nosotros vemos
las cosas porque son; pero ellas son porque Dios las ve.
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Por su parte, a instancias del rey Sisebuto, san Isidoro de Sevilla nos dejó
una interesante obra titulada “Sobre la
naturaleza de las cosas”.
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Hugo de San Víctor escribe que Dios ha entregado tres libros a la comunidad: la
creación, la Biblia y Jesucristo. El libro de la creación sigue siendo útil aun
para quienes conocen los otros dos.
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Alain de Lille, llamado el Doctor universal, escribía en latín unos versos que
recogen una convicción tradicional: “Del mundo la creatura es para todos
nosotros libro, espejo y escritura”.
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En uno de sus sermones santo Tomás de Aquino afirma que, para instruirnos en la
perfección, el buen maestro que es Dios ha compuesto escritos excelentes,
que se encuentran en dos libros: el
libro de la creación y el de la Escritura.
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También san Buenaventura dice que hay un doble libro que el creyente está
llamado a leer: uno escrito en el interior, que es
el arte y la sabiduría de Dios, y el otro, el exterior, que es el mundo sensible. El hombre sabe leer el segundo
a la luz del primero.
Son siete ejemplos entre muchos. Pues bien, ese
es el desafío: leer y escuchar a la creación. El papa Francisco nos recuerda
que “a causa de nuestros excesos consumistas, la hermana madre tierra gime y
nos ruega que detengamos nuestros abusos y su destrucción”.
Es urgente fomentar en todos nosotros un esfuerzo concreto para cuidar con esmero nuestra casa común.
José-Román Flecha Andrés