lunes, 11 de abril de 2022

ORACIÓN - Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor. C 17 de abril de 2022

 

EL SEPULCRO

“Se han llevado del sepulcro al Señor

y no sabemos dónde lo han puesto”   

(Jn 20,2)

 

Señor Jesús, el texto evangélico nos dice que, después de descubrir que tu sepulcro estaba vacío, María Magdalena se apresura a comunicar la noticia. En realidad transmite la noticia de un hallazgo y de una ausencia.

Ella había estado presente en el momento de tu sepultura, pero ahora ha descubierto que tu cuerpo ya  no está allí. En realidad se atreve a manifestar una sospecha. Alguien debe de habérselo llevado. Ella no sabe más. Y eso es lo que comunica a Simón Pedro y al discípulo al que tú amabas.

 A dos milenios de distancia, agradecemos a María de Magdala su curiosidad y su deseo de completar con tu cuerpo los ritos habituales del sepelio. Le agradecemos también la rapidez con la que corre a comunicar a los apóstoles que tu cuerpo ha desaparecido. Con razón ha sido llamada “apóstol de los apóstoles”. 

Sin embargo, la gratitud que le debemos nos exige considerar atentamente su mensaje.“Se han llevado del sepulcro al Señor”. También hoy tenemos la sensación de que te han llevado del sepulcro. Se han llevado tu cuerpo, pero sobre todo es evidente que han decidido llevarse tu memoria y tu mensaje. En realidad, se han llevado tu mismo espíritu.   

Pero Magdalena añade una segunda parte a su mensaje: “No sabemos dónde lo han puesto”. También nosotros hemos de confesar, como ella, que no sabemos dónde te han puesto. Es evidente que María se lamenta de esa pérdida. Es más, parece reivindicar el derecho de “saber” qué es lo que ha ocurrido con tu cuerpo.

Hoy nos llama la atención esta nerviosa y dolorida ignorancia. María no puede quedar tranquila al constatar que tu cuerpo ya no está en el sepulcro. Pero esa es una dura denuncia de nuestra indolencia. Al parecer, no nos preocupa que te hayan llevado. Y no nos inquieta no saber dónde estás. Que Magdalena venga a sacudir nuestra indolencia.

                                                                                            José-Román Flecha Andrés