lunes, 27 de enero de 2020

ORACIÓN- Fiesta de la Presentación del Señor - 2 de febrero de 2020


Este… será como un signo de contradicción”
(Lc 2,34)
Señor Jesús, con frecuencia nos sentimos perdidos y huérfanos. Casi todos creemos bastarnos a nosotros mismos. Pero tú sabes que nuestra confianza es frágil y nuestras fuerzas son débiles. Necesitamos contar con la luz de tu presencia.  
Creemos que tu presentación en el Templo es ya la revelación y el anticipo de tu consagración a Dios. Aquel día tu presencia no pasó inadvertida. A tu llegada al Templo, fuiste reconocido por dos ancianos profetas, que representan la primera alianza de Dios con tu pueblo. Aquel día se cerraba el tiempo de la Ley y llegaba el tiempo del Espíritu.
Simeón tuvo la suerte de acoger en ti a un Dios cercano. Y descubrió la luz del día definitivo. Fue capaz de leer la salvación en sus signos más pequeños. Ana se había preparado para este momento con ayunos y oraciones. Y ahora alababa a Dios y hablaba de ti a todos los que se acercaban a ella. Escuchaba a Dios y reconocía en ti a su Enviado.
Las palabras que Simeón dirigió a tu madre ilustran el misterio que se desarrolla en la historia de la humanidad. Son una profecía sobre tu identidad y tu misión. Aceptarte o rechazarte como Salvador es lo que determina la suerte de Israel y la nuestra.
Tenía razón Siméon al anunciar que tú serías siempre una bandera discutida. Y eso es lo que eres. Bien sabemos que ante ti se divide toda la humanidad. Al aceptarte o rechazarte se manifistan nuestras opciones más íntimas.
Simeón anunciaba a tu madre que una espada le traspasaría el alma. La mujer que te dio a luz en Belén, llegaría a ver cómo entregabas tu vida en el Calvario por los mismos que te condenaron. Y por los mismos que hoy preferimos ignorarte. 
Señor Jesús, que el Espíritu que guiaba a Simeón nos ayude a descubrir hoy entre nosotros tu luz y tu verdad. Y que nos impulse a anunciar, como Ana, la buena noticia de tu presencia en el mundo. Amén.
                                                                      José-Román Flecha Andrés