EN LA SINAGOGA.-Maurycy Gottlieb.-S. XIX
San
José Obrero
Gn 1,26-2,3
Mt 13,54-58
MAYO 1
En aquel tiempo Jesús fue
a su propia tierra, donde comenzó a enseñar en la sinagoga del lugar. La gente,
admirada, decía: “¿De dónde ha sacado éste todo lo que sabe? ¿Cómo puede hacer
tales milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? Y su madre, ¿no es María?
¿No son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas, y no viven sus hermanas
también aquí, entre nosotros? ¿De dónde ha sacado todo esto?”. Y no quisieron
hacerle caso. Por eso, Jesús les dijo: “En todas partes se honra a un profeta,
menos en su propia tierra y en su propia casa”. Y no hizo allí muchos milagros,
porque aquella gente no creía en él.
Preparación: “Porque fue varón justo le amó el Señor, y dio el ciento por uno su
labor”. El himno de laudes resume con esos versos la identidad y la tarea de
San José. Esta fiesta fue instituida por el papa Pío XII en 1955, con el fin de
subrayar la dignidad del trabajo humano y de reconocer su valor cristiano.
Lectura: El evangelio recoge la pregunta que las gentes de Nazaret se hacían
ante Jesús: “¿No es éste el hijo del carpintero?” Creían conocerlo demasiado
bien. Por eso no estaban dispuestos a recibirlo como a un profeta. Jesús se
permitió interpretar un texto del libro de Isaías para presentar su misión como
una misión universal. Y esa pretensión contradecía el particularismo de sus
convecinos. Además hablaba de un Dios diferente: un Dios que extendía su
misericordia a todos los pueblos. Jesús proclamaba el año de gracia para todos
sin anunciar el castigo para los extranjeros. Y para justificarse, tenía la
osadía de compararse a los grandes profetas Elías y Eliseo. Eso ya era
demasiado para la gente de su pueblo.
Meditación: El rechazo de las gentes de Nazaret a Jesús es un aviso para todos los
que decimos creer en él. Con demasiada frecuencia pensamos que lo conocemos
bien. Esa presunta familiaridad nos lleva a cerrarnos a su mensaje. Por otra
parte, hoy es importante reflexionar sobre el recuerdo que sus vecinos
guardaban de él. Jesús era el artesano. Sabemos que muchas personas tienen
dificultades para encontrar un trabajo digno. Y otras que tienen trabajo, lo
consideran como una esclavitud. Jesús nos ayuda a descubrir la dignidad del
trabajo y del trabajador.
Oración: “Creador de todas las cosas, que nos has encomendado tu obra, concede
a los trabajadores disfrutar dignamente del fruto de su trabajo”. Amén.
Contemplación: Contemplamos hoy a Jesús en la sinagoga de Nazaret. Sus vecinos lo
conocían como un artesano más. Es importante ese detalle. Nos hubiera gustado
contemplarlo en el taller del artesano. El que asumió nuestra naturaleza
humana, adopto también el trabajo como medio de vida y como signo del servicio
a los demás. El trabajo nos une al Dios creador. Y también al Hijo de Dios que
pasó por su pueblo como un trabajador.
Acción: ¿Sabemos qué problemas afectan en este momento a los trabajadores que
conocemos, a las personas que no encuentran trabajo y a las que tienen que
aceptar condiciones de trabajo impropias de la dignidad humana. ¿Qué podemos
hacer para promover la justicia?
José-Román Flecha Andrés